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Así de orgullosa muestra su cuerpo una madre tras tres cesáreas

La sesión de fotografías es parte de un proyecto que pretende que la mujer aprenda a amar su cuerpo, sea como sea este.

Cuando nos hablan de cesárea, a menudo solemos pensar en esterotipos y estigmas sociales que hay alrededor de esta práctica de parto. Es una de las más normales del mundo y, por mucho que la sociedad nos intente vender que somos menos madre por tener a nuestro pequeño a través de esta técnica, es un parto igual de natural y normal que cualquier otro. Además, siempre nos asusta el tema de la cicatriz: nunca sabemos cómo quedará después de una cesárea.

La fotógrafa Nathalie McCain se ha propuesto acabar con todo esto creando su proyecto “The Honest Body Project” (Proyecto de un cuerpo honesto) con el que pretende enseñar a todas las mujeres a amar sus cuerpos, pese a que estos hayan quedado de forma diferente después de dar a luz (sea a través de la técnica que sea).

Dentro del mismo, ha realizado una de las sesiones de fotos más emotivas hasta la fecha. La protagonista es Jacqueline, una mamá que ha dado a luz a tres niños, todos ellos por cesárea y que, a pesar de ello, siente que “su cuerpo no le falló” (este es el nombre de la sesión).

Detrás de la misma se esconde una historia de superación y de amor preciosa. A esta mamá le detectaron con solo 24 años una endometriosis aguda que puso en riesgo su sueño de ser mamá. Las operaciones a las que tuvo que someterse le dejaron una cicatriz desde su ombligo hasta su hueso pélvico y, además, una trompa de Falopio y un ovario menos.

Pese a todas las adversidades, su marido y ella decidieron seguir adelante y concebir un bebé. Les costó cuatro años tener a su hija mayor, la primera que nació por cesárea. Tal y como ella misma comenta en la página web de la fotógrafa, “no planeaba tener una cesárea. Yo no quería tener una cesárea… pero mi cuerpo no me falló”.

Después de su primera hija, llegaron los otros dos, también por cesárea y no ha dudado un momento en enseñar su cicatriz al mundo.

“Este cuerpo ha visto cirugías, tumores, tres cesáreas y una pérdida. Pero, mi bebé está vivo, yo estoy viva y ninguna cicatriz ni cirugía me quitarán eso. La manera en que nuestros hijos nacen no determina si eres mejor o peor madre o si eres fuerte o débil”.

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