La mente humana es capaz de generar, desde la infancia, pensamientos constantes: ideas, emociones, recuerdos… Pero, ¿qué sucede cuando, de repente, parece que no pensamos en nada? Esa experiencia, que muchos describen como mind blanking (mente en blanco), ha sido objeto de un nuevo estudio científico que revela aspectos sorprendentes y de gran utilidad para padres y educadores.
El fenómeno del "mind blanking" no solo ocurre en adultos sometidos a estrés o cansancio. Investigaciones recientes muestran que también es una experiencia frecuente en la infancia, especialmente en niños y niñas con dificultades de atención o tras periodos de fatiga mental, como suele ocurrir en el tercer trimestre del curso.
La investigación 'Where is my mind? A neurocognitive investigation of mind blanking', dirigida por Thomas Andrillon, Antoine Lutz, Jennifer Windt y Athena Demertzi y publicada en Trends in Cognitive Sciences, ofrece una cartografía precisa de este fenómeno. Utilizando registros de fMRI y EEG, los autores analizan qué ocurre a nivel cerebral en esos instantes de aparente vacío mental.

Qué ocurre cuando la mente se queda en blanco
El equipo de investigación llevó a cabo una revisión sistemática de los experimentos existentes sobre mind blanking y añadió nuevos datos obtenidos mediante tecnologías de neuroimagen, la misma técnica utilizada en un estudio reciente que ha demostrado que el 94% del cerebro de la mujer cambia con el embarazo. Se analizó qué ocurre en el cerebro cuando los participantes, tanto adultos como adolescentes, reportaban no estar pensando en nada, cuando la mente se queda como si estuviera vacía.
Los autores señalan que, aunque nuestros pensamientos suelen fluir continuamente, existen estos instantes de aparente ausencia de pensamiento. El estudio subraya que este fenómeno no es simplemente un momento de distracción, como la divagación mental, donde la mente se enfoca en otra cosa. Los investigadores proponen que el bloqueo mental podría ser un estado mental distinto, con sus propias características neurofisiológicas y cognitivas.
En este sentido, la investigación con resonancia magnética funcional (fMRI) y electroencefalografía (EEG) revela que el bloqueo mental se asocia con patrones de actividad cerebral distintos a los de otros estados mentales. Por ejemplo, se observó una conectividad globalmente positiva entre las regiones cerebrales, lo que podría sugerir una comunicación uniforme pero posiblemente relacionada con una baja vigilancia.
También se observó un aumento en las ondas lentas similares a las del sueño y una disrupción en el procesamiento sensorial tardío en la parte frontal del cerebro, lo cual sugiere que el mind blanking podría estar relacionado con momentos de "sueño local" en el cerebro, donde algunas áreas experimentan una actividad similar a la del inicio del sueño, incluso estando despiertos.

Principales hallazgos del estudio sobre el bloqueo mental
Entre los principales hallazgos de la investigación sobre el mind blanking destacan los siguientes:
- Durante el mind blanking, el cerebro muestra una disminución de la actividad en áreas asociadas a la atención y el procesamiento consciente.
- Se registra una conectividad positiva global entre regiones cerebrales, similar a la observada en estados de sueño no REM.
- El mind blanking puede aparecer espontáneamente o ser inducido por fatiga, sueño, o momentos de "bajada" de la vigilancia atencional.
- Los niños y adolescentes, especialmente aquellos con diagnósticos de TDAH, reportan experiencias de mente en blanco con más frecuencia que los adultos.
Para evaluar estas manifestaciones, se emplearon técnicas como experience sampling (muestreo de experiencia) y self-caught reporting (autoinforme espontáneo), que permiten recoger datos cuando el fenómeno ocurre de manera natural.
Según los autores, momentos de mente en blanco no deben interpretarse como fallos, sino como parte normal del espectro de estados mentales humanos.

Principales conclusiones y aplicaciones del estudio
Una de las principales aportaciones del estudio es que el mind blanking forma parte del desarrollo neurocognitivo normal. Aunque en exceso puede indicar dificultades atencionales, en su justa medida representa una pausa necesaria para el cerebro.
Algunas implicaciones clave para padres y educadores son:
Entender que no siempre "estar distraído" significa falta de interés
Niños que parecen "desconectados" durante clases, juegos o conversaciones pueden estar experimentando episodios de mind blanking espontáneos, especialmente si están cansados o saturados de información.
Respetar los tiempos de "pausa mental"
Forzar a los niños a mantener la atención de forma continua y sin descansos puede ser contraproducente. Incorporar breves momentos de pausa y descanso consciente puede mejorar el aprendizaje y el bienestar emocional.
Identificar signos de fatiga atencional
Si un niño o niña experimenta frecuentes momentos de "mente en blanco" durante tareas escolares, puede ser una señal de necesidad de ajuste en el ritmo, adaptaciones, la dificultad o la duración de las actividades.
Normalizar la experiencia
Hablar con los niños y niñas sobre la mente en blanco como algo natural puede reducir la ansiedad que a veces acompaña estos episodios. Frases como "a veces nuestra mente necesita descansar un poquito" pueden ser muy útiles.
Además, en casos clínicos, la frecuente aparición de mind blanking está relacionada con condiciones como TDAH o trastornos del sueño infantil, según el estudio. En estos casos, consultar con un especialista en neurodesarrollo es aconsejable.
Referencias
- Thomas Andrillon et al., Where is my mind? A neurocognitive investigation of mind blanking". Trends in Cognitive Sciences, 2025. DOI: 10.1016/j.tics.2025.02.002