El buen tiempo implica, en muchos casos, la llegada de los mosquitos. Nos convertimos en el blanco perfecto de estos insectos, que nos hacen la vida un poco más difícil, sobre todo a los más pequeños. Los niños son más propensos a que les piquen y, además, a sufrir reacciones alérgicas con más facilidad, aparte del molesto picor que les amarga las vacaciones. Nosotros, como padres, queremos facilitarles el camino, pero ¿cómo debemos hacerlo? ¿Cuáles son los mejores repelentes para los más pequeños?
Debemos aclarar que los efectos que estos tienen en los niños no son los mismos que en los adultos, pudiendo ocasionarles irritaciones en la piel, reacciones alérgicas… Mediante los repelentes no estamos intentando matar a los insectos (ese sería el caso de los insecticidas), sino que tratamos de ahuyentarlos y tiene diferentes formatos como el spray o la crema.
Repelentes químicos
- DEET (N-dietil-3-metilbenzamida): Se considera el más eficaz de todos, y funciona contra los mosquitos, pulgas, garrapatas, jejenes y tábanos interfiriendo en su boca y en las antenas. Dependiendo de su concentración, que va desde el 10% al 40%, podemos medir su eficacia, pero no se recomienda usarlo con un porcentaje mayor al 30% en bebés mayores de 2 meses, y en menores de 2 meses no se recomienda su uso. Según su concentración, la duración será mayor o menor, llegando a seguir activo hasta 6 horas después de utilizarlo.
- Icaridina o picaridina: Su menor absorción por la piel hace que sea más recomendable para los niños, y también lo hace especialmente efectivo, tanto como el DEET, sin la irritabilidad que caracteriza al anterior. La duración también depende de la concentración del producto y no es recomendable para menores de 2 meses.
- Permetrina: No debe utilizarse sobre la piel, solo recomiendan su uso en ropa y tejidos. Funciona contra mosquitos, moscas, garrapatas, pulgas, piojos y niguas, atacando su sistema nervioso cuando entran en contacto con el producto químico. No es especialmente tóxico, ya que apenas se absorbe por la piel, y si entra en contacto debe lavarse con agua y jabón. En la ropa es eficaz hasta después de varios lavados. Tampoco es recomendable para menores de 2 meses.
- IR3535 (3-N-butil-n-acetil aminopropionato de etilo): Es activo contra los mosquitos, las garrapatas y las moscas que pican, y se recomienda especialmente ante la picadura del mosquito común por su duración (6 horas), frente a otros tipos de mosquito como el tigre, con el que solo dura 3 horas. Apenas es tóxico, pero si puede provocar irritación ocular. Aun así, no se recomienda en menores de un año y en mayores de un año se debe comenzar a usar con una concentración menor al 20%.
Repelentes naturales
- Aceites esenciales: Hay muchos tipos, dependiendo del tipo de insecto del que queramos defender a nuestro bebé. Para los mosquitos aconsejan la citronella, el eucalipto, el aceite del árbol de té, menta, limón, albahaca, tomillo, hierbalimón, geranio, lavanda, canela, bergamota y romero; para las pulgas, cedro, citronella, eucalipto, aceite del árbol de té, hierbalimón, lavanda, naranja y pino; y para las garrapatas cedro, geranio, enebro, palisandro, tomillo, pomelo, orégano, aceite de árbol de té y eucalipto azul. Además, aparte de repeler a los insectos, el aceite de árbol de té o el aceite esencial de lavanda también desinflaman la picadura y alivian el picor. Tampoco se recomiendan en bebés menores de 2 meses y advierten de su aplicación con precaución para que no irriten la piel
Por lo tanto, los insecticidas menos peligrosos para los bebés de dos meses son los de citronella, aunque como su uso tiene ciertas limitaciones o particularidades, siempre es necesario consultar con el médico antes de utilizarlos. Son muchas las marcas que los comercializan, pero siempre debemos fijarnos en la composición y evitar los que contengan citriodiol (no recomendado para menores de dos años).
Para los niños más mayores, pero que todavía no pueden usar productos que lleven DEET u otros más peligrosos, recomendaríamos aquellos con IR3535 dada su baja toxicidad y que tienen mayor efectividad que la citronella.
Y, a partir de dos años, las restricciones son mucho más bajas, por lo que lo más recomendable sería proteger a nuestros hijos con DEET dado que es el más eficaz, siempre en concentraciones que no resulten peligrosas. Aun así, lo dejamos al gusto del consumidor, siempre que se respeten las precauciones.