Cuando estás embarazada lo más importante es hacer todo lo posible para asegurarte de que el bebé está sano y saludable. De manera que hábitos comunes, que antes de la gestación no suponían ningún tipo de duda, durante la gestación sí puedan convertirse en motivo de duda o preocupación.
Un buen ejemplo, más habitual de lo que se piensa, lo encontramos en el hábito de limpiar la casa. Y, más concretamente, en el uso de los productos de limpieza durante el embarazo, especialmente si tenemos en cuenta que, la mayoría, tienden a contener sustancias tóxicas.
Lo que puede hacer que te preguntes si son seguros utilizarlos durante el embarazo, o si podrían ser sustituidos por otras opciones menos riesgosas. Lo cierto es que la respuesta, como veremos, es complicada.
Y es que algunos productos que utilizamos comúnmente para limpiar nuestra casa contienen elementos y sustancias que pueden incrementar el riesgo de de anomalías congénitas en los bebés, cuando se utilizan durante la gestación.
Esto es especialmente cierto, por ejemplo, para determinados productos de limpieza, como podría ser el caso de los productos utilizados para la limpieza del horno.
¿Por qué? Fundamentalmente porque la mayoría contienen ingredientes que a los investigadores les preocupa sobremanera, dado que podrían afectar al feto negativamente. Aunque esto no está del todo claro. De hecho, aunque no son necesariamente “inseguros”, tampoco se ha demostrado por el momento que sean cien por cien seguros.

Según un estudio llevado a cabo en Estados Unidos por el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, las embarazadas que se encargaban de la limpieza en sus puestos de trabajo, o trabajaban como conserjes, presentaban más probabilidades de que sus bebés tuvieran defectos de nacimiento. Lo mismo ocurrió con aquellas mujeres científicas u operadoras de equipos electrónicos. Y es que, según parece, la exposición tanto a los productos químicos como a las toxinas son un factor común entre este tipo de trabajos.
Entonces, ¿qué se puede hacer? Dado que es imposible eliminar completamente la exposición a las toxinas y sustancias ambientales dudosas o sospechosas, sí es posible seguir algunas pautas para reducir su exposición. Y esto significa, necesariamente, evitar aquellos productos de limpieza que podrían no ser tan seguros como cabría esperarse en un primer momento.
La importancia de leer las etiquetas de los productos de limpieza que vayas a utilizar
Los artículos de limpieza para el hogar, absolutamente todos, suelen tener sustancias químicas, algunas de las cuales pueden llegar a ser tóxicas. Y, lo ideal, es evitar algunos productos que utilicen en su composición algunas sustancias determinadas.
¿Lo ideal? Si en la etiqueta del producto observas las palabras “veneno”, “tóxico”, “peligro” o “corrosivo”, lo ideal es intentar omitirlo siempre, incluso aunque con anterioridad a quedarte embarazada los utilizaras sin problemas. Debes tener en cuenta que, durante la gestación, las defensas están bajas y los humos tóxicos podrían acabar irritando la nariz, la garganta, los pulmones y los ojos. Aún cuando anteriormente no produjeran ningún tipo de problema.
Por otro lado, aún cuando los productos de limpieza que presenten una baja “toxicidad aguda” probablemente no ocasionen síntomas molestos, no se sabe realmente cómo estos químicos podrían acabar afectando al bebé, por lo que se aconseja siempre buscar productos etiquetados como “no tóxicos” y totalmente naturales.
Qué productos de limpieza deberías evitar durante el embarazo
A continuación, te ofrecemos algunas pautas sobre los peores productos de limpieza para usar durante el embarazo, por lo que lo ideal sería evitarlos en la medida de lo posible, al menos durante la gestación. Toma nota:
- Productos de limpieza que contienen éteres de glicol. Los éteres de glicol son considerados como las más peligrosas que encontramos en los productos de limpieza que podemos tener en casa, y desde un punto de vista científico, se han relacionado con reducción de la fertilidad en el hombre, defectos de nacimiento y abortos involuntarios. Los encontramos sobre todo en la mayoría de los limpiadores del horno, y podemos enumerarlos como metoxidiglicol (DEGME) o como 2-butoxietanol (EGBE).
- Limpiadores en aerosol. Diferentes estudios han mostrado que la exposición prenatal a los productos de limpieza en forma de aerosoles puede aumentar el riesgo de asma. Y el riesgo aumenta cuando contienen ingredientes como amoníaco, cloro, sosa cáustica, terpenos, glicol o polímeros acrílicos, entre otros.
- Productos de limpieza con ftalatos. Se ha demostrado que la exposición durante el embarazo a unos elementos conocidos con el nombre de ftalatos también puede incrementar el riesgo de anomalías reproductivas en niños varones, sobre todo de manera congénita. Aunque es posible que no se encuentren en los productos de limpieza como un ingrediente esencial, sí puede incluirse como “fragancia”.
¿Y qué ocurre con otros productos comunes en el hogar, que no sean artículos de limpieza, pero sí se utilicen habitualmente en el día a día? Un buen ejemplo lo encontramos en los ambientadores. Y es que, como ocurre con los limpiadores en aerosol, la exposición por parte de los fetos a este tipo de productos durante la gestación se ha asociado con un mayor riesgo de problemas respiratorios, incluyendo asma.