Un cuento para padres: La familia Castaña y la tienda de las cosas perdidas

Conoce un cuento que nos enseña a aprender y ver el mundo desde una perspectiva diferente, donde las palabras no siempre son necesarias para conectar con los demás.
En la tienda de objetos perdidos de Manolo, puedes encontrar desde llaves y paraguas olvidados hasta risas extraviadas / Fuente: Microsoft Bing

En la peculiar tienda de Manolo Castaña, las personas encuentran mucho más que objetos perdidos: redescubren emociones, recuerdos e incluso a sí mismos.

En una calle estrecha y empedrada, había una tienda con un letrero medio borrado que decía: “Aquí se encuentran tus cosas perdidas”.

No decía qué cosas. Solo cosas. Y dentro, entre estanterías y cajones , trabajaba un señor mayor llamado Manolo Castaña. Al principio, cuando la abrió, era la ferretería del pueblo. Vendía clavos, martillos y herramientas de todo tipo. Con los años, Manolo la convirtió también en una papelería y se llenó de carpetas, gomas de borrar con olor a fresa y bolígrafos de muchos colores. Y con los años de los años la convirtió en una tienda mágica que tenía de todo. En realidad, era un lugar donde lo que parecía no servir para nada también tenía su sitio.

Aquí se encuentran tus cosas perdidas

Manolo no hablaba mucho con la gente que entraba a visitarlo. De hecho, a veces no entendía las bromas y los ruidos demasiado fuertes le molestaban.

Pero Manolo tenía un talento increíble: Veía el mundo de una manera tan diferente que sabía exactamente lo que cada personaba necesitaba encontrar y sabía exactamente dónde estaba cada cosa que alguien había perdido. ¡Y no solo eran llaves o calcetines perdidos ni paraguas olvidados! Su tienda era especial porque la gente venía a buscar cosas que ni siquiera se podían meter en un bolsillo.

¡Tilín! Sonaba una campanilla cada vez que alguien entraba. La gente decía cosas como:

—¡He perdido mi risa!

—No encuentro mi valentía…

—¿Por casualidad has visto mi inspiración?

Y Manolo, con su peculiar manera de ver el mundo, siempre tenía una respuesta y encontraba justo lo que necesitaban. Los clientes no solían sorprenderlo. Aunque un día, mientras Manolo organizaba muy bien su tienda, escuchó de nuevo el tilín de la campanilla. Esta vez era un adolescente, que se balanceaba mucho y se había detenido a mirar toda la tienda sin decir nada. ¿Pero qué había perdido? ¡Por primera vez Manolo no lo sabía!

—¿Cómo te llamas? —preguntó Manolo.

El chico no le contestaba. ¿Tal vez perdió su nombre? ¿Las palabras? Manolo se cruzó de brazos, sintiendo mucha rabia consigo mismo. ¡Era la primera vez que no podía ayudar a alguien! El niño seguía mirando la tienda, llena de trenes y maquetas a escala. Tenía trenes de juguetes, grandes pequeños, antiguos y modernos. ¡Había trenes por todos lados!

—¿Te gustan los trenes? —preguntó Manolo, aunque el adolescente no hablara.

El chico asintió rápidamente con la cabeza y se volvía a balancear hacia delante y hacia atrás. Manolo, empezó a entenderle. Él sabía mejor que nadie que las palabras no eran la mejor forma de comunicarse.

—Este tren se llama igual que yo. Yo me llamo Manolo —respondió regalándole una locomotora.

El joven cogió el tren mirándolo fijamente. A pesar de que los ruidos fuertes le molestaban, Manolo condujo al joven a un piano viejo que tenía en su tienda. El chico comenzó a observar con timidez, pero después comenzó a tocar las mismas teclas que Manolo, imitándole.

A través de un viejo piano, Martín y Manolo comienzan a comunicarse de una manera única. / Fuente: Microsoft Bing

 —Y este piano se llama también Manolo. ¡Como yo!—exclamó Manolo orgulloso.

—Yo me llamo Martín—respondió el chico.

Desde entonces, comenzó a ir cada tarde y cada día el piano sonaba mejor. ¡Curiosamente la música le fascinaba! Aunque todas las tardes repetía la misma melodía, a Manolo le sorprendía. A veces Martín hablaba, pero a veces no lo hacía. A pesar de todo Manolo no lo apresuraba, porque sabía que encontrar las palabras lleva tiempo. Y si algún cliente entraba en la tienda preguntando:

—¿Aquí se encuentran cosas perdidas?

