Ser Padres

Formas de agresión que muchos adultos normalizan según Álvaro Bilbao

Hay ciertas formas de agresión hacia los niños que son normalizadas o minimizadas en cuanto a importancia por parte de muchos adultos. Hablamos de ellas y de las consecuencias que tienen para los pequeños de la casa.

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En algunas ocasiones todos hemos visto algunas actitudes por parte de padres o madres que nos han chocado, nos han molestado o nos han parecido reprochables. Quizá incluso seamos nosotros mismos los que alguna vez nos hayamos visto teniendo ese comportamiento. Sin embargo, muchos adultos restan importancia a esas actitudes o formas de proceder y no consideran que puedan ser formas de agresión.

Los gritos, las bofetadas, las collejas o avergonzar a los niños, por ejemplo, son formas de agresión. Es frecuente oír cosas como “por una vez no pasa nada”, “es normal”, “a veces no queda más remedio”… Tratemos de justificarlo como sea, lo cierto es que son formas de agresión hacia los niños, el problema, es que en muchas ocasiones están normalizadas. Esto es lo que defiende Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, padre de tres niños, autor de varios libros de educación y un gran referente pedagógico para miles de padres y madres. El experto asegura en su cuenta de Instagram que “muchas veces estas formas de agresión ocurren porque es la forma en la que nos enseñaron a nosotros y en muchos casos las vemos tan normales.. ¡Ni siquiera pensamos que son formas de agresión!”, pero hay que ser conscientes de que sí lo son y que tienen consecuencias para los niños.

Es importante analizarnos y detectar si nos comportamos de este modo con nuestros hijos para corregir nuestros errores. Hay momentos en los que se pierde la paciencia y los nervios nos pueden jugar malas pasadas ante situaciones límite, pero como explica Álvaro Bilbao en su cuenta ante comentarios de algunos de sus seguidores “cuanto más conscientes seamos de lo que sienten los niños más difícil será que pasemos ciertas líneas”. Además, hay que tener en cuenta que con ellas no conseguimos nada y solo suelen empeorar la situación y no hacer que el niño comprenda lo que ha hecho o lo que no debe hacer. Y otra cosa aún más importante: tratar de educar a base de infringir daño nunca debería ser una opción.

Vamos a hablar de algunas de esas formas de agresión que según Álvaro Bilbao tienden a ser normalizadas por muchos adultos y de sus efectos negativos sobre los niños:

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