Un parto más natural
Las mujeres piden que se tengan en cuenta sus preferencias al dar a luz a sus hijos y buscan partos naturales. También hospitales y clínicas están cambiando sus protocolos para no entorpecer un acto íntimo y personal.
Autor: Pilar de la Cueva
En realidad, el parto se considera un acontecimiento más de la vida sexual de la mujer y como tal se debe tratar. Si no se detectan complicaciones, lo ideal es que el profesional vigile adecuadamente, pero en un discreto segundo plano, interrumpiendo lo menos posible.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que muchas de las prácticas que se han venido utilizando en los partos normales no son necesarias. Añade que incluso algunas de ellas pueden resultar también perjudiciales. Entre otros puntos cuestiona:
Avances médicos
Este corte en el periné se ha estado realizando durante muchos años para facilitar la salida del bebé. Se creía que prevenía las lesiones en el suelo pélvico y la incontinencia de orina.
Hoy, casi todas las maternidades están reduciendo su uso al mínimo, porque se sabe que, salvo excepciones, la episiotomía es innecesaria y produce más lesiones, dolor y secuelas que las que intenta prevenir.
Es mejor correr el riesgo de un pequeño desgarro, que un corte más profundo. Los desgarros que siguen las líneas naturales de tensión del tejido cicatrizan con mucho menos dolor y la mayoría de las veces solo afectan a la piel. La episiotomía corta también los músculos y puede producir problemas en las relaciones sexuales y secuelas dolorosas.
El empleo de oxitocina, la hormona artificial que imita la que se produce en el cerebro, se debe reservar solo para cuando realmente el parto se detiene o hay problemas.
La oxitocina sintética impide que se segreguen endorfinas, los opiáceos naturales u hormonas del placer que el cerebro produce a la vez que la oxitocina natural, y que ayudan a la madre y al bebé durante el proceso.
Si una futura madre decide no ponerse anestesia epidural y el parto no se fuerza con oxitocina, no es necesario que permanezca atada a las correas del monitor fetal. Puede pasear o darse una ducha caliente si lo desea. Es suficiente con una auscultación del latido del corazón del bebé de vez en cuando.
Cuando una matrona es experta, puede llegar a detectar cómo avanza el parto sin someter a la futura madre a un número excesivo de tactos vaginales. Aumentan el riesgo de infección, si no son necesarios.
La rotura artificial de la bolsa ayuda a desencadenar o estimular un parto si es necesario, pero es perjudicial cuando no hay motivo, ya que se producen más infecciones, las contracciones son más dolorosas y se priva al bebé del almohadillado que crea la bolsa en el canal del parto. Algunos afortunados llegan a nacer ¡con la bolsa sin romper! Dice la tradición que esto da buena suerte.
Existe un preocupación seria por el aumento exagerado de la tasa de cesáreas (hasta un 25%). Según la OMS, no debería ser mayor de un 15%, aunque algunos centros han conseguido bajarla hasta un 10-12%, sin arriesgar la vida del niño o la madre. Los médicos temen las demandas judiciales, y algunas mujeres la piden sin saber que tiene más riesgo de muerte, problemas y secuelas.
No forzar los partos, dejar que las mujeres con una cesárea anterior intenten un parto vaginal y respetar el ritmo natural del proceso sin entorpecerlo, reduce las cesáreas a las realmente necesarias.
Los partos inducidos presentan más complicaciones que los que empiezan solos y muchas más probabilidades de acabar en cesárea.
Se ha dejado de inducir el parto por sistema a:
Expertos de todo el mundo se asombran de que en algunos países, como España, las mujeres sigan pariendo tumbadas boca arriba. Es la postura más incómoda para empujar y dificulta la llegada de oxígeno al bebé, ya que comprime el riego sanguíneo.
El niño encuentra mejor su camino si la madre está en posición vertical, y la pelvis se abre más si la mujer adopta la postura que «le pide el cuerpo», con frecuencia en cuclillas o a cuatro patas.
Muchos hospitales están introduciendo en sus paritorios pelotas grandes de goma, sillas bajas de madera, camas amplias y cómodas o camillas que se pueden poner en posición vertical
Cambios en el entorno
Todo bebé sano nacido a término sin problemas debería permanecer con su madre en contacto piel con piel, sin separarlo ni siquiera para hacer los controles habituales.
Estos se pueden realizar encima de la mujer (test de Apgar, aspirarle los mocos si lo necesita...) o posponer (pesarle, tomar huellas, vitamina k, pomada en los ojos que impide ver a mamá...).
¿Por qué es mejor?
Encima del pecho desnudo de su madre el recién nacido no pierde temperatura, tiene menos bajadas de azúcar y su cerebro no se ve dañado por las hormonas del estrés que segrega si llora de miedo y soledad en una cuna.
Encima del pecho desnudo de su madre el recién nacido no pierde temperatura, tiene menos bajadas de azúcar y su cerebro no se ve dañado por las hormonas del estrés que segrega si llora de miedo y soledad en una cuna.
La madre es la mejor incubadora para los prematuros, según demuestran las investigaciones del método canguro. El contacto inmediato tras el parto favorece el buen inicio de la lactancia materna y el vínculo hormonal y emocional entre madre e hijo. La primera hora de vida es un momento mágico e irrepetible, en el que madre y bebé se enamoran, y no debe suprimirse sin motivo. No se debería separar a una madre de su hijo sin su consentimiento.
Partos naturales en hospitales
A diferencia de lo que ocurre en otros países europeos, como Alemania, en España existen pocas «casas de parto» (centros donde la mujer da a luz en un entorno agradable, similar al de su casa, controlada por una matrona, que da mucha tranquilidad y facilita el parto).
Dar a luz en casa con los controles adecuados es seguro, siempre que se cumplan unos requisitos de salud de la madre, cercanía a un hospital... Es esencial elegir una matrona bien preparada.
Podrás encontrar información en www.nacerencasa.org
Dar a luz acompañada
La mujer tiene derecho a estar acompañada en el parto por la persona que ella elija, que no siempre será el padre del niño.
La mujer tiene derecho a estar acompañada en el parto por la persona que ella elija, que no siempre será el padre del niño.
Una opción son las doulas, que acompañan a la madre durante las labores de parto si no cuenta con ningún familiar cercano que pueda apoyarla en esos momentos. Se ocupa de ayudar en pequeñas cosas que hacen sentirse a la mujer más cómoda (cuidados, masajes
).
En otros paises es habitual que la futura madre exprese en un escrito qué practicas desea evitar y realizar en su parto, dejando al profesional la opción de actuar en caso de complicaciones.
En España, el hecho de que la futura madre presente un plan de parto suele poner en guardia a los profesionales de los hospitales, que ven cuestionado su buen hacer profesional.
La mujer tienen derecho a elegir qué pruebas les van a realizar, o a rechazarlas, como en cualquier intervención médica. El plan de parto sería como una especie de consentimiento informado, que actualmente firma toda persona que entra en un hospital para cualquier acto médico.
Pilar de la Cueva es ginecóloga.