Guillermo Iraola: "Las armas para combatir en TDAH son el conocimiento, la paciencia y el diálogo"

El 13 de julio es el día internacional del TDAH.  El farmacéutico diagnosticado ha escrito su propio libro '(Casi) todo lo que sé del TDAH' para hablar de este trastorno. Así son sus vivencias con esta condición. 
zinetmedia_nio_corriendo_por_la_calle_de_espaldas_imagen_--ar_9dc5691e-fe5f-4859-a7a8-5c86671a748b_0
El TDAH en niños y adolescentes es más común de lo que nos pensamos - Paula Manso

El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) afecta al 5% y 7% de la población infantil en España, y desde la Asociación Española de Pediatría advierten de un aumento notable de estas cifras, “sobre todo durante la pandemia cuando primó la falta de estructura educativa”. La realidad es que durante muchos años, a los niños y adolescentes no se les ha diagnosticado debidamente y es cuando entre los 18 a 44 años cuando las personas con este trastorno pasan desapercibidas y no se diagnostican como tal. El 13 de julio es el día internacional del TDAH y, por ello, Guillermo Iraola estrenó su libro '(Casi) todo lo que sé del TDAH', manual que habla sobre cómo ha ido experimentando y aceptando esta condición a lo largo de los años de su vida.

Guillermo Iraola (@TDAHdeMayor) es farmacéutico desde hace más de 20 años y a sus 48 años de edad lleva sólo 5 años diagnosticado con TDAH. Es por eso por lo que se lanzó a hablar de ello en forma de manuscrito y ensayo para narrar mostrar cómo ha sido el proceso de reconocimiento y su experiencia en primera persona indagando en el mundo del TDAH.

Este viaje le ha llevado a comprender cómo funciona una mente con este trastorno en muchas fases de la vida empezando desde la infancia. También abarca la importancia de poner etiquetas y explicación a lo que ocurre en la cabeza de un niño, un adolescente o un adulto con TDAH. Hablamos con él sobre su libro y su proceso de creación como proyecto personal y profesional. 

Cuando llegan a la farmacia de Guillermo niños con TDAH, le gusta calmar a las familias. - Paula Manso

¿Qué le dirías a un padre que acaba de descubrir que su hijo/a tiene TDAH?

Por mi profesión, esta situación se me presenta con relativa frecuencia, y son atenciones farmacéuticas que disfruto mucho. Basta preguntar si notan alguna mejora con la medicación para dar pie a una charla a pie de mostrador que pueda resultar útil. En un golpe de efecto, paso a hablar de mi diagnóstico tardío. Lo comento por encima casi sin darle importancia, y es ahí donde se establece la conexión. A partir de ese momento, las dudas sobre el tratamiento o los rasgos del TDAH surgen con naturalidad.

Me gusta dejar claro que el TDAH no es una enfermedad, ni hay que tenerle miedo ni se tiene que intentar curar, porque esto va de percibir el mundo de forma algo distinta a como lo hace la mayoría. Tener diferentes sensibilidades, una noción del tiempo algo volátil o una personalidad impulsiva y espontánea no deberían desembocar en un trastorno, y defiendo a capa y espada que el TDAH aparece únicamente si el entorno interpreta como hostil una forma de ser que no es siempre bien recibida.

Soy un farmacéutico algo atípico, y cuando alguien me confiesa sus reservas en cuanto al uso de psicoestimulantes, no creo que mi trabajo sea el de convencer. En el libro queda claro que soy partidario, pero son decisiones personales que hay que respetar, más que nada porque las intervenciones farmacológicas son una contradicción con patas. ¿Cómo se puede tratar la hiperactividad con psicoestimulantes? La explicación básica es que esta no viene de pisar el acelerador, sino de no poder frenar. Los psicoestimulantes, por raro que parezca, ayudan a frenar las impulsividades. Estas paradojas se tendrían que explicar mejor de lo que se explican normalmente.

Otra sugerencia que me quedo siempre con las ganas de hacer… ¿Por qué no invitar a que el resto de la familia se haga las pruebas? Sobre la heredabilidad del TDAH hay sensibilidades para todos los gustos, y no sería mal consejo echar un vistazo alrededor para buscar respuestas. Asegurarse de que no hay más familiares tocados por la "varita mágica".

En edad escolar, ¿Cómo afecta la ausencia de diagnóstico de TDAH?

Actualmente el TDAH acapara más miradas que cuando yo era chaval, donde estas siglas y todo lo que conllevan eran completas desconocidas. Como mucho, en casa o en la escuela podían sospechar que algo pasaba, pero por aquel entonces no había forma de ponerle nombre, y menos aún de actuar en consecuencia. En los informes trimestrales de la escuela advertían que "no se esfuerza lo suficiente" o "habla demasiado", eso era todo.

