Recetas atractivas para niños que detestan la fruta
Cuando los niños no prueban la fruta, no sirve de nada insistir ni explicarles que es buenísima: hay que ofrecérsela de una forma apetecible, como propone el doctor José Manuel Moreno Villares.
La fruta proporciona, lo mismo que la verdura, algunos nutrientes esenciales, como vitamina C y fibra.
Tomar fruta y verdura cinco veces al día tiene efectos beneficiosos para la salud y disminuye el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o un infarto a lo largo de la vida.
Cuando un niño no toma frutas, sus padres temen que pueda estar mal nutrido; algunos papás se preocupan tanto que se las dan a su hijo por la fuerza. Pero no se trata de establecer una batalla en cada comida con el niño, ni de doblegarlo; sino todo lo contrario, porque con ese método lo que se logra es lo contrario de lo que se busca: que termine aborreciendo la fruta o asociándola con el conflicto con sus padres.
Lo único que de verdad funciona es respetar al niño y predicar con el ejemplo: así, para conseguir que el niño se interese por la fruta debe ver que sus padres la toman con asiduidad y que ese alimento no falta en la mesa ni tampoco en la cocina, tanto físicamente como incluida en el recetario familiar.
No se trata de olvidarse del asunto y esperar (“como no quiere fruta, no insisto más”), sino de seguir invitándole a tomar fruta cada día sin atosigarle (“qué rica está esta naranja, ¿no quieres probarla”), porque en los primeros años es cuando los niños adquieren los hábitos alimentarios que mantendrán toda la vida. Eso sí, la tarea puede durar meses o años, hay que armarse de paciencia.
Irresistible
Es más fácil que el niño tome fruta si en el plato encuentra unas atractivas rodajas que una pieza entera sin pelar. Obviamente visualmente las frutas preparaditas y cortadas son más llamativas y les entran, normalmente, más por los ojos.
Hay que tener, por tanto, en cuenta que la fruta es más apetecible si se sirve: