Bailar en el embarazo: ¿qué beneficios aporta y hasta qué mes es recomendable?

Se nos ocurren varias actividades deportivas menos agresivas para la salud y arriesgadas de practicar durante el embarazo que la danza, y en todo caso es conveniente tomar muchas precauciones si se hace en algún momento de la gestación.
Bailar en el embarazo: ¿qué beneficios aporta y hasta qué mes es recomendable?

Que el embarazo limita a medida que pasan las semanas es una realidad que no significa que la mujer no pueda realizar actividad física alguna; todo lo contrario, sería de lo más beneficioso y es lo de lo más beneficioso. De hecho, debe mantenerse en forma en la medida de lo posible. 

Actividades como el pilates, el yoga, caminar, la natación son opciones más que interesantes para ello, mucho mejores que el baile, por mucho que el cuerpo lo pida en determinados momentos durante la gestación.

Embarazada haciendo yoga - Getty Images/iStockphoto

El baile, en general, no es recomendable durante el embarazo porque conlleva la realización de múltiples impactos agresivos derivados de saltos y desplazamientos. Sí se podría bailar sin levantar demasiado los pies del suelo y hacer movimientos de pelvis similares a los que se realizan con una fitball que incluso ayudarán en la recta final del embarazo. Es decir, algo suave y no con mucho ritmo.

Eso sí, hay actividades mucho más recomendables para hacer la media hora de ejercicio aeróbico que la mayoría de ginecólogos recomiendan practicar a las embarazadas durante la gestación porque de practicarlo, el riesgo sería elevado de sufrir algún percance sobre todo en los primeros meses. Pasa algo similar con el running. Durante los tres primeros meses, los impactos agresivos pueden provocar un desprendimiento de la placenta, y durante la segunda mitad del embarazo es una actividad demasiado exigente para las limitaciones a las que obliga el volumen del útero y el peso acumulado en la barriga.

Movimientos suaves y controlados

En caso de que no puedas contener tus ganas de bailar, como ya hemos dicho anteriormente, hay que adecuar la actividad a tus circunstancias físicas. Hacerlo en todo caso de forma esporádica y con mucho cuidado a no venirse demasiado arriba, hablado de forma vulgar pero fácilmente comprensible por todos. Los giros, porque aumentan el riesgo de caídas, y los saltos, porque puedan provocar lesiones y molestias, son los pasos más comprometidos junto con desplazamientos laterales poco controlados y choques inesperados con otras personas. Por esto último sería muy recomendable que de bailar, lo hicieras con muchísima distancia de seguridad durante el embarazo.

Cualquier baile en el que los movimientos sean suaves y controlados, tipo danza del vientre, es mejor que aquellas danzas que sean más agresivas en sus movimientos, y en todo caso es fundamental controlar también la postura corporal para evitar dolores de espalda. O mejor dicho, que se agraven las molestias que probablemente sufras a partir de un momento determinado del embarazo.

Y, por último, no te olvides de hidratarte mucho durante la práctica deportiva, algo que es extrapolable a cualquiera de las disciplinas que sean compatibles con la gestación. El baile, como te hemos dejado al comienzo del texto, no es desde luego la más indicada.

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