Como cuando una está embarazada se leen tantas cosas, es normal aturullarse de vez en cuando con algunas de ellas. Incluso confundirse, porque ni siquiera todas son verdad o están bien explicadas. Pasa, por ejemplo, con las leches infantiles, que requieren estudiar un máster para entender bien todas las opciones que hay, y pasa también con conceptos concretos como el de viabilidad fetal, más propio del lenguaje de un médico que de una persona que no tiene formación en la materia.
Lo que suena tan serio y complejo, en realidad no lo es tanto, ya que por viabilidad se entiende esa capacidad de convertirse en algo o tener éxito. Se puede aplicar en muchísimos contextos este término, y uno de ellos es el de los embarazos. En este sentido, viabilidad fetal no es otra cosa que la probabilidad que tiene un feto de sobrevivir fuera del útero.
Cuándo se detecta
Ya desde las primeras semanas de gestación se puede hablar de viabilidad del embarazo. En concreto, desde el momento en el cual el ginecólogo detecte los latidos del corazón del feto y estos se escuchen o, por el contrario, no pueda hacerlo. Esta y otras comprobaciones que se hacen en la primera ecografía son las que dictan si el embarazo es viable o no lo es, algo que puede deberse a que sea ectópico, un embarazo fuera del útero, o a cualquier otra complicación que se haya producido durante la implantación o el desarrollo del embrión en las primeras semanas del proceso.
A partir de este momento el concepto de viabilidad fetal estará ligado al embarazo hasta el final del mismo porque los médicos lo utilizan como referencia para expresar de una forma comprensible para alguien no experto como son la mayoría de los primogénitos en qué momento del desarrollo del feto se encuentra el embarazo.
Es decir, si los órganos vitales están desarrollados como para poder funcionar fuera del vientre materno, aunque sea con ayuda médica externa, los médicos hablarán de una viabilidad mayor para el feto que si no lo están. De ahí, que se hable de la frontera de la semana 25 aproximadamente como el momento en el cual las probabilidades de que un bebé nacido de forma prematura sobreviva aumentan considerablemente.
Crecimiento y maduración
Por lo tanto, en la viabilidad del embarazo importa muchísimo cómo sea la implantación y cómo evolucione el desarrollo del embrión en las primeras semanas de la gestación, y en la viabilidad fetal posterior, lo que más influye es el paso del tiempo, que corre a favor del futuro bebé. Cuanto más tiempo pase creciendo y madurando en el interior del útero, mayores serán las opciones que tenga de poder sobrevivir.
Se empieza a considerar un feto viable a partir de las 24 semanas, y es es a partir de las 28 semanas cuando el porcentaje de supervivencia crece de forma drástica.