El estrés en los más pequeños, un tema que a menudo pasa desapercibido porque creemos que la infancia está libre de tensiones, existe. Sin embargo, como bien señala la psiquiatra Marian Rojas Estapé, los niños y niñas son seres profundamente sensibles que aún no tienen las herramientas para expresar con palabras lo que sienten, de manera que somos los adultos quienes tenemos que poner si cabe más atención a los detalles para detectar posibles señales de que algo no va bien.
El estrés en los niños y niñas, explica Marian Rojas Estapé, puede manifestarse de muchas formas: cambios en el patrón de sueño, alteraciones en el apetito, disminución del rendimiento escolar, irritabilidad, llanto frecuente o incluso conductas regresivas como volver a mojar la cama. Cada signo es una señal de alarma que debemos atender con empatía y calma, dice la experta.
Las causas de este malestar no son fáciles de concretar porque pueden ser múltiples, apunta Marian Rojas Estapé. Desde tensiones escolares hasta problemas familiares, cambios de casa o la llegada de un nuevo hermano. Lo importante, como explica Rojas Estapé, es entender que el niño o niña está interpretando el mundo y sus emociones a partir de lo que ve y siente en su entorno más cercano: sus padres y cuidadores.
Y es que los padres somos espejos para nuestros hijos, subraya la psiquiatra. Por eso, cómo gestionamos nosotros mismos el estrés y las emociones influye directamente en su desarrollo emocional. Si perciben que sus padres están nerviosos o frustrados, ellos también se contagian de esa tensión, incluso sin comprender de dónde proviene.
Esto se extiende a la adolescencia: de hecho, un estudio reciente ha demostrado que el estrés de la madre potencia los efectos negativos del tiempo frente a pantallas en sus hijos.

Crear espacios donde se sientan escuchados
La recomendación de Marian Rojas Estapé para prevenir la aparición del estrés en niños y niñas pequeños de Marian Rojas Estapé es la de crear espacios de comunicación donde el menor se sienta escuchado y validado, sin juicios.
Esto implica bajar el ritmo, mirarlos a los ojos, hacer preguntas abiertas y estar emocionalmente presentes. No basta con decir "todo está bien"; hay que demostrarlo con gestos cotidianos: cariño físico, tiempo de calidad y límites afectuosos que les permitan sentirse seguros.
Cuando estos cambios en el comportamiento persisten, es fundamental buscar apoyo profesional. Un pediatra, psicólogo infantil o psiquiatra puede ayudarnos a entender qué está ocurriendo y cómo acompañar al niño para que recupere su equilibrio emocional.

El estrés en los bebés: cuando el niño es pequeño, él es la prioridad
En el caso de los bebés, el enfoque es aún más delicado. Como recuerda Marian Rojas Estapé, cuando el niño o niña es pequeño, él es la prioridad. En esos primeros meses de vida, el bebé necesita sentir que sus padres están disponibles no solo físicamente, sino emocionalmente. Necesita contacto, mirada, piel, voz. Todo eso le ayuda a calmar el estrés y la angustia que puede producirle el mundo exterior, que es nuevo e inmenso para él.
Lo impresionante —y lo que la ciencia ya avala, como bien dice Rojas Estapé— es que cuando la relación entre los progenitores es estable, sin agresividad ni gritos, el bebé desarrolla un equilibrio interior notable. La atmósfera emocional en la que vive influye directamente en cómo aprenderá a gestionar sus propios estados emocionales más adelante.
“No es un tema de cabeza, sino de corazón”, resume Marian la prevención y gestión del estrés en bebés. No se trata solo de cumplir con horarios, rutinas o cuidados físicos, que también tiene su importancia por otras cuestiones. Para el estrés, se trata de establecer un vínculo afectivo seguro que le permita crecer desde la tranquilidad, sintiéndose amado y protegido.
En resumen, tanto en niños y niñas como en bebés, según Marian Rojas Estapé, la clave está en nuestra disponibilidad emocional, en cómo logramos ser un refugio seguro en medio de sus tormentas internas. Cuidar nuestra propia salud mental es, en muchos casos, el primer paso para ayudarles a ellos.