Apnea del sueño: cuando la respiración del bebé se detiene mientras se duerme
Ronquidos nocturnos, dificultades respiratorias, actitud inquieta o crecimiento lento son algunas de las causas del SAOS, un trastorno que sufren del uno al tres por ciento de los niños. Se manifiesta entre los dos y cinco años. La detección precoz de la apnea y su tratamiento ayudan a minimizar los efectos secundarios.
Autor: Verónica Martínez
La causa más común del SAOS son unas amígdalas demasiado grandes que obstruyen la faringe repetidamente durante la noche; en ese momento se interrumpe momentáneamente la respiración, bajan los niveles de oxígeno y el sueño difícilmente alcanza su fase reparadora, la fase REM.
Para que se desarrollen las apneas del sueño en bebés han de concurrir otros factores: una faringe demasiado estrecha, una musculatura que no funciona bien, un paladar ojival, una mandíbula pequeña, una enfermedad neuromuscular, infecciones de repetición en las vías aéreas superiores...
Síntomas de las apneas del sueño en bebés
- Lo que habitualmente se observa es que el niño ronca, aunque no todos los ronquidos implican SAOS. Entre el diez y el doce por ciento de los niños roncan por la noche, pero menos de la mitad sufren apnea del sueño.
- Además, el niño tiene dificultad respiratoria y sueño agitado y nada reparador.
- Puede tener microdespertares, volver a sufrir enuresis (o no superarla) y sudar mucho durante la noche.
- Sufrir terrores nocturnos, pesadillas o episodios de sonambulismo.
- Puede que por el día respire por la boca, y que pase las noches con la cabeza excesivamente flexionada hacia atrás, buscando la postura que le permita respirar mejor.
- También están los niños con sutiles manifestaciones nocturnas pero con importantes repercusiones en su desarrollo diurno. Algunos estudios afirman que los niños que roncan tienen al menos dos veces más posibilidades de sufrir déficit de atención e hiperactividad que los niños que no roncan.
- Al contrario que los adultos con apnea del sueño, los niños no suelen sufrir somnolencia diurna, aunque les cuesta mucho trabajo levantarse y suelen mostrar cansancio durante el día día, acompañado de hiperactividad.
- Se está estudiando la relación de esta enfermedad con otras dos manifestaciones: el estancamiento del crecimiento (las hormonas que lo favorecen se liberan durante la noche) y la obesidad.
¿Cómo se diagnostica?
El ronquido da la primera pista. Hay que consultar con el pediatra que realizará un examen visual. Si aprecia unas amígdalas grandes, es más sencillo el diagnóstico de SAOS.
Si no se ven a simple vista las amígdalas hipertróficas es necesario realizar una polisomnografía. Se realiza colocando sensores a lo largo del cuerpo. Su función es registrar el mayor número de valores corporales durante el sueño: movimientos de las piernas, de los ojos, pulso, tiempo que duran las apneas... Además, se hace un encefalograma.
Tratamiento para las apneas del sueño en bebés y niños
Asesor Dr. Francisco Hernández Moñiz, jefe de la sección de Otorrinolaringología del hospital Materno Infantil de Málaga.