¿Niños adictos a la melatonina? El abuso de esta sustancia para que los niños (y los padres) duerman

Cuando nace un niño, uno de los caballos de batalla y máxima preocupación entre los nuevos padres es relativo al sueño del pequeño. Y es que el niño tiene que ir, mes a mes, aprendiendo a dormir poco a poco, estableciendo unas rutinas para que, al final, pueda dormirse solo, de forma autónoma. Sin embargo, […]
¿Qué son las ventanas de sueño de los niños?

Cuando nace un niño, uno de los caballos de batalla y máxima preocupación entre los nuevos padres es relativo al sueño del pequeño. Y es que el niño tiene que ir, mes a mes, aprendiendo a dormir poco a poco, estableciendo unas rutinas para que, al final, pueda dormirse solo, de forma autónoma. Sin embargo, la teoría está muy bien y es el ideal soñado por muchos padres que ven como ahora se pasan noches enteras en vela... y al día siguiente tienen que ir a trabajar o hacer sus quehaceres diarios. 

Medidas desesperadas

Es por ello que muchos progenitores, desesperados y cansados a partes iguales por esa falta de sueño y de descanso, que recurren a la melatonina como el último recurso para que el niño (y sus padres) puedan dormir por fin casi del tirón. Esto mismo es lo que revela la Encuesta Nacional sobre la Salud Infantil del CS Mott Children’s Hospital de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), al mismo tiempo que ponen de evidencia el peligro que tiene el que se abuse de estas sustancias en estos menores. 

Niña con sueño bostezando - Getty Images/iStockphoto

"Nuestro informe refuerza la lucha común que supone conseguir que los niños pequeños duerman. Cuando esta transición a la hora de dormir se convierte en un conflicto nocturno, algunos padres pueden caer en hábitos que funcionan en el momento, pero que podrían provocar más problemas de sueño en el futuro", afirma Sarah Clark, MPH, codirectora de Mott Poll, que recuerda que el hecho de que los niños no descansen lo suficiente (y por ende los padres del menor) hace que a la larga se vea afectado su desarrollo físico, su educación emocional y su comportamiento. En esta misma encuesta, casi uno de cada cinco padres aseguraba que había dado melatonina a sus hijos para dormir. 

Sin embargo, estos expertos insisten en que antes de optar por la melatonina para dársela a niños con la idea que igual así duermen mejor es preciso consultar previamente con el pediatra. Será este profesional el que considere el uso o no de esta sustancia que, aunque en ocasiones se vea anunciada como apropiada para los niños, se desconocen muchos de sus efectos secundarios en menores, así como su impacto en el crecimiento y desarrollo del niño. 

"Aunque la melatonina es una hormona natural que regula los ciclos de sueño-vigilia y puede estar bien usarla ocasionalmente, los padres no deben confiar en ella como ayuda principal para dormir. Y en el caso de usarla, si así se lo dice su médico, deben comenzar con la dosis más baja posible. Además, es importante mantener aparatos electrónicos como tablets o televisores fuera del dormitorio de los niños, ya que la luz azul que emiten muchas de estas pantallas interfiere con la producción natural de melatonina", concluye esta experta.

Rutinas y hábitos saludables: la mejor solución

No es una fórmula secreta que haga que el niño de la noche a la mañana duerma del tirón, pero como explican estos expertos a modo de recomendación saludable, para llegar a conciliar el sueño de una forma autónoma y regular, el niño debe seguir una serie de rutinas y hábitos en el tiempo a la hora de acostarse:

  • Una rutina metódica antes de ir a dormir: lo más común es el baño, la cena, lavarse los dientes, leer un cuento y apagar la luz para empezar a inducir al sueño. 
  • A la misma hora: esta rutina es mejor hacerla siempre, salvo excepciones de vacaciones o algún fin de semana, a la misma hora para que el cerebro y el cuerpo vayan reconociendo las señales que invitan al descanso. 
  • Crear un ambiente adecuado para dormir: si es en su propio cuarto, todo apagado o al menos una luz tenue, una temperatura agradable, nada de ruido y si al niño le relaja se puede poner hasta que se duerma una ligera melodía musical o el conocido como ruido blanco. Y, por supuesto, nada de aparatos o dispositivos electrónicos cerca.

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