Los bebés que toman el pecho es cierto que cuando toman biberón pueden volverse quisquillosos. Pero no debemos culparlos: después de semanas o meses disfrutando de un líquido maravillosamente fresco, cálido y acogedor, debe ser bastante impactante -de repente- abrir la boca para comer y encontrarse no solo con un sistema completamente nuevo, sino con un alimento que tiende a saber diferente a la leche materna. Y esto es, básicamente, lo que puede hacer que el bebé acabe rechazando el biberón en un principio, que simplemente lo evite siempre porque no le gusta, o en definitiva lo rechace definitivamente.
Causas comunes del rechazo del biberón
Rechazo del biberón en bebés que toman el pecho
El rechazo del biberón es un fenómeno común en bebés que han sido amamantados exclusivamente. Estos bebés, al estar acostumbrados al contacto físico y emocional que implica la lactancia materna, puede ser que el biberón les resulte extraño o menos reconfortante. También el cambio en la técnica de succión requerida para el biberón puede ser un desafío para ellos.
Por eso es importante tener paciencia y buscar maneras de hacer que esta transición sea más suave. Algunos bebés pueden asociar el biberón con una experiencia negativa si han tenido dificultades previas con él, como una tetina inadecuada o una leche que no les gusta. Si esto ocurre debemos identificar y abordar cualquier problema subyacente que pueda estar contribuyendo al rechazo del biberón.
Es importante recordar que cada bebé es único y puede reaccionar de manera diferente al cambio: mientras algunos pueden aceptar el biberón con facilidad, otros pueden necesitar más tiempo y apoyo.
Diferencias en sabor y temperatura entre leche materna y fórmula
Una de las razones más comunes por las que un bebé rechaza el biberón es la diferencia en el sabor y la temperatura entre la leche materna y la fórmula. Es por todos sabido que la leche materna tiene un sabor único que puede variar según la dieta de la madre, mientras que la leche de fórmula tiene un sabor más constante que algunos bebés pueden encontrar menos atractivo.
También la temperatura de la leche puede influir en la aceptación: algunos bebés prefieren la leche tibia o a temperatura ambiente, mientras que otros pueden rechazarla si está demasiado fría o caliente. Habiendo identificado ambos problemas, la siguiente pregunta es: ¿cómo puedo combatirlos? Te damos dos opciones:
- Por un lado al principio, para hacer más llevadero el cambio al bebé, puedes probar a mezclar un poco de leche materna con la de fórmula para que el sabor le sea más familiar al principio. De está forma se irá acostumbrando y tú podrás ir ajustando la proporción hasta que tu bebé se acostumbre completamente al sabor de la fórmula.
- Otra estrategia es ofrecer el biberón en momentos en que el bebé esté más relajado y menos propenso a rechazarlo, como después de una siesta o una sesión de lactancia. Ya que esto puede hacer que el bebé asocie el biberón con una experiencia positiva y esté así más dispuesto a aceptarlo.

Verificación de la leche y la tetina del biberón
También es conveniente revisar la tetina, probando por ejemplo si quizá la hemos colocado al revés. Es posible simplemente que el bebé esté frustrado porque necesite una tetina con un agujero más grande.
Y se debe también verificar la fecha de caducidad de la leche de fórmula, y asegurarnos especialmente de que el envase no ha permanecido abierto por más tiempo del recomendado por el fabricante. A su vez, es igualmente importante prestar atención a que la leche no haya adquirido ningún olor de cualquier otro alimento.
Enfermedades o incomodidades en el bebé
Si se trata del bebé, es necesario prestar especial atención a algunas señales que pueden acabar siendo bastante clarificadoras. Es posible que el bebé pueda encontrarse incómodo o que simplemente se sienta molesto al comer o al beber si tiene un resfriado, una infección de oído o de garganta. Por tanto, si creemos que el pequeño puede tener una enfermedad que está haciendo que coma menos y que se muestre más irritable, es aconsejable comentárselo a su pediatra.
