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Gimnasia artística deportiva en niños, ¿cuándo es el mejor momento para empezar?

Después de los Juegos Olímpicos siempre se produce un pico de interés en los niños que los han seguido por algunas de las disciplinas olímpicas más atractivas visualmente, y la gimnasia es, sin duda alguna, una de las más llama su atención.

La gimnasia es uno de los deportes olímpicos por excelencia. Cobra protagonismo especial cada cuatro años, y más si, como ha sido el caso en Tokyo2020, un gimnasta español gana una medalla -Ray Zapata, plata en suelo- o la gran estrella del evento es precisamente de esta disciplina, Simone Biles. Pero la gimnasia artística o por aparatos, que es de la que vamos a hablar en esta pieza -hay de trampolín o acrobática y también rítmica- es un deporte que es siempre protagonista en las categorías base por sus múltiples beneficios para los niños y niñas que se animan a practicarlo después de quedarse prendados de su espectacularidad cuando lo ven en directo o por la televisión.

La gimnasia artística, para quien no la conozca en profundidad, es una disciplina que se practica por aparatos. En categoría femenina, son el salto de potro, la barra de equilibrio, las barras paralelas y el ejercicio de suelo, que es el único que no es un aparato en sí mismo, sino una superficie -12 x 12 con muelles-. Este es también es uno de los que se incluyen en la gimnasia masculina junto al potro, las anillas, la barra fija, el caballo con arcos y las barras paralelas. En total, 8 aparatos distintos, dos de ellos comunes en ambas categorías.

Muchas personas que no siguen habitualmente la gimnasia artística se sorprenden con la edad de algunas gimnastas, sobre todo mujeres, que son adolescentes en muchos casos cuando empiezan a destacar. Y entonces se preguntan cuándo se puede empezar a practicar este deporte que a priori parece tan peligroso para que lo hagan niños pequeños.

Desde muy pequeños

Pues bien, es muy temprana la edad en la que los clubes de gimnasia admiten alumnos, alrededor de los 4 o 5 años de edad -uno de ellos, el Club de Gimnasia La Mina, en Barcelona, está dirigido por Gervasio Deferr, gran leyenda de la gimnasia y del deporte olímpico español-. Lógicamente, el trabajo que se hace es paulatino, nada de tomar riesgos innecesarios e inapropiados para dichas edades, algo parecido a lo que ocurre con la escalada, otro deporte de moda tras los Juegos Olímpicos, en el que también se puede empezar muy pronto.

Hasta los 5 o 6 años, la gimnasia que ponen en práctica es de iniciación y las clases se parecen mucho a las de psicomotricidad. Posteriormente, cuando comienza la gimnasia de escuela y ya han adquirido las bases y la edad necesaria, los niños poco a poco aprenden, a través de giro, estáticos y de elevación y descenso, entre otros, a girar e inclinar sus cuerpos, a balancearlo, a voltearlo y, por supuesto, a saltar.

Son ejercicios básicos aplicados a todos los aparatos con los que, en definitiva, aprenden a conocerlo primero (también sus límites) y después a dominarlo. Esto es esencial para todos los aparatos porque, si bien requieren técnicas o aprendizajes concretos, en todos ellos es fundamental el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad, la coordinación y la movilidad, más allá de los elementos estéticos que también se puntúan en este deporte cuando se compite.

Ventajas de la gimnasia artística para niños

Además de potenciar su flexibilidad, su fuerza, su coordinación, su equilibrio y su agilidad, entre otros aspectos físicos, la gimnasia es un deporte que ayuda a los niños a concentrarse en una tarea porque de otro modo es imposible que puedan superar los retos que este deporte propone. Las habilidades mentales son en la gimnasia artística tan importantes como las corporales, y a ello se añade un factor que no tienen otros deportes individuales: el componente social.

La gimnasia es al mismo tiempo deporte individual y colectivo por lo que los niños trabajan sus habilidades sociales al entrenar en grupo con otros peques de su edad.

Por lo tanto, es una actividad deportiva que les permite fortalecer al menos tres aspectos concretos: su musculatura y aparato locomotor, el conocimiento de su cuerpo y el control sobre el mismo, y la autoconfianza y resiliencia mental.

Y lo mejor de todo es que lo harán en un ambiente ameno y divertido, practicando un deporte que visualmente para ellos es muy atractivo y que supone toda una experiencia ponerlo en práctica porque conlleva una descarga de adrenalina importante al tener que ejecutar piruetas, y demás movimientos acrobáticos.

Por supuesto, se trata de una disciplina exigente y que, como todos los deportes, conlleva un riesgo de lesiones, pero si los niños acuden a aprender a un centro especializado, con la técnica correcta y los ejercicios adecuados para su edad, no tiene por qué entrañar más riesgo que otras disciplinas que se ven con buenos ojos, como es el caso del fútbol, un deporte de contacto en el que se producen muchas lesiones.

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