Si tu hijo no te escucha a la primera, pon en práctica este consejo de Álvaro Bilbao

Concienciar a madres y padres sobre el desarrollo neurológico infantil y ofrecer una estrategia práctica y empática, basada en las recomendaciones de Álvaro Bilbao, para mejorar la comunicación con sus hijos cuando “no escuchan a la primera”, promoviendo una crianza más respetuosa, paciente y efectiva.
"Cuando te acerques con cariño, te escucharé mejor. Estoy aprendiendo, gracias por tener paciencia conmigo".
"Cuando te acerques con cariño, te escucharé mejor. Estoy aprendiendo, gracias por tener paciencia conmigo". Midjourney-RG.

A muchos padres les pasa: llaman a su hijo una, dos, tres veces… y no obtienen respuesta. Ya sea que esté viendo la tele, jugando, o simplemente “en su mundo”, parece que no escucha. En esos momentos, es fácil caer en la frustración, pensar que lo hace a propósito o que no nos respeta. Y aparecen los gritos y los malos gestos, también las malas formas, fruto de todo lo anterior. Pero hay una explicación mucho más profunda y amable detrás de esa conducta. Y entenderla puede cambiar por completo nuestra forma de relacionarnos con ellos.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor de referencia en crianza y desarrollo infantil, nos recuerda algo clave: los niños y niñas no son adultos pequeños. Su cerebro infantil está en pleno desarrollo, y eso influye directamente en su capacidad de atención, autocontrol y respuesta ante los estímulos. No es que no quieran escucharte, es que muchas veces no pueden hacerlo de inmediato.

Bilbao explica que el lóbulo frontal —la parte del cerebro encargada de funciones como el control de impulsos, la atención sostenida y la capacidad de alternar entre tareas— se encuentra todavía en construcción durante la infancia. De hecho, no termina de desarrollarse completamente hasta la adultez temprana, entre los 21 y 23 años.

Eso significa que exigir a un niño o niña pequeño que actúe como un adulto, prestando atención instantánea en todo momento, es sencillamente irreal.

Su cerebro aún está aprendiendo a escuchar. Acércate, conéctate y luego habla. Así se construye el aprendizaje
Su cerebro aún está aprendiendo a escuchar. Acércate, conéctate y luego habla. Así se construye el aprendizaje (Midjourney-RG)

El consejo para padres de Álvaro Bilbao

El consejo de Álvaro Bilbao es claro: en lugar de gritar desde la otra habitación o repetir su nombre con tono de impaciencia, acércate, conecta y luego corrige o redirige. Tócale suavemente el hombro, ponte a su altura y asegúrate de tener su atención antes de hablarle. Esta pequeña acción hace toda la diferencia. No solo porque aumenta la probabilidad de que escuche, sino porque también transmite respeto, cercanía y seguridad.

Imagina que estás profundamente concentrado en un libro apasionante y alguien te habla desde otra habitación. Es probable que ni siquiera registres su voz. Lo mismo le pasa a tu hijo o hija. Pero cuando alguien se acerca, te toca el brazo y te habla con calma, tu atención cambia de foco de forma natural. Este mismo principio funciona —y aún mejor— con los niños y niñas. Y sirve, te lo digo por experiencia con mi propia hija, para sacar de su mundo a los niños y niñas con altas capacidades.

Cuando te acerques con cariño, te escucharé mejor. Estoy aprendiendo, gracias por tener paciencia conmigo.
Cuando te acerques con cariño, te escucharé mejor. Estoy aprendiendo, gracias por tener paciencia conmigo (Midjourney-RG)

Además, cuando tu hijo o hija no responde a la primera, evita interpretar su conducta como un desafío o una falta de cariño. Bilbao insiste en que los niños y niñas no nos ignoran para molestarnos ni para hacer daño. Están aprendiendo, equivocándose y creciendo. Nuestra labor como adultos no es castigar por lo que aún no saben hacer, sino acompañar el proceso con empatía y paciencia.

Y es que, como también señala el neuropsicólogo, el afecto, la presencia y la calma de los adultos son ingredientes esenciales para el desarrollo sano del cerebro infantil. Cuando un niño o niña se siente seguro, entendido y contenido, su cerebro está más dispuesto a aprender, adaptarse y crecer. Gritar, amenazar o etiquetar (“¡Nunca haces caso!”, “¡Eres un desobediente!”) solo bloquea ese aprendizaje y daña la relación.

No pueden actuar como niños adultos

En resumen: si tu hijo o hija no te escucha a la primera, no lo tomes como algo personal. Respira hondo, acércate físicamente, establece contacto visual o táctil, y háblale con claridad y amabilidad. No es una receta mágica, pero sí una herramienta poderosa basada en la ciencia del desarrollo infantil.

Como bien dice Álvaro Bilbao, los niños y niñas necesitan adultos que entiendan su cerebro para poder ayudarles a crecer. No pueden actuar como niños y niñas adultos porque son eso, niños y niñas.

Recomendamos en