Distracciones durante la alimentación
La televisión o incluso cualquier otro niño presente en el mismo cuarto donde estás intentando darle el biberón (como un hermano/a) puede ser suficiente para que el bebé se distraiga y rechace el biberón. Cualquier distracción durante la alimentación puede influir muchísimo.

Ingreso de sólidos en la dieta del bebé
También puede influir el hecho de que el bebé haya empezado recientemente a comer sólidos. Si es así, es posible que esté comiendo muchos alimentos sólidos y no tenga espacio para la leche, provocando así el rechazo del biberón. Eso sí, también puede ocurrir que esté disfrutando de los alimentos sólidos, lo que se traduce en que haya podido perder cierto interés en la leche.
Consejos para superar el rechazo del biberón
Crear un ambiente tranquilo y familiar
Crear un ambiente tranquilo y familiar es fundamental para ayudar a tu bebé a aceptar el biberón. Es habitual que los bebés tiendan a responder muchísimo mejor al biberón cuando se encuentran en un ambiente sin distracciones y lo más tranquilo posible.
Evidentemente, mantener esta situación no siempre será posible cada vez que le vayas a dar el biberón, pero si es la primera vez que vas a intentar introducirlo, hazlo en un lugar que le resulte familiar al bebé, y que sobretodo, sea tranquilo, sin que se realicen interrupciones inesperadas. Las probabilidades de éxito aumentarán de forma considerable si lo hacemos de esta manera.
Curiosamente, algunos bebés terminan tomándose el biberón con calma cuando se encuentran “hipnotizados” por algo que les interesa, como por ejemplo un móvil de juguete colgado encima, o en un lugar cercado. La clave está en probar distintas configuraciones, al menos hasta que encontremos aquello que pueda acabar funcionando mejor.
Momentos ideales para ofrecer el biberón
Un buen momento para introducir un biberón es cuando el bebé tiene alrededor de cuatro semanas de edad. De hecho, es conveniente esperar hasta que se haya establecido la lactancia materna tanto para el cuerpo de la mamá como para el propio bebé, lo que suele llevar aproximadamente entre tres a cuatro semanas.
Si por ejemplo debes regresar al trabajo, tienes que asegurarte de que el bebé empiece con el biberón al menos dos semanas antes, para que ambos tengan el tiempo suficiente para adaptarse.
Permitir que el bebé juegue con la tetina
Permitir que el bebé juegue con la tetina del biberón puede ayudarlo a familiarizarse con esta nueva forma de alimentación. Dejarle que explore la tetina con su boca y manos, sin presión para succionar inmediatamente, puede crear un enfoque lúdico que reduzca la resistencia y aumente la curiosidad del bebé por el biberón.
Así, puedes probar a mojar la tetina en un poco de leche materna para que el bebé pruebe el sabor familiar y se sienta más atraído a succionar. A medida que el bebé se sienta más cómodo con la tetina, es probable que esté más dispuesto a aceptar el biberón.

Involucrar a otros cuidadores en la alimentación
En ocasiones, algunos bebés suelen rechazar directamente el biberón cuando es la mamá la que lo está alimentando. Y es normal. El bebé conoce el olor de su madre, y no entiende por qué se le está ofreciendo un biberón en lugar de su pecho.
¿Lo que puede ayudar? Quitarse de la ecuación y hacer que el papá, algún abuelo/a o cualquier otro miembro de la familia se haga cargo de la situación. Mientras puedes aprovechar para caminar, hacer un poco de ejercicio fuera de casa, hacer algunos recados o tomar un café con algún amigo/a.
Ofrecer el biberón antes de tener demasiada hambre
De la misma manera que ocurre con la lactancia materna, no es adecuado esperar hasta que el bebé tenga muchísima hambre antes de ofrecerle el biberón. A diferencia de los adultos, que tendemos a comer cualquier cosa cuando tenemos tanta hambre, los bebés suelen volverse todavía más quisquillosos y difíciles cuando quieren comer.
