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Fimosis: qué es y cómo se trata

Si tienes un hijo varón seguro que más de una vez te has preguntado qué es la fimosis y si hay algo que puedas hacer para que tu peque no la tenga. ¿Es tu caso? Si la respuesta es sí sigue leyendo porque te vamos a decir qué podemos hacer en función de la edad de tu niño y cómo proceder para evitar recurrir a la cirugía.

Gema Boiza

Seguro que la palabra fimosis no te es desconocida, pero de ahí a saber explicar lo que es y cómo se trata hay un trecho. Si es así te garantizamos que tu caso no es único. Son muchas las mamás y muchos los papás que se preguntan cómo saber si su hijo tiene o no fimosis y, en caso afirmativo, qué hacer. De ahí que desde Ser Padres hayamos decidido resolver todas tus dudas de la mano del doctor Arturo Platas, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, y del doctor Miguel Angel Rodríguez Cabello, de esa misma unidad. ¿Quieres saber las respuestas que han dado a nuestras preguntas? Sigue leyendo porque te las contamos.

¿Qué es la fimosis y cómo se diagnostica?

Para empezar, los dos profesionales consultados por nuestra publicación han definido la fimosis (del griego φῑμός, phimós, 'hocico') como una condición del pene en la que el prepucio no puede ser totalmente retraído sobre el glande. ¿Le pasa a tu hijo? La única forma de saberlo es haciendo una exploración física de su pene y observando si esa retracción se hace, se hace con dificultad o es imposible hacerla. Una exploración en la que también es posible detectar adherencias entre la cara interna del prepucio y el epitelio del glande. Algo que, según matizan, es normal durante los primeros años de vida.

De hecho, todos los varones recién nacidos tienen fimosis ya que al nacer el prepucio está fusionado con el glande y no se puede retraer. Eso sí, en muchos casos, esa fimosis va desapareciendo durante la infancia y la pubertad. Es más, en esta última el prepucio debería poder retraerse dejando el glande al descubierto, tanto cuando el pene está flácido como cuando está erecto.

¿A partir de qué edad se debe empezar a retirar la piel del prepucio?

Si tras leer estas líneas te estás preguntando a partir de qué edad se debe empezar a retirar la piel del prepucio, los doctores consultados indican que a partir del primer año de vida e incluso antes, pues es cuando la piel debe ir desprendiéndose poco a poco de la mucosa del glande. Eso sí, “siempre con suavidad, nunca forzando”, matizan.

Si otra de tus dudas es si siempre es necesario hacerlo, la respuesta de nuestros profesionales también es positiva. Y es que a su juicio, la retracción prepucial es necesaria para poder realizar la higiene del pene del sudor, suciedad habitual y de una sustancia grasa que se forma en su interior denominada esmegma, que puede producir infecciones y complicaciones severas si no es correctamente limpiada.

¿Es mejor que se haga en casa o que lo haga el pediatra?

Llegados a este punto seguramente te estés preguntando si es mejor que esa retracción la hagáis tú o tu pareja en casa o el pediatra. ¡Toma nota! “El pediatra podrá guiar a los padres sobre cómo hacerlo pero es tarea de los padres retraer el prepucio de su hijo con cuidado y eficacia". ¿Cuándo? Según nuestros expertos, depende de cada caso. Preferentemente durante el baño, diariamente, y a ser posible dos veces al día.

¿A que también has oído hablar de que hay cremas que ayudan a desempeñar dicha ‘tarea’ pero no sabes si hay o no que recurrir a ellas? Para tu tranquilidad te diremos que cuando el prepucio no se separa del glande el pediatra suele recetar cremas con corticoides de uso tópico (cantidades inferiores al 0,1%), que suelen administrarse dos veces al día durante un periodo máximo de 30 días, con tasas de éxito de hasta el 90%, siempre acompañado de la correspondiente retracción e higiene diaria. Ahora bien, existe un 17% de recurrencia o fracaso a este tratamiento.

Aunque no suele ser frecuente, si se producen retracciones repetidas y traumáticas, podemos provocar una fimosis secundaria, por lo que debemos evitar siempre la formación de grietas y heridas cuando hagamos la retracción.

¿En qué casos hay que recurrir a la cirugía?

Para que no te alarmes, te recordamos que al final del primer año de vida la retracción prepuacial es posible en un 50% de los varones, llegando al 89% a los tres años de vida. La incidencia de fimosis es del 8% a los 6-7 años de vida, y sólo de 1% en varones entre 16 y 18 años.

Cuando esa retracción no se hace por sí sola y hay que recurrir a la cirugía la recuperación y el tiempo de recuperación depende de cada caso. En la mayoría de las situaciones se siguen utilizando hilos de sutura reabsorbibles que tardan entre 2 y 4 semanas en caerse solos.

Durante este tiempo, la herida debe ser lavada y curada de forma habitual, con agua y jabón, pudiendo emplear clorhexidina espray de base no alcohólica para desinfectar la zona los primeros días. Las complicaciones típicas son las propias de cualquier herida quirúrgica siendo las más frecuentes el sangrado y la infección, ocurriendo en menos del 5% de los casos. En caso de sangrado, la compresión manual con buenas medidas higiénicas suele ser suficiente para controlarlo, necesitando en muy pocas ocasiones ser revaluado quirúrgicamente.

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