Manolo ya respondía:

—Sí. ¡Y a veces, se encuentran personas que ni sabían que estaban perdidas!

Día Mundial del Autismo: Un espacio para la comprensión y el apoyo familiar

El 2 de abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, una fecha destinada a aumentar la comprensión sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y promover la inclusión de las personas que lo padecen. A menudo, este trastorno se caracteriza por las dificultades en la comunicación e interacción social.

Dedica este día a hacer actividades que tu hijo disfrute, ya sean juegos sensoriales, actividades creativas, recordando fotos o dando un paseo en su lugar favorito. Hoy puede ser una celebración de sus logros y fortalezas. La celebración no tiene que ser grandiosa, lo importante es que se sienta apoyado y que todos comprendan mejor su mundo.

También es un día para promover la inclusión y educar a los demás sobre el autismo, una de las formas más comunes de mostrar apoyo en este día es organizando actividades para explicar el autismo a los más pequeños. Utiliza libros, vídeos y cuentos que aborden de manera accesible y empática.  Más allá de los consejos que compartimos de los más expertos, los cuentos están diseñados para abordar temas específicos como el manejo de la ansiedad, el duelo, la superación de un miedo o la adaptación a un nuevo entorno. Cuando se trata de niños y adolescentes con TEA, los cuentos pueden funcionar como una especie de “guía” para reconocer y nombrar sus emociones, identificar patrones de comportamiento y aprender cómo manejar situaciones difíciles.

El 2 de abril se celebra el Día Mundial del Autismo / Fuente: CANVA

La comunicación no verbal

No siempre es fácil entender las necesidades de un niño con autismo, especialmente cuando las palabras no fluyen con facilidad. ¿Quién le diría a Manolo Castaña que, entre tanto tornillo y martillo, acabaría ayudando a un chico que ni siquiera quería hablar? Pero Manolo, que tampoco era muy charlatán, tampoco se preocupó. Sabía que forzar a Martín no era buena idea y que no iba a funcionar.

Algunos niños con TEA pueden llegar a sentirse abrumados al ser presionados a hablar, por lo que es fundamental ser pacientes y permitirles avanzar a su propio ritmo. Evita forzar conversaciones y permite que se sientan cómodos. Los niños con TEA a menudo responden bien a las ayudas visuales. Puede ser efectivo usar pictogramas o comunicarse a través de gestos o dibujos. Sin duda, podría ser una forma alternativa de conectar con él. En el caso de Manolo, elige la música como medio de conexión ya que Martín casualmente parecía tener una admiración por la música.

La fascinación por los trenes

Es bastante común que muchos niños con TEA muestren un alto interés por objetos o actividades repetitivas, y los trenes son un ejemplo clásico. Los trenes tienen una rutina clara, con horarios y trayectos predecibles, por lo que no es de extrañar que muchos niños con autismo se sientan interesados.  

A Manolo le pasaba algo similar: le encantan los trenes. Y aunque su tienda estaba llena de cosas inesperadas, siempre tenía un lugar especial para sus trenes. ¡Y quién sabe! Tal vez Martín se sintiera atraído por el mismo tipo de magia que Manolo sentía cuando veía las locomotoras moverse.

Los trenes despiertan mucha fascinación en los niños autistas / Fuente: CANVA

Diferentes formas de ver el mundo

Si bien hay características comunes en las personas con TEA, cada individuo tiene su propio modo de interactuar, aprender y comunicarse. Cuando hablamos de autismo, es común que nuestra mente se dirija hacia los niños o adolescentes. Sin embargo, el TEA no es exclusivo de la infancia. Esta condición acompaña a las personas durante toda su vida, y con el paso de los años, las formas de vivir y relacionarse con el entorno evolucionan. Por eso, es fundamental comprender que las perspectivas sobre el mundo pueden ser tan diversas como las personas con TEA que existen.

El autismo es un espectro, lo que significa que cada persona tiene un comportamiento, interés y habilidad específica. La forma en que un niño, un joven o un adulto con TEA percibe el mundo puede ser completamente distinta, no solo entre ellos, sino también respecto a cómo lo hacen aquellos que no tienen este diagnóstico. Así que recuerda, dale la oportunidad a tu hijo de mostrarte el mapa de su propio mundo: algún juego que le guste o una habilidad que quizá ni imaginabas, como su talento sorprendente para las matemáticas, que podría estar esperando a ser descubierto. ¡Igual que el talento de Martín!

Recomendamos en