Los niños no tienen que ir contentos a la escuela, tienen el derecho de ir

Mantener una rutina y saber responder a los problemas es fundamental cada mañana. ¿Qué podemos hacer al respecto? Te ofrecemos algunos consejos útiles que te serán de gran ayuda.
Los niños van a la escuela

A todos los padres nos encanta cuando nuestros hijos van contentos a la escuela y vuelven más, señal de que se lo han pasado bien, pero no siempre es posible y lograrlo no siempre está en nuestras manos por eso creo necesario resaltar que los niños no tienen que ir contentos a la escuela, sino que tienen el derecho de ir para garantizar su educación.

Los niños van a la escuela - Foto: Istock

Seguro que vives cada mañana algo similar a lo que voy a contar: a uno de tus hijos le despiertas con mucha ternura, le dejas tiempo para que se vaya desperezando, le ayudas a vestirse si es pequeño, pero entre la perezca, la inapetencia a la hora de desayunar, tener que lavarse con agua la cara, salir de la cama caliente y adaptarse al ritmo rápido de la mañana con la banda sonora de “corre, corre que llegamos tarde” resulta estresante y muchas veces la salida tiene su “bronca mañanera”.

Podemos decir que las emociones que sienten por la mañana es su forma de adaptarse a la propia rutina repleta de cambios.

La forma de vivir cada mañana dependerá mucho del temperamento de cada hijo, su edad, la capacidad de gestionar el estrés del adulto principal, si nada más dejarlo en el colegio hay que entrar a trabajar o se cuenta con margen de tiempo, etc.

Pero en cualquier caso, hay que tener en cuenta que en poco tiempo, se enfrentan a demasiadas emociones y sensaciones desagradables, tanto el niño como el adulto y ante tanta agitación necesitan parar y volverse a conectar emocionalmente.

¿Qué te recomiendo No hacer en estos casos en la entrada de la escuela?

  1. No le intentes convencer de lo bien que se lo pasará en clase una vez que entre, ¡Ya verás que bien te lo vas a pasar hoy jugando con tu amiga María!
  2. No le recuerdes cómo fue su experiencia ayer, lo que siente ahora no tiene nada que ver con el día que tuvo ayer, ¡ayer tampoco querías entrar y mira luego que bien te lo pasaste…!
  3. No le digas que si llegas tarde te van a regañar en tu trabajo, añadir culpa a esta situación sólo la empeora, ¡si llego tarde mi jefa me regaña y seguro que tú no quieres eso…!
  4. No le prometas algo que no sabes ni si vas a poder cumplir con el fin de que se calme antes y entre contenta, ¡Venga, que, si te quedas y haces caso a la maestra, a la tarde vengo y te llevo a ese parque que tanto te gusta!
  5. No le compares con nadie ni le ridiculices por llorar ¡mira, ya han entrado todos tus amigos, eres la única que llora…!
Niños contentos en la escuela - Foto: Istock

En el momento de la separación con la figura de apego es posible que los niños manifiesten resistencia a través del llanto o enfado, sobre todo de dos a cinco años, los padres somos su refugio y lugar seguro, lo que sienten con nosotros les da mucha seguridad y la entrada al colegio genera mucha ansiedad.

La propia situación resulta muy estresante para todos y si a esto le sumas que estás pensando en que tienes el coche en doble fila o que tienes que entrar a trabajar… necesitas un comodín, el que sea, algo que funcione y que consiga que tu hija entre a clase ya y a poder ser sonriendo.

¿Qué le ayuda más escuchar de ti aunque no logres que entre sonriendo?

  1. Dile que le entiendes: Soy consciente de que ahora entrar a clase no es lo que más te apetece…
  2. Dile lo que tú vas a hacer: Yo voy a ir a trabajar…
  3. Si es muy pequeña, puedes dejarle unos besos pintados en un trozo de papel en el bolsillo para simbolizar el cariño que os tenéis, para ayudarle en ese momento tan difícil. Este recurso lo explicamos en un cuento que hice con una compañera Asun Egurza “Mamá, te echo de menos” que también tiene una canción preciosa que hice con María Peralta.
  4. Despídete de ella con un abrazo o sonrisa que transmita ternura y confianza.
  5. Dile que más tarde, cuando os volváis a encontrar, te gustará saber qué ha hecho durante el día…

Si juntamos estos cinco tips, mirad qué frase tan amorosa se construye: “Hija, entiendo que entrar ahora a clase no es lo que más te apetece, te cuento que yo me voy a ir a trabajar y como sé que nos vamos a echar de menos porque yo también me acuerdo de ti en el trabajo, te dejo en este bolsillo un beso para que recuerdes que en la tarde voy a venir a por ti, deseando que me cuentes todo lo que has hecho en la mañana, ¿nos damos un abrazo?”

Quizás tal cuál no te encaja, puedes hacer tus propias adaptaciones y construir una frase similar que te ayude a vivir este momento con menos tensión, se trata de acompañar sus emociones sin desatender las tuyas

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