La reflexión de un psicólogo infantil sobre los cumpleaños en parques de bolas que te hará pensar

“Por suerte hemos aprendido la lección”, dice el psicólogo infantil Javier de Haro en una reflexión personal y profesional que puede serte de ayuda si dudas de cómo celebrar el cumpleaños de tu hijo o hija.
Once ideas para celebrar el cumpleaños del niño

La celebración de los cumpleaños infantiles es toda una historia. A partir de los cuatro añitos, más o menos, los peques empiezan a socializar mucho más y los padres y madres tenemos un nuevo melón por abrir: hacer fiesta de cumple o no. Y, si se hace, hacerla en solitario o grupal, con otros niños y niñas de clase. ¿Cuál es la fiesta infantil de cumpleaños perfecta? Lo de a cuántas personas invitar es un terreno de arenas movedizas que directamente nos saltamos porque es algo muy personal.

Si te pasa como nos pasó a nosotros (perdón por hablar en primera persona, pero una experiencia que tengo muy reciente…), cualquier opinión profesional al respecto ayuda a la hora de reflexionar y tomar una decisión. Sobre todo si la reflexión es tan interesante como la que ha compartido en redes sociales el psicólogo infantil Javier de Haro, experto en crianza y padre.

Fiesta de cumpleaños - Anna Bizon | Freepik

En un post reciente, el psicólogo comparte una anécdota personal que es muy probable que hayas experimentado o que vayas a experimentar si estás en pleno debate familiar sobre qué hacer con el cumple de los peques de la casa cuando ya tienen su grupito de amigos y amigas. “Os parecerá una tontería pero cuando tenemos hijos pequeños y se acerca el cumpleaños es algo que empezamos a pensar”, expone.⁣

Cuenta el psicólogo que por el cuarto cumpleaños de su hijo Javier, decidieron “hacer algo que pensamos que iba a ser memorable para él, superespecial”. Este plan especial lo decidieron entre los adultos de la casa: “estuvimos en la Warner, se subió en todo. Le encantó. Después fuimos a cenar donde él quiso y le cantamos su cumpleaños feliz. Al día siguiente, como le gustan mucho los animales, nos fuimos a Faunia, comió macarrones, que le encantan, y al parar de regreso, paramos en una juguetería y le dijimos que podía escoger las dos cositas que a él más le gustaran”, relata de Haro.

“Pensamos que era el cumpleaños perfecto”, reconoce. Sin embargo, no fue así. “Resulta que cuando estábamos volviendo con él en el coche pensando lo padrazos que éramos por haber organizado aquello, cuando vio que nos acercábamos a casa, nos preguntó: ‘Papi, mami, ¿y mi fiesta? ¿Y mi cumpleaños y mis amigos?’”, recuerda el psicólogo, que describe también con el gesto de la boca abierta cómo se les quedó la cara cuando su peque les hizo ese comentario…

La importancia de celebrar el cumpleaños de los niños - Anna Bizon | Freepik

La moraleja de la reflexión del psicólogo infantil

La moraleja de esta anécdota personal de Javier de Haro es el aprendizaje que él y su pareja sacaron de esta celebración de cumpleaños de su hijo pequeño de 4 años, sin parques de bolas ni amigos, solo con la familia.

¿Cuál esa lección? Que no es tanto si el cumpleaños de los niños y niñas se celebra en la Warner, en Disneyland París, en el parque de bolas del barrio o en el local comunitario de vuestra urbanización. La cuestión es que ellos y ellas, los y las peques, sean partícipes de la forma en la que se celebra su día: ya sea una fiesta, con ideas originales para celebrar su cumpleaños o sin ellas, un plan familiar o cualquier otra que deseen más que nada para la fecha en la que soplan las velas.

“Hemos aprendido la lección y le hemos preguntado”, recalca Javier de Haro. “Tenemos que implicarles más, o al menos, verlo como ellos lo ven, empatizar con ellos porque muchas veces nos complicamos y ellos con cositas mucho más sencillas disfrutan”, reflexiona el psicólogo infantil, que hace autocrítica a la vez que comparte este consejo a nivel profesional. “De verdad que merece la pena”, concluye el experto en crianza y educación.

Javier ha podido disfrutar de su siguiente cumpleaños, el quinto, en un parque de bolas, como él quería haber hecho en los 4. “Sí, los psicólogos también metemos la pata y ahí el tiro nos salió por la culata… Aunque lo importante es aprender de los errores y no tropezar con la misma piedra”, concluye Javier de Haro.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar