Impactante hallazgo en Francia: niño de 3 años tratado con mercurio revela errores médicos del pasado

Un análisis paleofarmacológico revela que un niño de 3 años en la Francia del siglo XIX fue tratado con mercurio, lo que ofrece nuevas pistas sobre la historia médica de las deficiencias nutricionales infantiles.
Impactante hallazgo en Francia: niño de 3 años tratado con mercurio revela errores médicos del pasado. Fuente: Midjourney / E. F.

Cuando pensamos en tratamientos infantiles del pasado, solemos imaginar jarabes caseros, infusiones o incluso sangrías. Pero pocas personas saben que durante siglos se utilizó mercurio —un metal hoy conocido por su alta toxicidad— como remedio común, incluso en bebés. La historia que revela un estudio reciente nos pone frente a una realidad difícil de digerir: un niño francés de apenas 3 o 4 años fue probablemente tratado con mercurio como solución médica poco antes de morir en el siglo XIX. Lo sabemos gracias a sus huesos.

Esta investigación, publicada en el International Journal of Paleopathology, analizó los restos óseos de un menor enterrado en el antiguo cementerio de Saint-Gervais, en Rouen, Francia. El pequeño sufría de raquitismo y escorbuto, enfermedades por deficiencia de vitaminas D y C, respectivamente. El hallazgo de altos niveles de mercurio en sus vértebras sugiere que se le administró como tratamiento, reflejando una práctica médica extendida en esa época y que hoy nos resulta difícil de comprender.

Las enfermedades infantiles de la pobreza

El raquitismo y el escorbuto eran enfermedades muy comunes en los siglos XVIII y XIX, sobre todo entre las clases trabajadoras y empobrecidas. Ambas están relacionadas con carencias nutricionales graves. El raquitismo se debe a una deficiencia de vitamina D, lo que impide la correcta mineralización del hueso en crecimiento, provocando deformidades esqueléticas. Por otro lado, el escorbuto, causado por la falta de vitamina C, afecta a la producción de colágeno y compromete tejidos como los vasos sanguíneos, pudiendo provocar hemorragias e incluso la muerte.

El niño hallado en Rouen, identificado como Individuo SP5, mostraba señales óseas compatibles con ambas enfermedades. Según los investigadores, su muerte tuvo lugar en una ciudad con baja exposición solar —factor esencial para la síntesis de vitamina D— y en una etapa de transición industrial que afectó drásticamente las condiciones de vida infantil.

Representación simbólica del escorbuto infantil, donde un niño flota en un entorno onírico rodeado de cítricos, fuente esencial de vitamina C. Fuente: Midjourney / E. F.

El mercurio como medicina

A ojos actuales puede parecer insólito, pero el mercurio fue durante siglos un ingrediente común en la medicina tradicional y académica. Se utilizaba para tratar afecciones tan diversas como infecciones venéreas, trastornos de la piel, parásitos y enfermedades inflamatorias. Durante los siglos XVIII y XIX, también se prescribía contra el raquitismo y, en menor medida, el escorbuto.

El mercurio no tiene ninguna funcionalidad biológica conocida

El estudio señala que, en Francia, el mercurio se incluía en “jarabes mercuriales”, a menudo combinados con extractos de opio y cicuta, aplicados en forma de pomadas o ingeridos directamente. También existían tratamientos por fumigación en cámaras cerradas con vapores de cinabrio (sulfuro de mercurio). Estas prácticas médicas no distinguían edades: niños pequeños y lactantes también eran tratados con mercurio.

Una de las citas más reveladoras del artículo indica que “el individuo estuvo probablemente expuesto a niveles elevados de mercurio procedentes de un tratamiento terapéutico, potencialmente para las deficiencias vitamínicas, en los últimos meses de vida”.

Una madre y su hijo compartiendo un momento de cuidado al aire libre, mientras ella le aplica protector solar con una sonrisa. Fuente: Midjourney / E. F.

