Así es el parto vaginal de nalgas, paso a paso
El parto de nalgas requiere de un equipo de profesionales muy preparados. Por eso solo se atiende en algunos hospitales. ¿Quieres saber cómo es?
Parto de nalgas suena a situación peligrosa con respuesta programada: una cesárea.
Esta solución, aceptada durante años por gran parte de la comunidad científica, empieza a ser cuestionada por estudios y profesionales de la salud.
"La cesárea no es la respuesta para todos los bebés que vienen de nalgas -afirma el doctor Jorge Burgos, miembro de la sección de Medicina Perinatal del Hospital Universitario Cruces de Barakaldo (Bilbao)-.Se ha presentado la cesárea como la opción sin riesgos, pero también los tiene".
Más control si viene de nalgas
Cuando el bebé viene de nalgas y la madre se pone de parto, se la monitoriza continúamente durante el parto para valorar la posición de las piernas, las nalgas, la cabeza..
Un parto de nalgas "es una situación de riesgo intraparto, como lo es un parto gemelar o un parto vaginal después de cesárea", explica el doctor Burgos. Su atención está más protocolizada y requiere de un equipo de profesionales especialmente preparados. Por eso, en la actualidad solo se atiende en algunos hospitales del país.
Hay dos situaciones críticas en un parto de nalgas:
La primera es un mayor riesgo de prolapso de cordón durante la dilatación.
La cabeza encajada suele ocupar toda la pelvis de la madre, pero las nalgas suelen dejar un espacio vacío, por lo que hay más peligro de prolapso, esto es de que el cordón salga antes que el feto y le presione. Es algo que se vigila todo el tiempo.
La dilatación discurre más o menos como cualquier otra dilatación, aunque con una continua comprobación de que el bebé no ha cambiado de postura.
El segundo momento más complicado del parto de nalgas es el expulsivo y, sobre todo, la salida de la cabeza.
Primero salen las nalgas, después las dos piernecitas y luego el resto del cuerpo.
Lo último en salir es la cabeza. La madre tiene que pujar muy fuerte, el equipo médico le dice cómo hacerlo.
Al ser un parto de riesgo, está todo el equipo de perinatología presente: ginecólogos, matronas, anestesistas y pediatras y si se trata un hospital universitario, médicos en formación.
Requisitos para intentar un parto de nalgas
No todos los bebés que vienen de nalgas pueden optar a un parto vaginal.
Además de tener un equipo con formación específica, deben darse ciertas condiciones.
1. El bebé debe encontrarse en nalgas puras o completas, es decir, sentado con los pies en la cara (puras) o sentado a lo indio (completas), pero en ningún caso con los pies en el canal del parto: en ese caso habría que hacer una cesárea.
2. El peso estimado del feto no debe ser ni muy alto ni muy bajo: en general, ni más de 4 kilos, ni menos de 2,500.
3. La cabeza del bebé debe estar flexionada hacia delante (la barbilla hacia el pecho). Si está mirando hacia arriba, tampoco es candidato a este tipo de parto.
4. Los brazos no deben tener ninguna posición extraña, por ejemplo por detrás de la cabeza.
5. Al entrar en la maternidad se valora también el latido del feto, la dilatación del cuello del útero y la cantidad de líquido amniótico. Y todos estos factores se vigilan muy de cerca, gracias a la monitorización y tecnología disponible, a lo largo del parto.
Si cambia la posición del bebé durante la dilatación, se opta por la cesárea.
Primera opción: dar la vuelta al feto en el embarazo
Un 4% de los bebés a término están de nalgas. Y son pocos los hospitales preparados para asistir un parto vaginal de estas características.
Sin embargo, el doctor Jorge Burgos recuerda que hay algo que puede reducir ese 4% a un 2% o incluso al 1%, la versión cefálica externa: dar la vuelta al bebé desde fuera.
"Es una maniobra segura, no requiere de apenas medios y más de la mitad de los bebés de nalgas se dan la vuelta. Se elimina así el factor problemático, por lo que no existe justificación alguna para no ofrecerla a todas las mujeres con bebés de nalgas", afirma.