Ser Padres

La epidural: dudas resueltas

A pesar de que se utiliza desde hace muchos años, la anestesia epidural sigue suscitando muchas dudas en las embarazadas. Resolvemos las más comunes.

La epidural es un tipo de anestesia que se inyecta en la parte baja de la columna e insensibiliza el cuerpo de cintura para abajo. Los fármacos se administran en bajas concentraciones para que la mujer pueda empujar en el expulsivo.

¿Cómo se pone?

El anestesista introduce una aguja entre dos vértebras de la región lumbar (previa anestesia local) y a través de ella se inserta un catéter por el que se irá administrando la dosis de fármaco necesaria para insensibilizar la zona.
El pinchazo no duele; sin embargo, sí puede molestar un poco la administración previa de la anestesia local.

¿Cuándo se puede poner?

Una vez que se ha iniciado el parto, aunque lo ideal es esperar a que el cuello del útero se haya dilatado al menos 3 cm. No se aconseja con más de 8 cm de dilatación porque es probable que no de tiempo a hacer efecto.
La embarazada debe firmar un consentimiento informado donde se explica en que consiste la técnica y sus posibles complicaciones.

Contraindicaciones

No debe usarse si la mujer sufre:
  • Problemas de la coagulación de la sangre y ciertas enfermedades cardiovasculares.

  • Una infección localizada en la zona de punción o una infección grave generalizada de la paciente.

  • Determinadas deformidades y anomalías de la columna vertebral.

  • Algunas enfermedades neurológicas tales como la esclerosis en placas.

Complicaciones

  • En raras ocasiones no hace suficiente efecto porque la analgesia no se distribuye bien. A veces hay que volver a pinchar porque los fármacos no se depositan en el lugar adecuado.

  • En un bajo porcentaje de casos puede causar hipotensión, náuseas, dolor de espalda, retención de orina o dolor de cabeza. Son trastornos transitorios que remiten con tratamiento.
No existe peligro de que la anestesia perjudique al feto, salvo casos excepcionales

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