Ser Padres

La vacunación infantil se frena en todo el mundo a consecuencia de la pandemia, según la OMS

Recientemente la ONU ha hecho sonar la alarma sobre el riesgo de una “catástrofe absoluta” si el peligroso retraso en la vacunación de los niños debido a la pandemia de coronavirus no se pone al día y si las restricciones sanitarias se levantan demasiado rápido.

La Dra. Kate O’Brien, directora del departamento de inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra ha sido bastante clara y contundente: “en 2021, tenemos el potencial de una catástrofe absoluta”.

Y es que la actual pandemia de coronavirus, en la que nos encontramos inmersos desde hace más de un año, ha obligado a desviar tanto recursos como personal a la lucha contra la COVID-19, a la vez que muchos servicios de salud han tenido que cerrar o reducir sus horarios. Además, muchas personas prefirieron quedarse en casa y no moverse por miedo al SARS-CoV-2, cuando las medidas de contención no las prohibían.

De acuerdo a funcionarios de la OMS, los niños desprotegidos y la eliminación rápida de las diferentes medidas restrictivas de salud implantadas contra la COVID-19 en el mundo, que también, como hemos visto, protegieron parcialmente a los niños frente a ciertas enfermedades infantiles, ya están teniendo sus efectos. Por ejemplo, hace unas pocas semanas, conocíamos la aparición de brotes de sarampión en Pakistán.

Según muestran los datos de la OMS y UNICEF, la pandemia de COVID-19 conduciría a un gran retroceso en las vacunas infantiles. De hecho, según sus cálculos, “23 millones de niños no recibieron las vacunas básicas para la infancia a través de los servicios de salud de rutina en 2020, la cifra más alta desde 2009, y 3,7 millones más que en 2019”.

El comunicado de prensa hecho público por la OMS considera que es alarmante que la mayoría de ellos, hasta 17 millones de niños, no hayan probablemente recibido una sola vacuna durante todo 2020, lo que habría ampliado las ya de por sí inmensas desigualdades existentes en el acceso normal a las vacunas. ¿Los motivos? De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en realidad son muy variados, y no solo tienen relación con la actual pandemia de coronavirus. Muchos viven en comunidades y aldeas remotas, en entornos informales y comunidades afectadas, donde se enfrentan a muchas privaciones, entre ellas el acceso limitado a servicios básicos sociales y de salud.

Es cierto que la interrupción en el calendario de vacunaciones infantil en muchos países fue generalizada el pasado año, aunque algunos lugares del mundo se vieron más afectados, como diversas regiones del Sudeste Asiático y el Mediterráneo Oriental.

“A medida que se redujo el acceso a los servicios de salud y las actividades de inmunización, aumentó en todas las regiones el número de niños que ni siquiera recibieron sus primeras vacunas.”

Foto: Istock

Vacunación en niñosFoto: Istock

Comparando con datos de 2019, un año antes del estallido de la actual pandemia de coronavirus, 3,5 millones de niños más de niños omitieron su primera dosis de la vacuna contra la tos ferina, la difteria o el tétanos. A su vez, se calcula que otros 3 millones de niños omitieron su primera dosis contra el sarampión.

“Esta evidencia debe ser una advertencia clara: la pandemia de COVID-19 y las interrupciones relacionadas nos cuestan un terreno valioso que no podemos permitirnos perder, y las consecuencias se pagarán en la vida y el bienestar de los más vulnerables”.

Según Henrietta Fore, ejecutiva de Equipo Directivo de UNICEF, “incluso antes de la pandemia, había señales preocupantes de que estábamos empezando a perder terreno en la lucha para inmunizar a los niños contra las enfermedades infantiles prevenibles, incluso con los brotes generalizados de sarampión (...) La pandemia ha empeorado la situación”.

La ONU considera que es fundamental que la distribución de las vacunas contra la COVID-19 no se realice a costa de los programas de vacunación infantil. Y es que, como advierte Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, “hemos retrocedido en otras vacunas, poniendo a los niños en riesgo de contraer enfermedades graves pero prevenibles como el sarampión, la poliomielitis o la meningitis”.

Debemos recordar que hace ya un año la Asociación Española de Pediatría (AEP), a través del Comité Asesor de Vacunas (CAV), urgió en la necesidad de hacer un llamamiento a recuperar las vacunaciones perdidas y asegurar el cumplimiento del calendario vacunal, organizando la recuperación de aquellas vacunas que se dejaron de administrar.

Es previsible que, próximamente, se comience con la vacunación contra la COVID-19 en niños menores de 12 años de edad. Aunque, por el momento, es necesario esperar a los resultados que se obtengan de los diferentes ensayos clínicos que aún se encuentran en marcha.

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