Coriocarcinoma durante el embarazo: toda la información
Aunque bastante raro, el coriocarcinoma es un tipo de cáncer maligno que se desarrolla en el útero a partir de las células de la placenta. Puede aparecer meses o incluso años después de un embarazo.
Aunque según las estadísticas ocurre en uno de cada 40.000 embarazos (otras cifras indican que suele ocurrir en alrededor de 2 a 7 de cada 100.000 embarazos), es posible que solo su nombre pueda asustar un poco.
El coriocarcinoma es una forma bastante rara de cáncer, relacionado directamente con el embarazo, ya que tiende a producirse o a crecer a partir de las diferentes células de la placenta.
Se trata en un tipo de neoplasia maligna poco común, que con mayor frecuencia suele ocurrir después de un embarazo molar, un embarazo ectópico, un aborto programado o un aborto espontáneo. Concretamente, cuando los tejidos placentarios remanentes continúan creciendo y desarrollándose a pesar de la ausencia del feto.
Volviendo a las estadísticas, se estima que solo el 15 por ciento de los coriocarcinomas suelen ocurrir después de un embarazo normal.
¿Qué es el coriocarcinoma? ¿En qué consiste?
En un embarazo típico o normal, las células fecundadas o fertilizadas en el útero se desarrollan principalmente en el feto y en la placenta. Pero cuando parte de la placenta se ancla a la pared uterina, y se desarrolla de manera anormal, puede dar como resultado la formación de células cancerosas incrustadas en el revestimiento del útero.
El coriocarcinoma es un tipo raro de cáncer que se desarrolla a partir de las células placentarias. Es decir, puede desarrollarse si las células que quedan luego de un embarazo se vuelven cancerosas.

Coriocarcinoma
En este sentido, puede ocurrir después de cualquier embarazo, aunque es mucho más probable después de un embarazo molar (cuando un óvulo anormalmente fecundado se convierte en un tumor, en lugar de un feto), o después de un embarazo ectópico o un aborto espontáneo, en especial cuando los restos de los tejidos placentarios siguen creciendo, aún cuando el feto esté ausente. Puede ocurrir varios meses, o incluso años, después de un embarazo.
Es decir, se desarrolla con mucha mayor frecuencia luego de un embarazo molar o un aborto espontáneo. Pero en aproximadamente una cuarta parte de los casos, el coriocarcinoma puede continuar con un embarazo y un parto saludables, haciendo que posteriormente los niveles de hCG continúen elevados.
Además, a pesar de que no se conocen los motivos exactos, también suele encontrarse con más frecuencia en mujeres mayores de 40 años de edad.
¿Cuáles son los síntomas del coriocarcinoma?
Existen una serie de síntomas que pueden surgir. Los más comunes incluyen sangrado vaginal continuo, especialmente después de un embarazo molar, un aborto espontáneo o un embarazo ectópico.
También suele surgir una secreción anormal de tejido, unido a dolor abdominal y a niveles de la hormona hCG (considerada habitualmente como la hormona del embarazo), que no tienden a volver a la normalidad una vez ha finalizado la gestación.
Por otro lado, aunque comienza en el útero, puede extenderse a otras partes del cuerpo, principalmente a los pulmones. Si esto ocurre, los síntomas que aparecen suelen ser tos, dolor en el pecho y dificultad para respirar con normalidad.
¿Cómo se trata?
Si bien cualquier tipo de cáncer, evidentemente conlleva cierto riesgo, según las estadísticas el coriocarcinoma responde extremadamente bien a los diferentes tratamientos de quimioterapia y radiación, con una tasa de curación de más del 90 por ciento. Así, se considera que la supervivencia es bastante alta, ya que en caso de tratarse de una “enfermedad de alto riesgo” el porcentaje de curación es del 90 por ciento, y en caso de una “enfermedad de bajo riesgo” el porcentaje sube hasta el 100 por ciento.
Además, la histerectomía casi nunca es necesaria, debido fundamentalmente a la excelente respuesta que suele tener este tipo de tumor a los medicamentos de quimioterapia. Por este motivo, es considerado como un tipo de cáncer altamente tratable con quimioterapia y potencialmente curable, incluso en las etapas más avanzadas.
Dado que la tasa de curación aumenta cuando es detectado de forma temprana, es importantísimo llamar al médico si se experimenta algún síntoma anómalo después del embarazo, en especial dentro del año tras el nacimiento del bebé. Así, si surgen síntomas como sangrado, dolor abdominal o secreción anormal de tejido, es aconsejable acudir cuanto antes a la consulta del especialista.