La lactancia materna es mucho más que alimentar al bebé: es un acto de vínculo, protección y desarrollo. Durante los primeros seis meses de vida, la leche materna no solo cubre todas las necesidades nutricionales del recién nacido, sino que también aporta anticuerpos, enzimas y hormonas que fortalecen su sistema inmunitario y favorecen un crecimiento saludable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante este período, ya que es la forma más natural y segura de alimentar a un bebé en sus primeras etapas de vida.
Además de sus beneficios físicos, la lactancia tiene un profundo impacto emocional. El contacto piel con piel, el olor y el calor materno generan en el bebé una sensación de seguridad que le ayuda a regular su respiración, su temperatura corporal y su ritmo cardíaco. Este lazo también influye positivamente en el bienestar emocional de la madre, que experimenta liberación de oxitocina, hormona relacionada con la felicidad y la reducción del estrés.
Sin embargo, el camino de la lactancia no siempre es sencillo. Pueden aparecer dudas, inseguridades y retos que requieren información fiable y apoyo profesional. Por ello, esta guía aborda de forma detallada todo lo que necesitas saber: desde las primeras tomas y el calostro, hasta la conservación de la leche, técnicas de amamantamiento y consejos para superar las dificultades más comunes.
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Índice de contenidos
- Introducción a la lactancia materna en los primeros 6 meses
- Primeras tomas y calostro
- Qué es y por qué es importante
- Inicio de la lactancia
- Alimentación del bebé y frecuencia de tomas
- Lactancia a demanda
- Horarios y tomas nocturnas
- Cómo saber si el bebé come lo suficiente
- Posturas y técnicas de lactancia
- Extracción y conservación de la leche
- Lactancia mixta y alimentación con biberón
- Alimentación de la madre lactante
- Problemas y retos comunes en la lactancia
- Consejos prácticos para el día a día
- Mitos y verdades sobre la lactancia materna
- Preguntas frecuentes
- Más información sobre lactancia materna

Primeras tomas y calostro
Los primeros minutos y horas tras el nacimiento son un momento único para iniciar la lactancia materna. El contacto piel con piel y el reflejo de búsqueda del bebé facilitan que las primeras tomas se produzcan de manera natural y temprana. En estas primeras extracciones, el pecho produce una sustancia muy especial: el calostro, conocido popularmente como “oro líquido” por su color dorado y su altísima concentración de nutrientes y defensas.
El calostro no se parece a la leche madura: es más espeso, en menor cantidad y con un perfil nutricional adaptado a las necesidades exactas del recién nacido. Contiene proteínas de alta calidad, anticuerpos (como la inmunoglobulina A) y compuestos bioactivos que protegen el sistema digestivo inmaduro del bebé y ayudan a prevenir infecciones.
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Qué es y por qué es importante
Comenzar a dar el pecho lo antes posible favorece la subida de la leche y establece una producción adecuada a la demanda del bebé. Además, estas primeras tomas no solo cumplen una función nutricional, sino también emocional, ya que refuerzan el vínculo madre-hijo y ayudan a la adaptación de ambos al nuevo entorno.
El calostro es la primera leche materna que produce el cuerpo tras el parto. Su color amarillento y textura espesa son signos de su alta concentración de nutrientes y anticuerpos. Este “oro líquido” fortalece el sistema inmunitario del bebé, favorece el desarrollo del intestino y actúa como una primera vacuna natural.
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Inicio de la lactancia
El inicio ideal de la lactancia debe darse en la primera hora después del nacimiento, aprovechando el instinto de succión del recién nacido. Esto ayuda a establecer una buena producción de leche y fortalece el vínculo madre-hijo.
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Alimentación del bebé y frecuencia de tomas
Durante los primeros seis meses de vida, la lactancia materna exclusiva es la recomendación principal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Sin embargo, uno de los aspectos que más preocupa a las familias es la frecuencia con la que el bebé debe alimentarse y cómo identificar si está recibiendo suficiente leche.
