El lenguaje es un elemento fundamental en el desarrollo de la personalidad de cualquier niño. Las habilidades lingüísticas de nuestros hijos tienen un papel decisivo en su éxito interpersonal y académico.
La adquisición del idioma del niño pequeño es una dinámica que empieza mucho antes de la entrada a la escuela. El buen desarrollo se basa en los momentos privilegiados que el niño comparte con quienes lo rodean. Y, especialmente, con las conversaciones que escucha cuando es aún bebé.
Y es que, como manifiestan los expertos, la exposición temprana al lenguaje es muy importante para el desarrollo de los bebés. Un idioma que, sin embargo, no tiene por qué ser hablado necesariamente.
De hecho, un nuevo estudio ha confirmado recientemente que los bebés sordos no tenían más probabilidades de sufrir retrasos cognitivos, en comparación con los bebés que no los tienen.
Estudios anteriores se habían centrado principalmente en niños sordos con padres que no tenían problemas de audición, que, a menudo, acaban con retrasos en el desarrollo. Sin embargo, este nuevo estudio muestra que el problema suele ser la falta de exposición al lenguaje, y no ser sordo en sí mismo. Por tanto, el lenguaje de señas proporcionaría tanto el apoyo para el desarrollo cognitivo de la misma manera que lo haría el lenguaje hablado.
¿Qué nos indica el estudio?
Un reciente estudio publicado en la edición digital de la Society for Research in Child Development ha confirmado que la exposición temprana al lenguaje, tanto escrito como hablado, sería clave en el desarrollo cognitivo, lo que sería aún más importante si cabe para los niños sordos y con problemas de audición, quienes a menudo sufren retrasos en el desarrollo.
Durante la investigación, los científicos encuestaron a padres con niños sordos y con problemas de audición con edades comprendidas entre los 3 y 7 años. A su vez, alrededor de un tercio de los niños sordos, o con problemas auditivos, tenían un padre sordo que usaba el lenguaje de signos estadounidense desde el nacimiento. Mientras que el resto de niños no estuvieron expuestos al lenguaje hasta que eran pequeños.

Los investigadores encontraron que los niños que estuvieron expuestos al lenguaje desde el principio, ya sea por señas o hablado, no mostraron deterioro en el funcionamiento ejecutivo (todos los mecanismos mentales que nos permiten controlar nuestros pensamientos, acciones y emociones).
Particularmente, los niños que exclusivamente utilizaron señas desde el nacimiento no mostraron diferencias en comparación con los que aprendieron el lenguaje hablado desde el nacimiento, o los que estuvieron expuestos tanto al lenguaje hablado como a los de señas desde el momento del nacimiento. En este sentido, los expertos descubrieron que el factor decisivo fue si la exposición se produjo al principio.
No obstante, los autores señalan que el tamaño de la muestra fue bastante pequeño (123), y no muy diverso racialmente. Pero los hallazgos demostrarían realmente la validez del lenguaje de signos como lengua materna. Y disiparía la idea de que la sordera se encuentra directamente asociada con el retraso en el desarrollo.
Es más, la sordera podría verse como una barrera potencial para la exposición al lenguaje que se puede derribar con el uso del lenguaje de señas. Todo ello gracias a que el cerebro del niño pequeño está listo para aprender el lenguaje, y no discrimina si el lenguaje debe ser hablado o por señas.
¿En qué consiste el lenguaje de signos estadounidense?
Conocido como ASL, el lenguaje de signos estadounidense (o americano), consiste en un lenguaje visual que utiliza señas con las manos, movimientos y expresiones faciales para que la persona pueda comunicarse con el resto. Se trata de un idioma propio.
De hecho, tiene sus propias reglas de gramática y pronunciación, y puede ser utilizado por sí solo con la finalidad de expresar pensamientos o ideas complejas.
En Estados Unidos, por ejemplo, las personas que tienen problemas de audición o son sordas a menudo utilizan este lenguaje para comunicarse. Pero, como mantienen los especialistas, no es necesario ser sordo para usarlo, ya que puede ser usado como una herramienta para ayudar a los niños que tienen problemas con la comunicación verbal.