Obras en casa y niños parecen dos conceptos difícilmente encajables, pero no tienen por qué repelerse si las cosas se hacen con planificación y orden.
No queremos engañar a nadie: si tenéis que reformar algo de la casa, mucho o poco, sin poder iros unos días a otro espacio de convivencia, no será agradable. Más bien todo lo contrario.
¿A quién le gusta vivir en un espacio donde el polvo se lo come todo, donde el orden es una utopía, donde la intimidad rara vez existe y donde habrá cosas del día a día que no se puedan hacer en función de los espacios a reformar? A nadie. Luego tampoco es ninguna sorpresa que para los niños no sea fácil.
Cómo limitar el estrés
El problema añadido es la ansiedad y el estrés que genera afrontar obras en la vivienda con peques, de ahí que sea imprescindible seguir una serie de consejos si queréis limitar al máximo este factor.
- Valorar las prioridades: hacer un presupuesto es el primer paso de toda reforma del hogar y si hay niños en casa cobra más importancia si cabe establecer prioridades. ¿Disponéis de alguna vivienda donde podáis pasar unas semanas alejados de las obras de la vuestra? ¿Tenéis opción, desde el punto de vista económico, de alquilar algo renunciando a una parte de la reforma ideal? En caso de que la respuesta sea sí, ¿es esta vuestra prioridad? En definitiva, toca parar el reloj, sentarse, hablar, compartir sensaciones y decidir en función de la obra que queréis acometer en casa y los inconvenientes en la convivencia que esto puede tener.
- Ponerse en buenas manos: es absolutamente imprescindible confiar la reforma a especialistas en la materia. Es mejor acometer una reforma más humilde pero poder invertir en un equipo de trabajo que se encargue de todo y que no os implique estar todo el día encima de la cuestión porque añadirá un plus de ansiedad a la situación que no ayuda. No ahorréis en este sentido si tenéis niños en casa.
- Planificar: va de la mano con el consejo anterior y aunque parezca una obviedad (lo es), es importante recalcarlo porque de lo contrario puede ser un desastre hacer obras en casa con niños. La tarea de la planificación no debería recaer en vosotros, sino en las personas en las que confiéis el trabajo. Sería ideal que ya tuvieran experiencia en reformas de viviendas en las que vive la familia al mismo tiempo porque les permitirá ejecutar un plan adecuado para limitar al máximo las dificultades que algo así supone.
Detalles a tener en cuenta
En caso de que tengáis que ser vosotros los que busquéis cómo equilibrar convivencia y obras, avisar a los trabajadores que siempre debe quedar un baño completo operativo, un espacio de almacenaje adecuado para vosotros -el de los materiales de obra tendrá que incluirse dentro de la “zona no apta para la convivencia”- y otro espacio para dormir. Esto como mínimo. Dependiendo de los que seáis en casa, quizá dos espacios para dormir que deben estar limpios y aislados de la obra.
En este sentido, el gran problema es la cocina, ya que si la reforma implica meterse en esta estancia de la casa lo normal es que no pueda utilizarse durante varios días o semanas así que debéis tener en cuenta alternativas en caso de que así sea.
Una vez se reforme la cocina dentro de la primera fase de la obra será mucho más sencillo hacer vida en la casa mientras se acomete la segunda fase de la reforma. Por un lado, porque ya estaréis entrenados y, por otro, porque con la cocina activa la situación cambia muchísimo. Además, los espacios que usaréis para dormir ya estarán reformados también. Veréis la luz al final del túnel por fin.
Cuidado extremo y trabajo psicológico
Además de todo lo descrito, hay dos factores esenciales a la hora de hacer obras en casa con niños: el cuidado extremo y el trabajo psicológico. Las obras siempre implican peligro: los escombros, los objetos punzantes, el polvo, los materiales tóxicos, los objetos por medio… Debéis tenerlo muy en cuenta y multiplicar vuestro nivel de atención para que no ocurran accidentes cuando los peques estén en casa. Y es importante que al terminar la jornada laboral todo quede lo mejor recogido posible porque coincide con el tiempo que estaréis sí o sí en la vivienda.
Además, es fundamental que la comunicación sea fluida y activa entre todos los miembros de la familia. La situación será estresante y compartirla ayudará a bajar el nivel de ansiedad. Con los peques es conveniente también adelantarles lo que va a ocurrir en casa para que no les pille completamente por sorpresa.
En definitiva, no es un contexto sencillo convivir en una casa con niños al mismo tiempo que se hacen obras. Todo lo que podáis evitarles estar en casa será mejor para ellos, de modo que si no podéis mudaros temporalmente os recomendamos que hagáis la reforma en verano para que os coincida con las vacaciones, con los planes al aire libre y con la agenda más relajada de abuelos y tíos para que os puedan echar una mano con los peques de vez en cuando.