A diferencia de la alimentación con horarios estrictos, la lactancia materna se adapta a las necesidades del bebé. Algunos recién nacidos demandan el pecho cada hora, mientras que otros espacian más las tomas, especialmente conforme crecen y su estómago puede retener más cantidad de leche en cada toma. La clave está en aprender a leer las señales tempranas de hambre —como mover la cabeza buscando, abrir la boca o llevarse las manos a la boca— y no esperar al llanto, que es un signo tardío.
La frecuencia también puede variar en función de factores como el peso del bebé, su desarrollo, los picos de crecimiento o la producción de la madre. Las tomas nocturnas, aunque a veces cansadas, son esenciales para mantener la producción de leche y para garantizar que el bebé recibe la cantidad de nutrientes y calorías que necesita para crecer de forma saludable.
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Lactancia a demanda
Amamantar a demanda significa ofrecer el pecho siempre que el bebé lo pida, sin horarios fijos. Esto garantiza que reciba la cantidad adecuada de leche y estimula la producción.
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Horarios y tomas nocturnas
Las tomas nocturnas son esenciales para mantener la producción y cubrir las necesidades energéticas del bebé. Aunque pueda resultar cansado, son una parte normal y saludable del proceso.
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Cómo saber si el bebé come lo suficiente
Signos como el aumento de peso, el número de pañales mojados y la actitud tranquila después de mamar indican una buena alimentación.
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Posturas y técnicas de lactancia
La forma en que colocas a tu bebé durante la lactancia influye directamente en la eficacia de la succión, la comodidad de ambos y la prevención de problemas como grietas en el pezón o dolor en la espalda. Una postura adecuada facilita un agarre correcto, asegura que el bebé reciba suficiente leche y contribuye a que la experiencia sea más relajada y placentera para la madre.
Además, conocer cómo estimular el reflejo de succión o cómo corregir el agarre si el bebé no se prende bien es clave para evitar problemas a largo plazo. Estas técnicas no solo mejoran la alimentación, sino que también favorecen el vínculo emocional entre madre e hijo, algo fundamental durante esta etapa.
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Posiciones para amamantar
No existe una única posición ideal: lo importante es encontrar aquella que se adapte a la anatomía de la madre, a la edad y desarrollo del bebé, y a las circunstancias del momento. Desde la clásica posición de cuna hasta la posición acostada de lado —muy útil en las tomas nocturnas—, cada técnica tiene sus ventajas y puede ayudar en diferentes situaciones.
Existen varias posiciones que pueden facilitar la toma: posición de cuna, invertida, acostada o “ballena” para bebés pequeños o madres que han tenido cesárea.
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Estimulación de la succión
Algunos bebés necesitan ayuda para desarrollar un buen reflejo de succión. Técnicas como el contacto piel con piel y la compresión del pecho pueden ser útiles.
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Extracción y conservación de la leche
En muchos momentos de la lactancia, extraer y conservar la leche materna se convierte en una gran aliada para mantener la alimentación exclusiva del bebé, incluso cuando la madre no puede estar presente en todas las tomas. Ya sea por la vuelta al trabajo, por compromisos personales o por la necesidad de aliviar el pecho en periodos de sobreproducción, contar con un buen plan de extracción y almacenamiento asegura que el pequeño siga recibiendo todos los beneficios de la leche materna.
La extracción puede realizarse de forma manual o con la ayuda de un sacaleches, y la elección dependerá de las preferencias de la madre y de su comodidad. Pero más allá del método, es fundamental conocer las pautas de higiene, el tiempo de conservación en distintas condiciones (a temperatura ambiente, en refrigerador o congelador) y cómo calentar la leche de forma segura antes de ofrecérsela al bebé.
