La mejor manera de ayudar a un adolescente a canalizar su rabia, según los psicólogos

La adolescencia es una etapa difícil, de cambios internos y externos y, en ocasiones, va acompañada de momentos de rabia e ira a los que los padres no sabemos enfrentarnos.

“La ira es una emoción humana natural; es un mensaje de que el adolescente siente que una necesidad suya está siendo amenazada”, afirma el Doctor Mitch Abblet en su libro ‘Helping your Angry Teen’. Aunque la rabia y la ira sean sentimientos normales e, incluso, buenos durante la etapa de la adolescencia, los padres a veces nos sentimos desbordados.

Y es que, los adolescentes deberían venir con un cartel de ‘Estoy en construcción’ colgado del cuello. Porque, aunque todos nos creemos unas expectativas, lo cierto es que un ‘deja de decirme lo que tengo que hacer’, un ‘no voy a hacer eso que tú me pides’ o un portazo acompañado de un ‘déjame en paz’ merma la paciencia y la estabilidad de cualquiera. Y, ante esa situación, no sabemos cómo actuar correctamente con ellos e, incluso, nos quedamos sin armas para comprender y acercarnos a aquello que puede estarles pasando.

Por eso, es muy importante que los padres contemos con las herramientas necesarias para sobrellevar la rabia y la ira típicas de esa etapa de maduración. Algo que, tal y como hemos visto (hasta cierto punto) es completamente normal. Bernard Golden, psicólogo y autor de ‘Healthy Anger’ cuenta que la ira en sí no es el problema, si no la manera en la que lo expresan: “La ira es una emoción; la agresión es un comportamiento y hay una gran diferencia entre sentirse enfadado y hablar de lo que se está sintiendo, ser capaz de superarlo o, simplemente, actuar gritando o rompiendo cosas”.

¿Por qué sienten rabia los adolescentes?

Los años de la adolescencia están llenos de miedos, angustias, ansiedad o frustración y el problema no reside en sentir algo de esto, que es completamente normal debido a los cambios hormonales, la incertidumbre ante el futuro y el vértigo de hacerse mayor, sino no saber gestionarlo correctamente.

En esta etapa de crecimiento, la corteza prefrontal del cerebro (encargada del razonamiento, la planificación o la toma de decisiones, entre otros) todavía no está del todo desarrollada, por lo que las emociones pueden anular los pensamientos racionales actuando, muchas veces, llenos de ira y frustración ante algo que no ha salido como ellos esperaban.

Esto, unido a la búsqueda de autonomía o el requerimiento de participar en más tomas de decisiones que los afectan (sobre todo en el ámbito familiar), sin éxito, puede llevarles a estar más angustiados. Por eso, uno de los mayores errores que cometemos como padres de adolescentes a la hora de gestionar esa ira es, precisamente, no darle su propio espacio y decirle constantemente todo lo que tiene que hacer.

¿Cómo manejar, como padres, la ira adolescente?

En primer lugar, vamos a detallar algunos de los errores más frecuentes que cometemos como padres de adolescentes, según la psicóloga Bárbara Tovar:

  • El error atencional: cualquier cosa que sea agradable o positiva desaparecerá al os ojos de un chico enojado, así que tenemos que esperar el momento oportuno para dirigirnos a él
  • El error interpretativo: la tendencia a etiquetar cualquier situación como un ataque o conducta hostil hacia el adolescente
  • El error de memoria: si se enoja, probablemente busque en su memoria todos los momentos en los que sienta que le has hecho daño anteriormente, así que intenta no entrar en la provocación e ignorar sus críticas emocionales que buscan herirte.

En segundo lugar, vamos a darte una serie de consejos que dan los psicólogos para sobrellevar de la mejor manera la ira adolescente.

  • No actúes como él: si te alza la voz y tú la alzas más, acabarás provocando una escalada de ira que acabará de la peor manera. Según el doctor Bernard antes nombrado, lo mejor es bajar la voz y hablar más lentamente; de esta manera, el adolescente hará lo mismo, ya que las emociones son contagiosas.
  • Busca el momento oportuno: “si las cosas se ponen feas, aléjese y diga ‘parece que nuestros cerebros están demasiado enfadados. Continuemos esta discusión cuando las cosas se enfríen un poco”, afirma el doctor Abblett.
  • Escucha a tu hijo: desconectar de los problemas de adolescente no les hace bien. Hay que escuchar activamente y validar todos sus sentimientos, sean buenos o malos.
  • Deja de actuar con él como si fuera un niño: “hable con su hijo casi como lo haría con un compañero de trabajo o con otro adulto”, sigue Abblett. Esto no quiere decir que dejemos de establecer límites, pero has de saber que ya no es un niño. Además, has de ser comprensivo si quiere hacer cosas apropiadas para su edad, como quedar con sus amigos, ir al cine o ir a tomar algo.
  • Aprende a gestionar tus emociones para saber cómo gestionar las suyas: “puedes decir a tu hijo como ha de comportarse y darle todo tipo de estrategias, pero si tú estás manejando mal tu propio enfado, tu comportamiento va a anular lo que estás diciendo a tu hijo que haga”, dice el doctor Bernard. Así que, uno de los mejores consejos es que aprendamos a manejar nuestra rabia e ira.

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