La tecnología nos da muchísimas facilidades en nuestro día, pero casi todo lo bueno tiene su parte mala. Una de ellas es la pérdida de intimidad y otra, la dependencia que nos genera y en estrés, como habrás sufrido este verano cuando veáis el número de mails por leer subir en el icono de tu móvil. Pero bien utilizada puede ser realmente útil, y una prueba de ello son los temidos grupos de WhatsApp escolares.
Estos grupos de padres y madres de los compañeros de clase de tus hijos son la prueba tanto de la utilidad de la tecnología como de su cara B porque a menudo se utilizan realmente mal, convirtiéndose en un problema en vez de en aliado, que es lo que realmente deberían ser.
Gracias a ellos tenemos un canal directo para resolver una duda urgente en tiempo récord, también para compartir documentos y notificaciones importantes para el desarrollo del curso, por ejemplo el calendario, el menú de la comida o circulares que envíe el equipo docente, o para informar y compartir novedades de última hora. Al fin y al cabo, es una forma de acercar a las familias, de crear vínculo y cohesión.
Su ritmo de comunicación es ágil y muy accesible porque casi todo el mundo dispone de esta herramienta tecnológica en el móvil. En cambio, el uso que hacemos de ellos los padres y madres hacen que sean tediosos y, en demasiadas ocasiones, insoportables. Tanto que se acaban silenciando.
Cómo evitar el mal uso de WhatsApp
Conversaciones que no interesan a la mayoría, exceso de información, malentendidos, discusiones a veces, o el intercambio de opiniones infundadas que acaba derivando en desinformación son algunas de las consecuencias de un mal uso de los grupos de WhatsApp del colegio.
Con la intención de que no caigáis en estos errores un año más, ahora que arranca un nuevo curso escolar, hemos condensado una lista de reglas de uso que os ayudarán a aprovechar las ventajas que ofrece este canal de comunicación entre familias.
- Competir exclusivamente información de interés general para el grupo. Puede ser de fuera del cole, como por ejemplo un programa de actividades municipales del fin de semana, pero cuando la conversación derive en un interés personal o de unas pocas familias, es hora de redirigirla a otra conversación de WhatsApp distinta.
- Compartir información solo una vez. Tanto si es de ámbito escolar como extraescolar, no compartáis la información más de una vez. Prestas atención al hilo por si alguien hubiera tenido la misma idea recientemente.
- No desinformar. Las opiniones categóricas infundadas llevan a error porque se difunden más rápido de lo que puedes frenarlas. También los rumores, ya que pueden despistar y confundir a muchas familias o derivar en situaciones desagradables. Por eso, si no estás seguro de algo, no hables. Sois muchos y alguno habrá que sí lo sepa con total seguridad.
- Lenguaje respetuoso. Es de perogrullo tener que incluir esta norma, pero los malentendidos a través de conversaciones escritas, en ausencia del lenguaje gextual, se pueden malinterpretar, de manera que conviene ser muy cautos y respetuosos con el lenguaje que utilizamos. Y, por supuesto, también inclusivo.
- No dejéis a los nuevos padres y madres fuera. Cada septiembre hay alguna familia nueva en él aula, así que si a vuestros hijos este año no les han separado y mezclado, pensad en la integración de esas familias en la vida del centro. Ofrecedles la posibilidad de formar parte del grupo de WhatsApp de la clase en los primeros días.
- Morderse la lengua antes de responder. Si crees que un mensaje tuyo puede derivar en polémica y discusión, muérdete la lengua y, en todo caso, dile en privado aquello que quieras transmitir a ese padre o madre al que deseabas responder en público.
- Los saludos. No hace falta convertir el grupo de WhatsApp en un espacio para saludarse cada mañana. Si alguien saluda, por el motivo que sea, una norma no escrita de estos grupos es darse por saludado. Esto es justo lo contrario a lo que debería ser en el ascensor en hora punta o el rellano, donde lo educado es saludar a quien te cruces. En los grupos de WhatsApp debe primar la funcionalidad, no ralentizar el ritmo de comunicación por este tipo de cosas, salvo excepciones contadas.
- Seguridad y protección de la imagen. Debemos tener también mucho cuidado con la información personal y las fotografías que compartimos en los grupos de WhatsApp del cole. Si no lo tenéis claro, antes de enviar una foto grupal, preguntad si algún papá o mamá no ha dado su consentimiento. De nuevo, ser cautos es la mejor opción.