¿Tu hijo tiene miedo al agua? 6 consejos para quitárselo

No es nada raro que los niños tengan miedo al agua, a bañarse en la playa o en la piscina. Os damos 6 consejos prácticos para, sin obligar, ir poco a poco quitándole el miedo y que disfrute tanto como nosotros.
¿Tu hijo tiene miedo al agua? 6 consejos para quitárselo

La programación de serie incorporada en la evolución de nuestra especie les advierte de que puede ser un medio peligroso, su cerebro le dice "¡eh, cuidado con el agua, no es tu medio!" y son cautos. Al fin y al cabo está fría, su transparencia y profundidad evocan una caída imaginaria, en el mar además se añaden el movimiento y el ruido de las  olas que para un niño son grandes.

Perder ese miedo amplía su mundo y sus posibilidades de juego, además el modo en que se afrontan y resuelven los temores en la infancia configura el modo en que se afrontan y resuelven los temores en la edad adulta. Los padres y educadores juegan aquí un importante papel.

6 fáciles consejos para ayudarle a superar el miedo

¿Tu hijo tiene miedo al agua? 6 consejos para quitárselo

1. Buena relación. Si partimos de una buena relación con nuestros  hijos todo resulta más fácil. Habiendo confianza, afecto, comprensión, proximidad, respeto… el niño sabe que 'eso' que viene de sus padres es bueno y sus temores ceden fácilmente.

2. Miedo no, familiaridad y respeto sí. Es importante respetar su ritmo, no empeñarnos en meterlos en el agua a toda costa contra su voluntad, menos aún reprocharles su miedo. Un consejo útil: la clave está en que el mar o la  piscina queden asociados naturalmente a sensaciones y emociones agradables, cualquier cosa que responda a este consejo será válida.

3. Gradualidad y juego. Por ejemplo: bañarlos primero en una piscinita hinchable con sus juguetes y con el agua tibia; utilizar primero nuestros brazos, luego un flotador, manguitos, jugar en la orilla a "pisar las olas" que llegan; jugar a la pelota (de vez en cuando la pelota caerá al agua y…); meternos nosotros con ellos de la mano o a hombros, a su ritmo; jugar con ellos en las proximidades de la orilla, en la parte donde no cubre de la piscina, etc.

4. Temperatura. Un agua fría es aversiva para empezar, mejor un agua tibia o si está fría ir en pequeños avances para que se vaya adaptando. No-hay-prisa.

5. Reconocimiento. No se trata de ser empalagosos diciéndoles sobreactuadamente lo estupendos, valientes y maravillosos que son, basta con una actitud afectuosa, un abrazo, un beso, una caricia y algunas palabras; no hacer nada "a traición", que le desagrade. Naturalidad.

6. Paciencia. Tengamos en cuenta que lo que resulta tremendamente fácil para nosotros, para un niño es todo un proceso, como el leer y escribir, así que ni siquiera hace falta paciencia, tan sólo aparcar las prisas, dejar a un lado el excesivo empeño e ir acompañando a nuestro hijo en su descubrimiento del mundo.

Por D. Pablo López Fuentes, miembro de Saluspot, psicólogo y psicoterapeuta en la Consulta de Psicología Pablo López.

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