Otitis en verano: todo lo que deberías saber
Al pasar mucho tiempo sumergidos en el agua de la piscina o del mar, los peques están mucho más expuestos que los adultos a las bacterias que proliferan en estos ambientes húmedas, de ahí que sean más propensos a sufrir esta patología en el oído.
Que las otitis abundan en los niños en verano no es una apreciación general equivocada porque en esta época del año abundan estas infecciones en el oído externo, que es donde se ubica casi siempre esta enfermedad cuando se desarrolla durante la época de calor.
Según datos de Sanitas, “El 84% de las otitis externas que se producen en verano se contagian en playas y piscinas a través de bacterias (u hongos)”, combinación de dos factores, agua y bacterias, que favorece la propagación de estas últimas.
Es más habitual en la población infantil que aparezcan otitis en verano por una sencilla razón: “Durante el verano suelen pasar bastante tiempo bañándose en la playa o la piscina”, cosa que no ocurre tanto con los adultos, que no pasan tanto tiempo dentro del agua. “Como consecuencia, se produce una acumulación de agua en el oído que genera una maceración de la piel que recubre su parte externa, sobre la que actúan las bacterias causantes de las otitis en verano”, explica la Sociedad Valenciana de Pediatría.
A esto hay que añadir otro detalle, la calidad del agua donde se bañan los peques, que en el caso de las piscinas infantiles es peor su limpieza que en las de adultos o en el mar. Y desde Sanitas apuntan también como factor diferencial a las trompas de Eustaquio, un canal pequeño que conecta el oído medio con la parte trasera de la nariz y la parte superior de la garganta con el objetivo de igualar la presión que existe dentro y fuera del oído. “Son más cortas y los agentes infecciosos alcanzan con mayor facilidad el oído medio”, indica la compañía privada de salud.
Cómo detectarlo
Aunque no es la única que se puede producir, es la otitis externa la que más afecta a los niños durante el verano. Esta enfermedad afecta al conducto auditivo externo, de ahí su nombre -el oído tiene una parte media y otra interna- y el síntoma fundamental es el dolor de oído. Además, también puede sufrir picores el paciente, taponamiento y “también puede haber secreción o supuración, lo que se conoce como otorrea”, indica la Sociedad Valenciana de Pediatría. “Si el niño refiere los síntomas mencionados antes o bien los padres notan que tiene problemas para masticar o tragar, se rasca de forma constante el oído, se encuentra más irritable, o más inquieto por la noche, es posible que esté sufriendo una infección de este tipo”, añade.
Ante la aparición de cualquiera de los síntomas descritos, todos los especialistas médicos aconsejan acudir al pediatra para evitar que la infección avance y para que los síntomas, con el tratamiento indicado, remitan. Este, según indica la Sociedad Valenciana de Pediatría, “suele ser local mediante gotas, que pueden tener antibióticos”, además de analgésicos para aliviar los síntomas. “En raras ocasiones será necesario otras medidas, como antibióticos orales o valoración por el especialista otorrinolaringólogo”.
Consejos de actuación ante la otitis
La dificultad añadida a las otitis en verano que afectan a los más pequeños es conseguir que estos no se bañen una vez empiezan a mejorar. Es absolutamente imprescindible que no lo hagan, al menos que no sumerjan la cabeza ni expongan el oído dañado a posibles salpicaduras o chorro de agua que pueda penetrar en su oído externo. Por ello, también hay que tener especial cuidado en la ducha.
Esto, de todos modos, es junto al cumplimiento a rajatabla del tratamiento pautada por el médico, el gran objetivo una vez de diagnostica la otitis en un niño en esta época del año, pero también hay consejos aplicables para prevenir su aparición.
Según la Sociedad Valenciana de Pediatría, es fundamental evitar los baños en aguas contaminadas y “Reducir el tiempo de inmersión y de permanencia en el agua”. En este sentido, la organización pediátrica explica que es importante “evitar tiempos prolongados en ambientes húmedos y, si es un niño propenso a sufrir este tipo de otitis en verano, es conveniente el uso preventivo de tapones, preferentemente personalizados, o gorros de baño, para reducir las posibilidades de entrada de agua”.
Por último, otros dos consejos eficaces en los que coinciden los expertos para prevenir la aparición de otitis son los siguientes: enseñarles a inclinar la cabeza hacia ambos lados después de bañarse para favorecer la salida del agua y secar muy bien la parte externa del oído con una toalla limpia o gasa, llevar una correcta higiene de los oídos -nada de bastoncillos-.