La esperada fiesta de Navidad suele coincidir con el último día de clase, antes de las vacaciones. Esa jornada todo es alegría en la escuela infantil, se cantan villancicos, se tocan instrumentos y todos comen dulces navideños.
La fiesta de Navidad es una excusa perfecta para que los peques aprender a hacer cosas divertidas:
¿En qué consiste la fiesta?
A los pequeños les encanta entonar canciones navideñas y jugar con zambombas y panderetas. Además, les resulta muy enriquecedor porque trabajan al mismo tiempo el ritmo y la expresión corporal.
2. Decoración
A los niños les divierte y emociona decorar el aula junto a su educador. A veces se pide colaboración a las familias para que cada niño aporte algo.
Los padres también pueden ayudar a adornar la clase: colocar las bolas, el espumillón, las luces, etc.
3. Salidas
Para motivarles de cara a la fiesta, los educadores suelen organizar alguna salida con el fin de vivir la Navidad en directo. Van a ver la decoración de las calles, visitan algún mercadillo típico de estas fechas, llevan sus cartas a los Reyes Magos... Eso sí, este año esta opción tendrá que esperar. Lo mejor será hacer la fiesta en clase con el grupo de convivencia estable.
4. Actividades especiales
Son muchas las guarderías que involucran a los padres en algunas actividades como cuentacuentos, taller para hacer christmas originales y do it yourself, adornos navideños... Este curso podemos llevarlo hecho desde casa.
La función de Navidad
Es la parte más importante de la fiesta. Generalmente los niños, vestidos para la ocasión de pastorcillos, bolas de Navidad, árboles y flores, cantan una canción o escenifican un baile, que previamente han preparado en clase.
Otras veces, con los más mayorcitos, se hace incluso una pequeña obra de teatro.
Para los pequeños es muy importante el hecho de disfrazarse y salir a un escenario a representar que son un árbol, una estrella o una gallinita.
Este 2020 sabemos que la Navidad no será igual a otros años, así que todavía no tenemos mucha información sobre si se celebrarán las fiestas de Navidad en los coles. Eso sí, todo apunta a que, de hacerlo, será de manera diferente e, incluso, virtual.
La fiesta de Navidad para bebés

También es preferible dejar al margen de las celebraciones multitudinarias a los niños de hasta un año o año y medio.
Los chiquitines no deben llevar disfraces que les encorseten ni gorros exagerados que les abriguen demasiado, porque en las clases hace bastante calor.
¿Cómo podemos participar los padres?
Como padres, debemos conceder a este acontecimiento toda la importancia que se merece y participar en todos los preparativos.
Es fundamental que si la escuela invita a los padres a asistir a la representación y a la fiesta, busquemos un hueco para acompañar a nuestros hijos en una jornada tan especial.
En algunas escuelas cambian las tornas y en la función los que se convierten en actores y actrices son los papás y las mamás. También es muy divertido para los pequeños ver a sus padres en el escenario demostrando sus dotes interpretativas.
Eso sí, este año con mucha, mucha precaución.
Lo que hay que evitar para que el niño disfrute de la función de Navidad

NO debemos obligar al niño a disfrazarse si no quiere. Si le apetece, conviene no pintarle la cara en exceso (su piel es muy delicada) ni tapársela con máscaras que le agobien.
NO debemos asustarles. Si somos nosotros los que nos vamos a disfrazar, podemos hacerlo delante de ellos para que vean poco a poco la transformación. Es importante que que puedan reconocernos incluso disfrazados.
NO hay que dejar a su alcance bolsas de plástico. Podrían usarlas para ponérselas en la cabeza simulando que son caretas, con el grave riesgo que esto conlleva.
¿Qué aprenden los niños en la Fiesta de Navidad?
Las fiestas en la escuela infantil no solo cumplen un objetivo de ocio y celebración, en ellas también se trabajan aspectos de un alto contenido educativo.
En todos los preparativos es necesario trabajo en equipo y mucha cooperación. Llevar a cabo actividades de este tipo en la primera infancia es primordial para que los niños aprenden a ayudarse entre todos para conseguir un objetivo común. No son juegos competitivos, se trata de hacer cosas todos juntos y no unos contra otros. La meta se consigue gracias a la suma de los esfuerzos de todos los niños.
Construyendo guirnaldas, murales o gorros de Papa Noel, aprenden a trabajar con una finalidad concreta. Cortando, pegando o pintando desarrollan sus habilidades de manipulación, la coordinación ojo-mano y la capacidad para seguir instrucciones. También mejora su atención ya que, por ejemplo, para hacer las máscaras de los Reyes Magos tendrán que observar y ajustarse a un modelo.
Tanto en los preparativos como en la propia fiesta, mientras juegan a disfrazarse y a ponerse en el lugar del otro, están potenciando su capacidad de simbolización. Y también la memoria, pues para hacer de pastores o de corderitos tendrán que conjugar el juego con sus conocimientos previos. Otra ventaja de los disfraces es que fomentan la comunicación tanto con los demás como consigo mismos.
Tanto en los preparativos como en la fiesta en sí, se ponen en marcha todo tipo de lenguajes (y no solo el oral). La expresión musical es básica para cantar, seguir ritmos con el cuerpo, tocar instrumentos o no perder el paso en el baile. La expresión corporal es la base de los ensayos y de la puesta en escena de la función de Navidad o fin de curso.
Alicia Herranz es psicopedagoga.