La forma más correcta de administrar un supositorio a un bebé según una médica

Aunque hoy en día están en desuso, algunos pediatras continúan recetándolos. Y a pesar de que pueden ser sencillos de aplicar, saber cuál es la forma más correcta de administrarlos será de gran ayuda.
La forma más correcta de administrar un supositorio a un bebé
La forma más correcta de administrar un supositorio a un bebé - Fuente: iStock

Aunque en la actualidad no tienden a ser tan comunes, hubo un tiempo en el que el supositorio se convirtió en un auténtico remedio para muchas mamás y papás, sobre todo en el tratamiento natural del estreñimiento ocasional en bebés y niños pequeños, especialmente en la década de los años 80, cuando su uso estaba muchísimo más extendido. 

Por eso, en el mundo de la pediatría, el uso de supositorios ha sido una práctica común durante décadas, especialmente para tratar afecciones como el estreñimiento en bebés. Aunque su popularidad ha disminuido con el tiempo, los supositorios siguen siendo una opción viable en ciertas circunstancias. Este artículo explora la historia, ventajas y métodos correctos para administrar supositorios a los más pequeños.

Historia y uso actual de los supositorios en bebés

Uso histórico de supositorios para el estreñimiento en bebés

Durante la década de los 80, el uso de supositorios se convirtió en una solución habitual para el estreñimiento ocasional en bebés y niños pequeños. Los padres y pediatras de la época confiaban en esta forma de administración debido a su eficacia y facilidad de uso. Los supositorios de glicerina, en particular, eran populares por su capacidad lubricante y su acción rápida, proporcionando alivio a los pequeños que sufrían de estreñimiento. A pesar de la evolución en los tratamientos pediátricos, esta práctica dejó una huella significativa en la historia de la medicina infantil.

Actualidad del uso de supositorios en pediatría

Hoy en día, el uso de supositorios en pediatría ha disminuido, pero no ha desaparecido por completo. Aunque la mayoría de los médicos prefieren otras formas de administración, los supositorios todavía se prescriben en casos específicos, como cuando un bebé presenta vómitos continuos o no puede ingerir medicamentos por vía oral. Los supositorios de glicerina siguen siendo una opción ocasionalmente recomendada para aliviar el estreñimiento, gracias a su acción directa y efectiva. Sin embargo, su uso debe ser siempre bajo supervisión médica para garantizar la seguridad del bebé.

Ventajas de los supositorios para bebés

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La forma más correcta de administrar un supositorio a un bebé - Fuente: Pexels

Absorción directa y reducción de irritación digestiva

Una de las principales ventajas de los supositorios es su capacidad para ser absorbidos directamente a través del recto, evitando el paso por el sistema digestivo. Esto no solo mejora la eficacia del medicamento, sino que también minimiza el riesgo de irritación gastrointestinal, algo especialmente importante en bebés con estómagos sensibles. Por ejemplo, los antiinflamatorios no esteroideos pueden causar irritación si se administran por vía oral, pero en forma de supositorio, este riesgo se reduce considerablemente, asegurando una administración más segura.

Alternativa a la administración oral de medicamentos

La administración de medicamentos por vía oral puede ser complicada en bebés, ya que algunos pueden rechazar o vomitar el medicamento. En estos casos, los supositorios ofrecen una alternativa eficaz. Al no depender de la deglución, los supositorios pueden ser una solución ideal para bebés que tienen dificultades con la administración oral. Además, en situaciones donde el bebé está inconsciente o sufre de vómitos persistentes, los supositorios aseguran que el medicamento llegue al torrente sanguíneo sin complicaciones.

Precauciones y consideraciones antes de administrar un supositorio

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La forma más correcta de administrar un supositorio a un bebé - Fuente: Pexels

Importancia de las precauciones previas

Antes de administrar un supositorio a un bebé, es crucial tomar ciertas precauciones para garantizar su efectividad y seguridad. Lavar bien las manos antes y después de la aplicación es fundamental para prevenir infecciones. Además, es importante manipular el supositorio con cuidado para evitar que se derrita con el calor de las manos. Si el supositorio está demasiado blando, enfriarlo en la nevera puede ayudar a endurecerlo, facilitando su inserción. Estas precauciones aseguran una administración eficaz y sin contratiempos.

Contraindicaciones y cuándo evitar su uso

Aunque los supositorios son generalmente seguros, existen ciertas contraindicaciones que deben tenerse en cuenta. No se deben usar en bebés con alergias conocidas a los componentes del supositorio o en presencia de afecciones anorectales, como fisuras o hemorroides. Además, si el bebé presenta dolor abdominal inexplicable o trastornos gastrointestinales, es mejor evitar su uso sin consultar a un médico. Ante cualquier signo de irritación o sangre en las heces, es crucial interrumpir el tratamiento y buscar atención médica de inmediato.

Consulta médica y uso bajo supervisión

El uso de supositorios en bebés debe ser siempre bajo la supervisión de un médico. Los profesionales de la salud pueden evaluar la necesidad del tratamiento y recomendar la dosis adecuada. Además, en casos de enfermedades graves o si el bebé está tomando otros medicamentos, es esencial informar al médico para evitar interacciones no deseadas. La consulta médica también es importante durante el embarazo y la lactancia, garantizando que el uso del supositorio sea seguro tanto para la madre como para el bebé.

Cómo poner un supositorio a un bebé paso a paso

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La forma más correcta de administrar un supositorio a un bebé - Fuente: Pexels

Instrucciones para administrar correctamente un supositorio al bebé

Para administrar un supositorio de manera adecuada, es importante seguir una serie de pasos. Primero, lávate bien las manos con agua y jabón. Luego, retira el envoltorio del supositorio, ya sea de plástico o aluminio. Acuesta al bebé de costado, preferiblemente sobre el lado izquierdo, y flexiona sus piernas hacia el estómago. Con cuidado, inserta el supositorio en el recto, dirigiéndolo hacia el ombligo. Es crucial introducir el extremo plano primero para evitar que el supositorio se salga.

Consejos para mantener la efectividad del supositorio

Una vez insertado el supositorio, es importante mantener las nalgas del bebé unidas durante algunos segundos, lo que ayuda a evitar que el medicamento sea expulsado. Además, se recomienda que el bebé permanezca acostado durante al menos 10 a 15 minutos para asegurar que el supositorio se disuelva y sea absorbido correctamente. Estos pasos son esenciales para garantizar que el medicamento cumpla su función de manera efectiva y sin contratiempos.

Cómo administrar solo una parte del supositorio si es necesario

En algunos casos, puede ser necesario administrar solo una parte del supositorio. Para hacerlo correctamente, corta el supositorio a lo largo, de extremo a extremo, y no por la mitad. Esto asegura que la dosis sea la adecuada y que el medicamento se distribuya de manera uniforme. Al igual que con la administración completa, es importante seguir los mismos pasos de inserción y precauciones para garantizar la seguridad y efectividad del tratamiento.

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