Ser Padres

Sí, los hombres también pueden sufrir depresión posparto

La depresión posparto también es cosa de hombres. Lejos de lo que se suele pensar, no es una patología que solo afecte a las mujeres.

La llegada de un hijo es motivo de gran felicidad, pero también sabemos que genera  estrés, miedo, dudas y preocupaciones, entre otras emociones. Que un embarazo haya sido buscado, planeado y deseado no impide que las mujeres puedan experimentar un notable bajón de su estado anímico durante las semanas o meses siguientes al parto. Es lo que se conoce como depresión posparto.

¿Qué es la depresión posparto?

La depresión posparto es muy frecuente y se calcula, según datos de la Organización Mundial de la Salud, que afecta a una de cada seis mujeres que dan a luz. La depresión posparto se caracteriza, tal y como recoge la OMS, por provocar sentimientos de profunda tristeza, una sensación persistente que va acompañada por la pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, incapacidad de llevar a cabo actividades de la vida cotidiana durante al menos dos semanas. Además, pueden aparecer síntomas como pérdida de energía, cambios en el apetito, necesidad de dormir más o menos de lo normal, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud, sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza, agobio, llanto persistente sin razón aparente, falta de lazos de afecto con el bebé y dudas sobre la propia capacidad de cuidar de una misma y del bebé, incluso en los casos más graves, pensamientos de autolesión o suicidio.
A pesar de que la depresión posparto es una realidad, son muchas las mujeres que no son diagnosticadas ni reciben tratamiento. Sin embargo, los ginecólogos y matronas cada vez prestan más atención al estado psíquico de las mujeres que acaban de ser madres y la depresión posparto, afortunadamente, está cada vez más reconocida en las mujeres.

Depresión posparto en hombres

¿Pero qué pasa en el caso de los hombres? ¿Pueden sufrir depresión posparto? La respuesta es sí. Ser padre genera estrés, preocupaciones y desvelos y eso puede favorecer la aparición de trastornos depresivos durante los primeros años, evidencia que ya fue demostrada por un estudio de la Universidad de Northwestern Feinberg en Chicago, Estados Unidos, hace unos años. Un estudio más reciente publicado en Pediatrics cuyos principales autores son Tova B. Walsh, R. Neal Davis and Craig Garfield, ratifica este hecho y no solo eso, matiza que “un problema importante es que no existe un conjunto claro de criterios de diagnóstico que sean específicos de la depresión posparto paterna. En todos los estudios, la prevalencia varía del 2% al 25%”, tal y como puede leerse en el documento.
 
La depresión posparto paterna también se caracteriza por la tristeza (que tratan de reprimir), el sentimiento de aislamiento social, de agobio, de incomprensión y, en muchas ocasiones, se sienten olvidados porque la atención recae en el recién nacido y en la madre, lo que puede hacer que experimenten cierto resentimiento hacia el bebé.

¿Qué factores suponen un mayor riesgo de depresión posparto paterna?

¿Hay un perfil de padres al que puede afectarle más la depresión posparto paterna? En el mismo estudio se recoge que “los padres que son más jóvenes, de un nivel socioeconómico más bajo o que tienen antecedentes de depresión tienen un mayor riesgo”. Además, en otra investigación publicada en 2020 por Rafael A. Caparrós González y Mª Fe Rodríguez Muñoz determinan que existen factores biológicos y psicológicos que predisponen a este trastorno.
 
Entre los factores biológicos destacan los bajos niveles de cortisol (hormona del estrés), pero también de la reducción de la testosterona y la oxitocina.
En cuanto a los factores psicológicos, se considera que el hecho de que la gestante sufra depresión posparto materna aumenta el riesgo de que se produzca depresión posparto paterna. Además, los cambios en la relación de pareja, el sentirse excluido de la relación con el bebé o la falta de apoyo social también son factores de riesgo.
En el mismo estudio, los autores determinan que un mayor apoyo social y la implicación paterna en el cuidado del recién nacido pueden reducir las cifras de depresión posparto paterna. Que el padre se involucre en el cuidado y la crianza del bebé, además de buscar ayuda y expresar sus emociones son factores de gran ayuda.
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