¿Debo correr a recogerle cada vez que se cae?

Con un año todavía parece muy indefenso, pero ya tiene habilidad para tocar, caminar, subir… y caerse. Cuando esto ocurra, no siempre hay que salir corriendo a recogerle. Te contamos por qué.

Se nos encoge el corazón cuando nuestro hijo da un traspiés y se cae de bruces. Las primeras veces corremos a levantarle inmediatamente del suelo. Proteger a nuestro hijo es un instinto innato y tener miedo de que se haga daño es completamente lógico. Sin embargo, muchos padres tienden a sobreproteger y limitan en extremo y constantemente el campo de actuación de su bebé para evitar por todos lo medios que enferme o se lastime hasta en los actos más cotidianos.

Es indudable que un niño necesita una vigilancia constante, porque hay cosas que aún no controla y no conoce el peligro. Por eso es importante que estemos alerta para evitar que se haga daño ante un riesgo evidente, pero sin poner límites a todo lo que vayan a hacer lanzándole cada dos minutos mensajes negativos del tipo: 'te puedes hacer daño', 'eso es peligroso', 'cuidado con el columpio', etc. Resulta mucho más positivo hacerle sentir que se vale por su cuenta sin inhibir su iniciativa y que no tenga la sensación constante de que todo lo que va a emprender es peligroso.

Muchas veces, cuando un niño se cae y no se hace mucho daño, mira a su madre para saber si tiene que llorar o no. Si corremos en su auxilio con cara de preocupación cometemos dos errores: darle una importancia que no tiene y no dejar que el pequeño se recupere solo. Si le sonreímos y le decimos: «adelante campeón», se levantará y seguirá como si nada. La próxima vez ni nos mirará: se caerá, se levantará y continuará jugando.

Como conclusión, recuerda que hay que velar por la salud de los hijos, pero sin cortarles las alas. Necesitan volar libres para aprender.

Asesor: Alejandro Amigo de Miguel, psicólogo

Recomendamos en