Por tanto, es fundamental prestar atención y estar atento a las señales de hambre del bebé, y prepararle el biberón desde el primer momento en que tenga hambre.
Mantener la calma y no forzar al bebé
Es posible, especialmente al comienzo, que el bebé no tome el biberón de inmediato. Y se trata de algo total y absolutamente normal. Si por el ejemplo el bebé no quiere probar el biberón, o lo rechaza y comienza a llorar, trata de tranquilizarlo y tómate algunos minutos. No lo fuerces, pero sí ofrécelo nuevamente pasados algunos minutos.
Si aún así todavía no se tiene éxito, reserva el biberón, espera cinco minutos y dale el pecho. Luego, ofrécele de nuevo el biberón cuando el bebé se encuentre cómodamente lleno y feliz, y tienda a ser más propenso a probar nuevas cosas.
Ofrécele el biberón después de haber amamantado
El bebé tiene que utilizar distintos estilos de succión a la hora de tomarse un biberón, por lo que es necesario que se acostumbre a la tetina del mismo. Es conveniente escoger un momento en el que el bebé se sienta feliz y descansado; por ejemplo, después de una sesión de lactancia matutina podría ser de mucha ayuda como para poner una pequeñísima cantidad de leche en un biberón y ofrecérsela.
Deja que el recién nacido o bebé juegue con la tetina hasta conseguir que se vaya familiarizando poco a poco con él. También puedes intentar sumergirla ligeramente en un poco de leche materna, para que el pequeño la pruebe y quiera continuar tomando.
Flexibilidad en las posiciones durante la alimentación
Con la alimentación con biberón es conveniente ser lo más flexible posible con las posiciones. Simplemente cambiar la forma que adoptamos cuando sostenemos al bebé podría ser más que suficiente para alentarlo a comer.

Preguntas frecuentes sobre el rechazo del biberón
¿Por qué mi bebé de 3 meses no quiere comer biberón?
Es común que los bebés de 3 meses rechacen el biberón, ya que a esta edad los bebés están desarrollando preferencias y pueden ser sensibles a cambios en el sabor y la textura de la leche. Además pueden estar experimentando un crecimiento acelerado o cambios en su rutina, influyendo esto en su disposición a aceptar el biberón.
Para intentar solventar esto, prueba a ofrecer el biberón en momentos en que el bebé esté relajado y feliz, así como haz experimentos con diferentes temperaturas y tipos de tetinas para encontrar lo que prefiera tu bebé. Si el rechazo persiste, considera consultar con un pediatra para descartar problemas de salud subyacentes que puedan estar afectando la alimentación de tu bebé.
Rechazo repentino del biberón: causas y soluciones
Cambios en la rutina, enfermedades o la introducción de nuevos alimentos sólidos pueden influir en la disposición del bebé a aceptar el biberón. A la hora de actuar contra esto, revisa cualquier cambio reciente en la dieta o el entorno del bebé que pueda estar contribuyendo al problema: asegúrate de que la leche y la tetina del biberón estén en buenas condiciones y sean adecuadas para las preferencias del bebé.
¿Qué hacer si mi bebé rechaza el biberón y llora?
Si tu bebé rechaza el biberón y llora lo más importante es mantener la calma y no forzarlo a aceptar. Si haces esto, la presión puede aumentar la ansiedad del bebé y hacer que el rechazo sea más pronunciado. En su lugar, intenta calmar al bebé y dale tiempo para relajarse antes de volver a intentar ofrecer el biberón.
Considera cambiar el entorno o la posición en la que alimentas al bebé: a veces un cambio simple puede hacer una gran diferencia en la actitud del bebé hacia el biberón. Si el problema persiste, consulta con un pediatra para descartar problemas de salud subyacentes que puedan estar afectando la alimentación de tu bebé.
