La fonética es la puerta al aprendizaje de la lecto-escritura. Ya no aprenden los peques las letras por separado, sino que trabajan en primer lugar los sonidos, los fonemas.
Y este trabajo pedagógico que se hace en las escuelas se puede continuar en casa de manera lúdica, siempre con ideas y recursos pensados con el juego como vehículo conductor.
Para el equipo de Cuentos para crecer, expertos en lecto-escritura, es fundamental para aprender a leer que se realice “un buen trabajo de conciencia fonológica”, cuya meta es la correspondencia grafía -fonema.
“La retención del sonido de una letra se logra a través de múltiples actividades multisensoriales y aplicadas dentro de una palabra escrita/imagen”, explica Anna, psicopedagoga de @intelecta. Es después de “trabajar en detalle la capacidad para entender la arquitectura del lenguaje”, añaden desde Cuentos para crecer, cuando se puede trabajar la correspondencia grafía-fonema.

Y para trabajar el sonido de las letras; es decir, los fonemas, existen múltiples recursos pedagógicos que podéis utilizar en casa. Todos, dado que esta es la forma más efectiva y productiva de aprender, especialmente en estas etapas iniciales, son recursos lúdicos al mismo tiempo.
A continuación, de la mano de Intelecta y Cuentos para crecer, compartimos una larga selección de ellos.
- Bingo de letras: este recurso consiste en preparar un tablero con letras o fonemas, en función de lo que estén aprendiendo los peques. Quien cante el “bingo”, reproduce el sonido de la letra o fonema y los peques tienen que taparlo de su “cartón” si este lo contiene.
- Completar palabras: es un juego clásico, de toda la vida, que consiste en rellenar palabras en las que hemos dejado huecos libres. Faltan letras que, a través del sonido, los peques deben descubrir.
- Rompecabezas de palabra e imagen: este recurso les hará asociar los sonidos con determinadas palabras. No solo trabajan a través de esta actividad la fonética.
- Clasificar imágenes por sílabas o fonemas específicos. Es uno de los juegos didácticos para trabajar el sonido de los fonemas más efectivos que existen. Es tan sencillo, además, como proponerles a los peques que separen las palabras por sílabas con palmadas. Una palmada por sílaba.
- Sopa de letras: a partir de una edad en la que ya estén familiarizados con la lecto-escritura (5-6-7 años en función del niño o niña), las sopas de letras son un recurso didáctico y lúdico magnífico para seguir trabajando la lecto-escritura y la fonética.
- Dominós abecedario: otro recurso clásico que sigue plenamente vigente para aprender los sonidos de las letras son los dominços abecedario. Los recomienda el equipo de Cuentos para crecer: “llevan imagen de letra y dibujos (pictogramas), y la idea es unir grafías con fonemas, una manera divertida y efectiva de practicar correspondencia grafía-fonema”, señalan.
- Unir letras: podéis proponerles, si saben escribir en minúsculas, que unan sonidos mediante letra cursiva.
- Caja de los sonidos: es una herramienta Montessori interesante ya que permite trabajar las letras y los fonemas de manera experiencial. El equipo de Cuentos para crecer explica en qué consiste la actividad: “tenemos una caja y en cada cajón escribimos una letra del alfabeto. Enseñaremos a los niños el fonema de cada una y colocaremos objetos que empiecen con esta letra”. Es una forma de trabajar lo sonidos clasificando objetos por este factor.
- Panel de sílabas: este recurso más que una actividad en sí misma es una herramienta al servicio del aprendizaje. Se trata de hacerlo casero –que lo rellenen ellos con los sonidos que queráis que trabajen– sobre cartulina o papel y plastificarlo. Os servirá para distintas tareas y juegos. Por ejemplo, para jugar a buscar palabras que empiecen por dichas sílabas.