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¿Es posible y seguro un parto vaginal de nalgas?

Cuando el bebé está de nalgas no se suele recomendar el parto vaginal, al aumentar el riesgo de complicaciones y problemas tanto para el bebé como para la mamá.

Se estima que entre un 3 y un 4 por ciento de los bebés comienza el trabajo de parto en la posición de nalgas, lo que parece aumentar el riesgo de morbilidad y mortalidad neonatal. Así, la cesárea preventiva se ha convertido en el método preferido por parte de los especialistas cuando el bebé se encuentra de nalgas, pero ahora, algunos expertos están cuestionando esta recomendación.

¿El motivo? Existe cierta controversia en relación a la publicación de distintas evaluaciones y estudios relacionadas directamente con el análisis del peligro de este tipo de partos y, sobre todo, si el riesgo de muerte neonatal puede justificar en realidad la práctica de una cesárea segura.

No obstante, se sigue considerando que el parto vaginal más seguro es aquel en el que el bebé sitúa la cabeza hacia el canal del parto. Especialmente si tenemos en cuenta que la cabeza es la parte más grande del bebé, y cuando ésta sale primero, tanto los hombros como el resto del cuerpo tienden a deslizarse hacia afuera con una mayor facilidad.

Pero cuando el bebé se presenta de nalgas no se voltea, lo que se traduce en que los pies o las nalgas terminen saliendo primero. En este caso la cabeza puede quedar atrapada, lo que puede causar complicaciones serias en el parto.

La mayoría de los bebés se tiende a colocar en la posición de parto apenas unas semanas antes del nacimiento, situando la cabeza cerca del canal del parto. Pero en la mayoría de las ocasiones cuando esto no sucede el bebé se colocará de nalgas, o colocará primero los pies. Es lo que médicamente se conoce como “presentación de nalgas”.

Los nacimientos de nalgas ocurren en aproximadamente 1 de cada 25 nacimientos a término. Las causas directas que pueden influir en la presentación de nalgas no se entienden completamente, pero sí existen ciertos factores de riesgo como:

  • Existencia de antecedentes de parto prematuro.
  • Un embarazo posterior, o embarazo múltiple.
  • Cuando el útero tiene demasiado o muy poco líquido amniótico.
  • Cuando el útero presenta una forma anormal.
  • Cuando el útero presenta crecimientos anormales, como por ejemplo en el caso de fibromas.
  • Ante la presencia de una placenta previa.

Aunque la mayoría de bebés de nalgas nace perfectamente sano, algunos estudios han mostrado que existe un riesgo ligeramente más elevado de ciertos problemas. Se ha encontrado que los defectos de nacimiento son algo más comunes en bebés de nalgas, y este defecto podría ser la razón por la que el bebé no se movió a la posición correcta antes del parto.

En ocasiones los médicos no pueden determinar por qué un bebé termina en posición de nalgas. Aunque existen algunas razones, como: anormalidades uterinas, ubicación de la placenta, volumen del líquido amniótico, anomalías fetales y gestación múltiple.

¿Cómo se diagnostica la presentación de nalgas?

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Diagnóstico del bebé de nalgas

Unas pocas semanas antes de la fecha probable de parto, el médico colocará sus manos en el abdomen inferior de la embarazada con el fin de ubicar la posición de la cabeza, la espalda y las nalgas del bebé.

Cuando el bebé se encuentra de nalgas su cabeza redonda y firme estará situada hacia la parte superior de su útero. Y si se sospecha que el bebé puede estar en una posición de nalgas, la realización de un ultrasonido -ecografía- ayudará a confirmar la posición.

¿Es posible cambiar una presentación de nalgas?

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¿Se puede cambiar una presentación de nalgas antes del parto?

Si para la semana 37 de embarazo el bebé no ha girado naturalmente y se ha colocado en posición normal de parto es posible que el médico intente llevar a cabo una versión cefálica externa, en la que el médico o matrona coloca sus manos sobre el estómago de la futura mamá, y empuja al bebé a la posición de cabeza hacia abajo mediante una presión firme pero suave.

Es posible la administración de medicamentos útiles para relajar el útero, los cuales son totalmente seguros para el bebé, y aunque es una técnica incómoda no es dolorosa. De hecho, más de la mitad de todos los intentos tienen éxito. Y es considerada por muchos especialistas como una técnica segura y sencilla que permite reducir el número de presentaciones de nalgas en el momento del parto.

¿Qué ocurre si el día del parto el bebé está todavía de nalgas? Estos son los riesgos

Si la embarazada está a término, ha roto aguas o tiene contracciones no es posible realizar la versión cefálica externa. En estos casos, algunos médicos y matronas consideran que puede ser razonable intentar un parto vaginal en algunos casos, pero alrededor del 85 por ciento de los bebés de nalgas terminan naciendo por cesárea.

Es posible intentar un parto vaginal si el bebé se presenta de nalgas cuando el bebé está a término y no es demasiado grande, la pelvis de la mujer es lo suficientemente espaciosa, no se han experimentado complicaciones durante el embarazo, el bebé no muestra signos de angustia o si la embarazada presenta un embarazo de gemelos y el primer bebé tiene la cabeza hacia abajo mientras el segundo está de nalgas.

En cualquier caso, un parto de nalgas puede aumentar el riesgo de determinadas complicaciones como: prolapso del cordón umbilical; parto prolongado y difícil; mayor riesgo de desgarros perineales o de sufrir una episiotomía; la cabeza del bebé puede quedar encajada en el canal del parto; lesiones en el cráneo, cerebro o extremidades del bebé.

Por tanto, si solicitas a tu médico un parto vaginal pero éste te indica que es necesaria la realización de una cesárea estate tranquila, ya que es por una buena razón.

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