En el vibrante epicentro de la innovación automotriz de Renault en España, el pasado y el futuro han compartido espacio y tiempo en un encuentro tan simbólico como revelador. Fue en el Centro de I+D+i de Valladolid donde, bajo un cielo castellano cargado de historia, se encontraron el Renault 4 original —ese coche que motorizó la España de los años 60— y su reinterpretación más futurista: el Renault 4 E-Tech eléctrico.
No fue solo una reunión entre entusiastas del motor clásico, sino un homenaje tangible a una herencia que no se apaga, sino que se reinventa. Allí estuvieron los miembros del Club Clásicos Renault 3, 4, 5, 6 y 7, orgullosos a bordo de sus modelos históricos, mientras el nuevo Renault 4 eléctrico se presentaba como una promesa cumplida de evolución tecnológica sin perder de vista su esencia: un vehículo polivalente, accesible y, sobre todo, emocionalmente cercano.
El Renault 4, con más de 8 millones de unidades vendidas en todo el mundo, y más de 800.000 fabricadas en Valladolid, fue más que un coche. Fue el símbolo de una generación, la respuesta práctica a los desafíos cotidianos de una Europa que se transformaba. Hoy, ese mismo espíritu vuelve, esta vez impulsado por una batería y una visión clara hacia la sostenibilidad.
Y es que los coches que enamoraron a nuestros padres ahora vuelven eléctricos para conquistar a una nueva generación. Modelos como el Renault 4 siguen emocionando, ahora con una propuesta limpia y actual.

Una leyenda nacida para el día a día
Corría el año 1961 cuando el Renault 4 vio la luz, fruto de una idea tan sencilla como revolucionaria: crear un coche que fuera útil en todas las circunstancias. Su concepción rompía moldes. Pierre Dreyfus, presidente de Renault, soñaba con un vehículo que no solo transportara personas, sino que facilitara la vida. De ahí surgió su diseño tipo “volumen”, un espacio pensado para adaptarse al trabajo, al ocio, a la ciudad y al campo.

El impacto fue inmediato. Con producción en 28 países y ventas en más de 100, su éxito fue imparable. En España, el modelo encontró un verdadero hogar. Desde 1963, la factoría de Valladolid produjo más de 800.000 unidades, entre turismos y furgonetas, lo que representó el 10% del total mundial. Era el coche ideal para una España que empezaba a moverse más libremente, y en la que solo había un coche por cada 48 habitantes.
Su diseño práctico, su mecánica sencilla y su precio accesible lo convirtieron en parte del paisaje urbano y rural. Innovaciones como las rótulas estancas o el circuito de refrigeración cerrado añadían fiabilidad y durabilidad. A día de hoy, más de 20.000 unidades del Renault 4 original siguen rodando por nuestras carreteras, testimonio de una fiabilidad legendaria.

De icono clásico a eléctrico del futuro
Renault ha sabido leer el pulso del momento, recuperando un icono para dotarlo de una nueva energía. Literalmente. Treinta años después del final de su producción, el Renault 4 renace bajo la forma del Renault 4 E-Tech eléctrico, con la intención de democratizar una movilidad más limpia sin renunciar a la versatilidad que lo convirtió en leyenda.
Este nuevo modelo ha sido diseñado pensando en un amplio abanico de usos. Complementa al urbano Renault 5 E-Tech, pero con un enfoque más campero y familiar. Perfecto para quienes necesitan un coche ágil para el día a día pero también capaz de enfrentarse a escapadas rurales o aventuras de fin de semana. Su mayor altura libre al suelo y su diseño robusto lo hacen adecuado para todo tipo de terrenos.

Gracias a la plataforma AmpR Small, el Renault 4 E-Tech ofrece una conducción estable y cómoda, con una autonomía de hasta 400 km. Destaca por su habitabilidad interior y un maletero de 420 litros muy bien diseñado. Incluye innovaciones como el Extended Grip, para mejorar la tracción en superficies irregulares, y la conducción con un solo pedal, que reduce el esfuerzo al volante y optimiza la eficiencia.
Esta nueva movilidad no es una moda pasajera. De hecho, tal como explicábamos en este análisis sobre por qué el híbrido arrasa en 2025, cada vez más familias están apostando por tecnologías limpias y abandonando la gasolina y el diésel. El Renault 4 E-Tech es parte de ese cambio de mentalidad que busca eficiencia, sostenibilidad y emoción al volante.

Valladolid: donde se cruzan tecnología y tradición
Nada de esto sería posible sin la labor que Renault lleva décadas desarrollando en su Centro de I+D+i en Valladolid. Con más de 600 profesionales especializados, este centro es uno de los pilares tecnológicos del grupo Renault en Europa. Allí se trabaja en campos punteros como la inteligencia artificial, la ciberseguridad o el desarrollo de vehículos híbridos e inteligentes.
Entre sus instalaciones destaca una pista de ensayos para pruebas en condiciones reales, laboratorios de integración electrónica, y el Creative Lab, un espacio que impulsa la innovación disruptiva. Este ecosistema permite cubrir todo el ciclo de vida de un vehículo, desde la idea hasta la producción en serie.
Para el Renault 4 E-Tech eléctrico, el centro ha sido clave en el desarrollo y validación de sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), como:
- ISA (Asistente Inteligente de Velocidad): validado incluso en rutas transfronterizas hasta Portugal.
- AEBS (Sistema de Frenado de Emergencia Activo): probado en múltiples escenarios con simulaciones de fallo.
- HOD (Detección de Manos en el Volante): mejora la interacción con los sistemas de conducción asistida.
Estas tecnologías no solo cumplen con los estándares europeos más exigentes, sino que también aumentan la seguridad, el confort y la confianza del usuario final, sobre todo en contextos de conducción familiar.

Renault 4 E-Tech eléctrico: un viaje emocional entre generaciones
El evento vivido en el Centro de I+D+i ha sido algo más que un simple reencuentro entre vehículos antiguos y modernos. Ha sido un verdadero puente entre generaciones, entre el legado industrial de Renault en España y la visión tecnológica que define su futuro.
Para quienes recuerdan los viajes de infancia en un Renault 4, ver cómo el espíritu de aquel modelo perdura en su versión eléctrica es conmovedor. Y para las nuevas generaciones, representa una oportunidad única de descubrir cómo la tradición puede transformarse en vanguardia sin perder autenticidad.

Con este gesto, Renault no solo honra su pasado, sino que invita a las familias del presente a confiar en un futuro donde la innovación y la sostenibilidad van de la mano. Porque a veces, lo más moderno es recordar de dónde venimos.