Gastroenteritis: NI dieta blanda NI dieta astrigente
Hace años que se desaconseja dar al niño dieta blanda o dieta astringente cuando tiene gastroenteritis, porque estas retrasan la curación y empeoran el estado del pequeño.
En el momento en que abren de par en par las puertas de las escuelas infantiles, junto a los peques entran también sus moradores no invitados, los virus. Llegan mocos, toses, otitis, faringitis y rinitis y, por supuesto, gastroenteritis, bien con vómitos, bien con diarreas o bien todo junto.
Los virus digestivos se transmiten a través de las manos, así que un buen lavado y una apropiada utilización de guantes de usar y tirar en el cambio de pañal hace que se limiten mucho los casos. Los guantes no son para protegerse uno, como hace el pescadero para no terminar pringado, sino para proteger al peque, por eso es imprescindible usar guantes desechables y lavarse las manos después de tirarlos. Y así «atacar» el próximo pañal con las manos limpias y sin residuos del anterior, ese es el mejor mecanismo para cortar la contaminación.
Necesita tomar comida normal
Un niño con cagalera precisa más atención que uno sano, por eso la gastroenteritis es una razón, quizá la única, para que en la escuela manden al peque a su casa, y no debería regresar antes de que su aparato digestivo haya vuelto a su ser. Las guarderías son muy aficionadas a poner de patitas en la calle a cualquier afectado de las más leves enfermedades, o por los caprichos del termómetro, y sin embargo por unas cacas de más no suelen poner el grito en el cielo. Debería ser al revés, si hay que estar pendientes del crío todo el día porque está malito, pues mejor se va a su casa; pero si está contento y activo, no hay problema, ya puede marcar el termómetro lo que quiera.
Dicho esto, sería interesante saber qué hacemos con el pequeño cagón. Lo hemos mandado a casa, y seguro que alguien, la profe, la abuela, la cuñada, la vecina del quinto, dirá: «Que le den dieta blanda». Esa idea está grabada a fuego en el saber popular pese a que es inútil y contraproducente, pues encima de perder por arriba y por abajo, el niño se debilita por no comer. Imaginaos que estáis con dolor de tripa, diarrea y náuseas y alguien viene y os ofrece un arroz blanco y una pescadilla hervida sin una gota de aceite. No os apetece, ¿verdad?
«Un chupito de pecho sí tomaría», diría el niño, si pudiera. «No, que la leche es mala». Pues, ¡hala!, tampoco tomará un líquido que hidrata y además alimenta. Y para rematar, el listo de turno aconsejará a la madre: «Retírale el pecho y dale Aquarius (#pabernosmatao, como se diría en Twitter).
Pues no. NO a la dieta blanda, NO a la dieta astringente; la dieta de los niños ya es lo bastante blanda como para no cambiarla en caso de virus digestivo. ¿Qué cosas podrían sentar mal al peque? Pues el alcohol, el tabaco y el exceso de grasas, los fritos; el resto le hará bien. Claro, si le damos para merendar medio kilo de ciruelas es probable que no mejore, sino todo lo contrario, pero no hay por qué quitarle su teta, su leche y su comida favorita, eso sí, acordaos de que como está malito tomará pequeñas cantidades y solo cosas que le gusten, así que dad prioridad a los líquidos, leche incluida. Si no quiere comer, por lo menos que beba para reponer las pérdidas.
Mientras beba, no vomite y las cacas no sean excesivas, cualquier líquido vale: leche, agua, zumo casero, caldo; pero si no bebe y las pérdidas son grandes, habrá que darle sueros de rehidratación oral, nada de Aquarius ni de bebidas isotónicas, que pueden complicar la diarrea. Los sueros se venden en farmacias en varios sabores y también en gelatinas, que están muy ricas.
Debemos consultar si el peque tiene picos de fiebre alta y gran malestar, sangre por arriba o por abajo o decaimiento extremo con piel seca, ausencia de lágrimas o saliva. Que orine poco es normal, está ahorrando, por unas cacas blandas tampoco hay que llevarle corriendo al médico, ni porque tenga 38º, eso no es fiebre alta.
En nuestro medio, los niños se curan sin tratamiento, solo hay que evitar que se deshidraten ofreciéndoles líquidos y comida normal. Eso sí, la diarrea puede durar de 1 a 21 días. Paciencia, que estamos empezando el curso.