Análisis científicos que revelan el envenenamiento

Los investigadores llevaron a cabo diversos análisis arqueométricos sobre los restos del niño. En concreto, aplicaron espectroscopía de absorción atómica de vapor frío (CV-AAS) y fluorescencia de rayos X por dispersión de energía (ED-XRF). Estas técnicas permitieron detectar con precisión la presencia y concentración de mercurio en los huesos.

El resultado fue contundente: se halló un nivel de 9,373 mg/kg de mercurio en una vértebra torácica. La muestra dental no presentó niveles detectables, lo que sugiere una exposición reciente antes de la muerte, ya que los huesos metabolizan el mercurio más lentamente que los dientes. Además, los análisis descartaron otras posibles fuentes de contaminación, como el suelo, la dieta o la exposición laboral indirecta, teniendo en cuenta la corta edad del menor.

Estos datos no solo confirman la administración de mercurio como tratamiento, sino que también refuerzan la hipótesis de que el niño sufrió una intoxicación aguda que pudo contribuir a su fallecimiento.

Restos óseos del Individuo SP5, niño de 3 a 4 años hallado en Rouen (Francia): a) enterramiento in situ; b) señales patológicas compatibles con escorbuto; c) indicios de escorbuto y raquitismo; d) lesiones asociadas al raquitismo. Crédito: Zinn et al., 2025.

Lo que nos cuentan los huesos sobre la medicina del pasado

Este estudio es un ejemplo destacado de lo que se conoce como paleofarmacología, una disciplina que combina la arqueología, la antropología y la química para identificar tratamientos médicos antiguos a partir de restos humanos. Aunque se han encontrado evidencias de uso de mercurio en momias y esqueletos antiguos, es raro hallar casos tan bien documentados en contextos infantiles.

Los autores del estudio explican que la variabilidad de los compuestos de mercurio, combinada con las diferencias en la dosis y duración de la exposición, plantea retos importantes para la investigación paleofarmacológica.

Además, destacan que el mercurio no tiene ninguna función biológica conocida, y sus efectos tóxicos son hoy ampliamente reconocidos. Puede provocar daños neurológicos, renales, gastrointestinales y respiratorios, entre otros. Aun así, durante siglos se consideró una sustancia “curativa”, en parte por su apariencia brillante y su rareza, que le otorgaban un estatus casi mágico.

Una advertencia desde el pasado

La historia del Individuo SP5 no es solo un episodio triste de la historia médica. También es un ejemplo "vivo" de los errores que la ciencia ha cometido en su evolución. En un momento en que el acceso a datos, tratamientos y medicina basada en evidencia es más amplio que nunca, vale la pena mirar atrás para entender cómo ciertas prácticas, aunque bienintencionadas, pusieron en riesgo vidas.

El artículo concluye que es necesaria más investigación para comprender mejor cuán extendido estuvo el uso terapéutico del mercurio en la infancia durante la industrialización. Casos como este pueden ayudar a reescribir nuestra comprensión de la historia de la medicina pediátrica y la relación entre pobreza, deficiencia nutricional y decisiones clínicas.

Como sociedad, este tipo de hallazgos nos invita a mantener una mirada crítica sobre el presente, especialmente en relación con la infancia, los tratamientos médicos y la salud pública. La medicina ha avanzado, sí, pero la historia de este niño demuestra que no podemos dar por hecho que todo tratamiento aceptado hoy lo será también mañana.

Referencias

  • Alexandra Zinn, Aminte Thomann, Yannick Lefrais, Olivier Dutour, Antony Colombo. Archeometric detection of mercury: A paleopharmacological case study of skeletal remains of a child with vitamin deficiencies (Rouen, France, late 18–19th centuries). International Journal of Paleopathology, Volume 49, June 2025, Pages 29-36. https://doi.org/10.1016/j.ijpp.2025.02.006.

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