Al dominar las técnicas de extracción y conservación, las madres pueden crear un “banco de leche” en casa, garantizando que el bebé cuente siempre con su alimento más completo, incluso en su ausencia. Esto ofrece una gran tranquilidad y flexibilidad, favoreciendo la continuidad de la lactancia materna sin interrupciones.
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Uso del sacaleches
El sacaleches permite extraer leche para almacenarla y ofrecerla después. Es útil para madres que vuelven al trabajo o que necesitan aumentar la producción.
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Conservación segura
La leche materna debe guardarse en envases limpios y cerrados, en la nevera o congelador según las necesidades.
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Lactancia mixta y alimentación con biberón
La lactancia mixta combina la leche materna con la de fórmula, y puede ser una opción muy útil en distintas circunstancias: desde casos en los que la madre no produce suficiente leche, hasta situaciones en las que necesita flexibilizar las tomas por motivos laborales o personales. Este enfoque permite que el bebé siga recibiendo los beneficios únicos de la leche materna, mientras se complementa su alimentación para asegurar que cubre todas sus necesidades nutricionales.
Adoptar la lactancia mixta no significa abandonar la lactancia materna, sino adaptarla a la realidad y al ritmo de cada familia. Existen distintas técnicas para ofrecer el biberón sin que el bebé pierda el interés por mamar, como el Método Kassing, que respeta el patrón de succión del pecho y ayuda a prevenir la confusión tetina-pezón.
Además, la preparación segura de la leche de fórmula, la elección del biberón más adecuado y el respeto por la higiene son claves para que esta combinación funcione de manera óptima. Con una buena planificación, la lactancia mixta puede ser una herramienta valiosa para prolongar la lactancia materna, ofreciendo flexibilidad y tranquilidad a la madre.
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Métodos y técnicas
La lactancia mixta combina leche materna y de fórmula, útil en casos de baja producción o necesidades médicas.
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Preparación y seguridad
La higiene y la temperatura adecuada del agua son claves para preparar un biberón seguro.
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Alimentación de la madre lactante
La dieta de la madre durante la lactancia no solo influye en su propia salud y bienestar, sino que también puede repercutir en la calidad y cantidad de la leche que produce. Aunque el cuerpo está preparado para mantener una composición nutritiva óptima en la leche materna incluso en situaciones de ingesta insuficiente, seguir una alimentación equilibrada es fundamental para cubrir las necesidades energéticas y de micronutrientes de la madre, prevenir carencias y favorecer una recuperación posparto adecuada.
En esta etapa, el gasto calórico aumenta debido a la producción de leche, por lo que es importante incorporar alimentos variados que aporten proteínas de calidad, grasas saludables, hidratos de carbono complejos, fibra, vitaminas y minerales. También es recomendable prestar especial atención a la hidratación, ya que una ingesta insuficiente de líquidos puede afectar el volumen de leche.
Si bien no existen listas estrictas de alimentos “prohibidos” durante la lactancia, sí hay productos que conviene moderar por su posible impacto en el sabor de la leche, en la digestión del bebé o en la salud materna, como el alcohol, la cafeína o algunos ultraprocesados. Igualmente, algunas madres pueden necesitar ajustes dietéticos en función de su estilo de vida (por ejemplo, dietas vegetarianas o veganas) o de la tolerancia de su bebé a ciertos alimentos.
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Alimentos a evitar o moderar
Durante la lactancia, algunos alimentos como alcohol, cafeína en exceso y pescados con alto contenido de mercurio deben limitarse.
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Beneficios y adaptaciones dietéticas
Seguir una dieta equilibrada ayuda a mantener la energía y la producción de leche.
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Problemas y retos comunes en la lactancia
Aunque la lactancia materna es un proceso natural y beneficioso, no siempre resulta sencilla desde el primer día. Muchas madres se encuentran con obstáculos que pueden generar dolor, frustración o incluso el abandono temprano de la lactancia si no se identifican y tratan a tiempo. Entre las dificultades más habituales se encuentran el agarre incorrecto del bebé, las grietas en el pezón, la congestión mamaria, las mastitis o la sensación de que el bebé “no se sacia”.
