Los prospectos de las medicinas de los niños. ¿Qué hay que leer?
Cuando el pediatra prescribe un tratamiento a nuestro hijo suele explicarnos todos los detalles: dosis, ritmo de las tomas, qué hacer si aparece una reacción extraña...
Leer el prospecto de los medicamentos de los niños nos ayuda a conseguir que el tratamiento sea lo más efectivo y seguro posible. Es primordial conservarlo hasta agotar la medicina (en caso de pérdida accidental podemos consultar el vademécum en internet, en la web www.vademecum.es).
El prospecto es especialmente útil si observamos alguna reacción extraña en el niño (el niño vomita, está inquieto, duerme más, etc.) o en caso deintoxicación accidental. Recuerda: el teléfono de urgencias toxicológicas es el 915 620 402.
Forma de administración de la medicina
Hay que saber si el medicamento infantil se debe tomar antes, en medio o después de las comidas, si hay que disolverlo en agua, leche, zumo u otra bebida o si hay que tomarlo sin diluir.
Interacciones
En este apartado se indica si un medicamento se puede administrar con otro o no. Es muy frecuente que un niño que está tomando un medicamento por una enfermedad determinada tenga que ir a urgencias y allí le prescriban otro fármaco más. Aunque en los medicamentos infantiles más comunes las interacciones son muy raras, hay que cerciorarse de que no van a producirse.
Posología
La posología es un dato muy importante, y hay que tener la seguridad de que se comprende bien lo que indica el prospecto. Observaremos si la dosis viene indicada en mililitros o en miligramos por kilo de peso y usaremos a ser posible el dosificador (cucharilla, jeringuilla, etc.) que acompaña al fármaco para evitar errores.
En caso de que la dosis que ha recomendado el pediatra sea diferente de la que aconseja el prospecto, hay que seguir las indicaciones del doctor, porque él ajusta el tratamiento a la intensidad de los síntomas que manifiesta el niño. El ritmo de las tomas y la duración del tratamiento debe indicarlo siempre el pediatra.
Contraindicaciones
En este apartado se explica en qué casos no se debe tomar el medicamento, bien porque puede agravar una enfermedad que ya existe o porque alguno de sus componentes puede causar una reacción alérgica en un niño sensibilizado (por ejemplo, la lactosa en niños alérgicos a esta sustancia).
Efectos secundarios
Son los síntomas que aparecen al tomar el medicamento, por ejemplo, náuseas, vómitos, somnolencia... Los efectos secundarios son muy frecuentes y la mayoría leves. El prospecto indica cuáles pueden ser estos síntomas indeseados, y si aparece algún otro síntoma no esperado hay que consultar con el médico.
En caso de urticaria, picor o dificultad respiratoria en el niño hay que suspender el tratamiento y llamar inmediatamente al médico.
Intoxicación accidental
Indica cuáles son los síntomas de sobredosis, qué se debe hacer si el niño se toma, por descuido de los padres, parte o todo el medicamento y cuál es el tratamiento que deben seguir en el centro médico. En la mayoría de los prospectos figura el número telefónico de urgencias toxicológicas: 915 620 402.
Conservación
Es primordial conocer en qué condiciones debemos mantener el fármaco para que no pierda eficacia: algunos se conservan en la nevera, otros a temperatura ambiente, otros no deben estar expuestos a la luz, otros al calor.
Otros datos
En el prospecto se indica cuál es el principio activo (amoxicilina, etc.), los excipientes (las sustancias que acompañan al principio activo), etc. También hay que conocer la fecha de caducidad, que no aparece en el prospecto sino en la caja.