Hoy es difícil que el TDAH pase desapercibido a lo largo de la niñez o la preadolescencia, pero sigue pasando. Para volar bajo el radar basta con perfeccionar lo que en otros países se conoce como masking, que no es otra cosa que enmascarar el TDAH mimetizando comportamientos que la persona afectada entiende por "normales"

El masking es muy característico del TDAH y de otras neurodivergencias. Se adopta un "modo espejo" y complaciente buscando la integración en la escuela, la sociedad o el mercado laboral, y no sería un mal recurso si no anulase la personalidad. Tarde o temprano, el castillo de naipes acaba por desmoronarse, porque el masking supone renunciar a una esencia que seguirá presente por mucho que se disimule, y eso acaba cansando. 

¿Por qué recomiendas tu libro a quienes se encuentran en esta situación?

Podría explicar durante horas cómo siente las cosas un cerebro con TDAH, pero como cada caso es distinto solo estaría describiendo mi caso particular. La autobiografía no era una opción, y como mucho el libro aspira a explicar el TDAH desde una perspectiva general, poniendo sobre la mesa recursos y vocabulario para comprender el TDAH lo mejor posible. Habría sido más comercial traducir un libro en inglés o publicar una guía de recomendaciones y tips, pero ya tenemos Amazon hasta los topes de ese tipo de contenido, y tocaba publicar algo diferente. Si a mí me ha venido bien escribirlo… ¿Por qué no iba a ser bueno echarle un vistazo?

Cada tarde que me he sentado a escribir, mi motivación ha sido pensar que habrá quien encuentre útil mi visión del TDAH. No soy de dar consejos, pero si esto fuese un videojuego y tuviera que elegir tres armas para repartir a cada familia que tenga el TDAH en casa, estas serían el conocimiento, la paciencia y el diálogo. En ese orden, además.  Primero hay que documentarse y luego observar si nuestros aprendizajes se ajustan a las vivencias de diario. Si todo encaja, solo queda resolver desde la calma y el diálogo los problemas y malentendidos derivados del trastorno. Cuando averigüe cómo se hace todo esto, quién sabe si no me animaré con un segundo libro.

Las familias juegan un papel muy importante dentro del siagnóstico del peuqeño de TDAH - Getty Images

¿Qué herramientas le darías a una familia para comprender la mente del pequeño con TDAH?

Cuando llega un diagnóstico en firme a las familias, se debate la posibilidad de aplicar tratamientos farmacológicos o psicoterapia sin tener en cuenta que es la propia familia la que se sostiene lo que se conoce como"intervención multimodal". El abordaje multimodal del TDAH va mucho más allá de los caros tratamientos, las sesiones de mindfulness o los campamentos neurodivergentes de verano. 

La intervención multimodal es todo eso, pero también es comprender el TDAH desde la base para facilitar la existencia de quien lo padece. La intervención multimodal busca favorecer la integración del diferente, y es importante que las familias comprendan que están en el epicentro de estas actuaciones coterapéuticas. Con su implicación, es mucho más fácil integrar un TDAH infantil, adolescente o adulto, más allá de enseñarle a comportarse y "aprender a encajar".

(Casi) todo lo que sé del TDAH - Pinolia

Todo lo que sé del TDAH

Guillermo Iraola

¿Cómo fue tu infancia sin haber sido diagnosticado?

Dedico parte del libro a averiguar por qué nadie fue capaz de identificar mi TDAH hasta la famosa crisis de los cuarenta. He llegado a la conclusión de que esto se debe a que mi niñez no fue problemática en absoluto. Estuvo muy ligada a lo rural y la recuerdo directamente opuesta a lo traumático. Tenía mis chaladuras, pero como las llevaba a cabo en el campo y con disimulo, tampoco saltó ninguna alarma.

El problema del masking es que en la adolescencia o la adultez temprana, la mochila del TDAH se va cargando sin que nadie lo note. Con la edad se suman desordenes que complementan peligrosamente el TDAH, como trastornos de la conducta alimentaria, adicciones, aislamiento social, ansiedad, depresión, en un efecto «bola de nieve» que crece y crece hasta que el cerebro dice basta.

"Yo tuve muchísima suerte porque una de estas crisis dio lugar a mi diagnóstico tardío"

Cuando se detecta este problema en la adultez, si es que se detecta, habrá dado lugar a un buen ramillete de lo que se conoce como enfermedades comórbidas o comorbilidades. El TDAH no es una enfermedad como tal, pero cuanto más tiempo vuele bajo el radar, más trastornos y patologías complementarias causará, hasta llegar al punto en que no se tengan fuerzas para seguir enmascarando. Yo tuve muchísima suerte porque una de estas crisis dio lugar a mi diagnóstico tardío. Otras personas se quitaron la vida o están en la cárcel, la realidad del TDAH es así de cruda.

Recomendamos en