Piercing en el ombligo de la embarazada
Te explicamos todo lo que debes saber sobre el piercing en el embarazo y algunas recomendaciones que puedes tener en cuenta tanto si quieres mantenerlo como si no.
El piercing parece algo moderno, pero en realidad siempre ha estado ahí. Otras culturas, pero también la Occidental, ya perforaban partes del cuerpo en la Antigüedad. Lo moderno del asunto quizás no sea tanto el hecho de la perforación, ni lo estético, sino las nuevas modalidades y técnicas para hacerlo. Orejas, nariz, boca, cejas, genitales, pezones, ombligo son espacios en los que se pueden colocar joyas. Pero, ¿qué ocurre con esa perforación cuando una parte del cuerpo cambia temporalmente? Es el caso del piercing que se realiza en el ombligo: la tripa aumenta de tamaño durante el embarazo, por lo que hay algunas consideraciones que se deben tener en cuenta en este caso.
No existe riesgo para el bebé
Sobre si se puede mantener el piercing en el ombligo durante el embarazo la realidad es que depende. Según Sara Cañamero, matrona y fundadora del centro Maternatal, durante el primer trimestre del embarazo generalmente no suele haber problema si se mantiene el piercing, ya que aún no hay demasiada distensión abdominal. Sin embargo, para evitar que la piel se desgarre a ese nivel (porque se enganche con la ropa, por ejemplo), la matrona considera que a medida que la tripa de la mujer embarazada va creciendo se podría plantear la retirada del piercing. “Es importante señalar que no existe ningún riesgo ni peligro para el bebé el hecho de llevar un pendiente en el ombligo de la madre, es una cuestión de distensión de la piel a ese nivel, o bien que la mujer se sienta incómoda porque roce demasiado con la ropa o exista una mayor sensibilidad en la zona”, explica y aclara que el hecho de mantener el piercing es una decisión personal “porque realmente no hay ninguna razón médica por la que la mujer deba quitárselo durante el embarazo”. Sí es cierto que, según señala, “es muy probable que en el hospital el día del parto sí que le indiquen su retirada”.
Higiene básica y pendientes especiales
¿Es necesario algún cuidado específico? Responde Cañamero que los cuidados deben ser los básicos de higiene: controlar que no aparecen signos de infección y si vemos que aparecen estrías en la zona, se debe retirar el pendiente para evitar que se hagan más profundas a ese nivel por una cuestión estética. Si se desea mantener el piercing durante el embarazo existen algunos pendientes especiales para este periodo que se ajustan a la perforación.
Después del embarazo, y cuando todo va volviendo a su lugar, se puede volver a poner el piercing sin problema si en algún momento de la gestación hemos decidido quitarlo. No siempre permanece la perforación, depende de cuándo se haya quitado y de la capacidad de cicatrización de la mujer. En el caso de que se quite el piercing durante el embarazo y se cierre la perforación, ¿es posible volverlo a hacer después o se recomienda no volver a perforar una zona por segunda vez? “No existen contraindicaciones para en cuanto a la perforación reiterada de una zona, así que si una mujer se lo ha quitado y desea volver a ponerlo porque el orificio se ha cerrado, no habría inconveniente”, responde la matrona.
Por último, si la mujer ya está embarazada, o en proceso de búsqueda de embarazo, Sara Cañamero no recomienda hacerse ninguna perforación en ombligo, pezones o genitales por dos razones: el riesgo de infección y la distensión y los cambios que sufre el cuerpo durante el embarazo, y que pueden impedir el normal proceso de cicatrización.