La buena noticia es que la mayoría de estos problemas tienen solución con una correcta información, apoyo y acompañamiento, ya sea a través de matronas, asesoras de lactancia o grupos de apoyo especializados. Conocer las causas más comunes y aplicar estrategias prácticas permite mantener la lactancia con éxito y disfrutar de esta etapa sin dolor ni estrés.
También es importante entender que algunos cambios en la producción de leche —como los llamados “baches de lactancia” o los picos de crecimiento del bebé— son completamente normales y forman parte del proceso de adaptación entre madre e hijo. Saber anticiparlos y gestionarlos ayuda a evitar falsas alarmas y decisiones precipitadas.
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Dificultades con el agarre o la toma
Un mal agarre puede causar dolor y reducir la transferencia de leche. La ayuda de una asesora de lactancia puede ser clave.
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Cambios en la producción
Es normal que la producción varíe según la demanda y la etapa del bebé.
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Consejos prácticos para el día a día
La lactancia materna no es solo cuestión de técnica, también implica organización, constancia y adaptaciones en la rutina diaria. Desde encontrar un lugar cómodo para amamantar, hasta planificar las tomas en salidas o viajes, la logística juega un papel clave para que este proceso sea más llevadero y satisfactorio tanto para la madre como para el bebé.
Contar con trucos sencillos puede marcar la diferencia: elegir ropa cómoda y accesible, usar cojines de lactancia para aliviar la postura, planificar la extracción de leche si vuelves al trabajo o aprender a amamantar discretamente en público. También es fundamental gestionar bien el tiempo, sobre todo en los primeros meses, para que las tomas no interfieran con el descanso y el cuidado personal de la madre.
Estos consejos prácticos no solo facilitan la alimentación del bebé, sino que también ayudan a la madre a sentirse más segura, relajada y capaz de mantener la lactancia el tiempo que desee. Con pequeñas adaptaciones, es posible integrar la lactancia en el día a día sin que suponga un sacrificio excesivo, disfrutando plenamente de esta etapa tan especial.
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Organización y logística
Planificar la alimentación del bebé y contar con apoyo familiar facilita el proceso, especialmente en la vuelta al trabajo.
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Mitos y verdades sobre la lactancia materna
La lactancia está rodeada de creencias populares que, aunque bienintencionadas, pueden generar confusión e incluso interferir en la experiencia de amamantar. Algunas de estas afirmaciones se transmiten de generación en generación, pero no siempre están respaldadas por la ciencia.
Aclarar estos mitos no solo ayuda a las madres a tomar decisiones informadas, sino que también reduce la presión social y las dudas que pueden surgir en los primeros meses. Veamos algunos de los más frecuentes:
- "Si tienes poco pecho, producirás poca leche"
El tamaño del pecho no determina la cantidad ni la calidad de la leche. Lo que importa es la frecuencia de las tomas y el vaciado eficaz del pecho.
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Falso. Aunque a partir de esa edad se introducen otros alimentos, la leche sigue aportando nutrientes y defensas esenciales.
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Los bebés pequeños tienen estómagos reducidos y necesitan tomas frecuentes. No siempre es señal de baja producción.
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En la mayoría de los casos, las enfermedades comunes no requieren suspender la lactancia, aunque hay excepciones. Consulta siempre con tu médico.
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En embarazos de bajo riesgo, la lactancia durante la gestación es posible. Sin embargo, es recomendable valoración médica individual. - "El calostro no es suficiente para alimentar al recién nacido"
El calostro es muy concentrado y cubre perfectamente las necesidades de los primeros días.
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No hace falta seguir menús rígidos, pero sí es importante mantener una dieta equilibrada y evitar ciertos alimentos o sustancias que puedan afectar al bebé.
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