Reset nocturno: 5 gestos sencillos para conectar con tu hijo al final del día

Que la llegada de la noche se convierta en una oportunidad para conectar con tu hijo. Cinco hábitos para fortalecer vuestro vínculo.
Madre leer con su hija antes de dormir
Madre leer con su hija antes de dormir. iStock

¿Sientes que no te alcanza el tiempo para compartir con tu hijo?

¿El día se os pasa volando y apenas podéis hacer planes o hablar?

No eres el único.

Así se sienten muchas madres y padres que no pueden llegar a todo. De cierta forma, es normal que, entre las preocupaciones cotidianas y el acelerado ritmo de vida que llevamos, a veces nos resulte difícil encontrar un momento para hablar con nuestros hijos y disfrutar de su compañía estando plenamente presentes.

Sin embargo, dedicar tiempo de calidad a los niños es fundamental para su desarrollo. ¿Cómo lograrlo? Puedes aprovechar el momento de ir a la cama para conectar con tu hijo y recuperar las horas perdidas durante la jornada.

1. La noche, el momento perfecto para reflexionar

Fortalece el vínculo con tu hijo cada noche - Artem Podrez - Pexels

Si tienes que elegir un momento para hablar con tu hijo, que sea la noche. Es cierto que a medida que pasan las horas los niños suelen estar más irritables a causa del cansancio y el sueño, pero también se muestran más sensibles emocionalmente y más abiertos a escuchar. ¿El motivo? Durante la noche la corteza cerebral, que ha estado activa durante toda la jornada, entra en una especie de estado de “stand by” porque no tiene tantos estímulos que procesar, de manera que las emociones pueden brotar con mayor facilidad.

Sin duda, es un buen momento para preguntarle a tu hijo cómo ha ido su día o reflexionar sobre la mala respuesta que dio a su hermano o la reacción impulsiva a la hora de la cena. También puedes aprovechar para hablar sobre la pregunta que te hizo de camino al colegio que no pudiste responder o ayudarlo a clarificar sus dudas o preocupaciones sobre algún tema en particular. 

2. Crear una rutina nocturna relajante

¿Sabías que mantener una rutina de noche estimula el desarrollo infantil y mejora la relación con tu hijo? Ya sea una sesión de lectura, de mimos o cantarle una canción, esos hábitos ayudan a que los niños concilien mejor el sueño y tengan un descanso reparador, por lo que se levantarán con más energía y motivación al día siguiente.

También tiene un impacto positivo en su capacidad para gestionar sus emociones y regular su conducta, a la vez que promueve el apego seguro y mejora el vínculo familiar, según reveló un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania.

Por este motivo, instaura – o perfecciona, si ya la tienes – una rutina nocturna con la que tu hijo se sienta cómodo y lo prepare para dormir. Si le gusta la lectura, intenta leerle un cuento infantil o crea una historia sencilla que haga volar su imaginación. Si prefiere la música tararéale una canción de cuna o cántale alguno de sus temas musicales preferidos hasta que caiga en los brazos de Morfeo. También podéis jugar a encontrar estrellas en el techo de la habitación con una lámpara de formas o podéis contar ovejas. ¡Cualquier hábito que os relaje, una y reconforte vale!

3. Sentirse agradecidos para valorar lo que tenéis

Aprovecha la hora de ir a la cama para conectar con tu hijo - Pavel Danilyuk - Pexels

Practicar el agradecimiento es una de las formas más bonitas y reconfortantes de terminar el día. Este hábito ayuda a los niños a valorar lo que tienen y les permite enfocarse en los pequeños detalles y los momentos felices que han tenido a lo largo del día. Además, dedicar tan solo 15 minutos antes de dormir a enumerar las razones por las que os sentís agradecido puede ayudaros a conciliar antes el sueño y mejorar la calidad del descanso, de acuerdo con investigadores de la Universidad MacEwan.

Pídele a tu hijo que enumere al menos tres razones por las que se siente agradecido. No tienen que ser cosas sorprendentes, cualquier actividad cotidiana que lo haya hecho sentir bien o un momento compartido cuenta. Anímalo además a que describa cómo se sintió y que ponga nombre a esas emociones. Y no olvides compartir los motivos por los que te sientes agradecido. Así no solo lograrás conectar con tu hijo, sino que también podrás ver la vida desde una lente más positiva. 

4. Que no falten planes para el día siguiente

Los niños adoran los planes, sobre todo cuando son divertidos. Por eso, otra buena idea para conectar con tus hijos al final del día consiste en hablar sobre algunas de las actividades que os aguardan en la siguiente jornada. Podéis aprovechar el momento antes de ir a la cama para comentar lo que haréis al salir del colegio o la excursión que emprenderéis el fin de semana.

También puede ser una buena ocasión para que tu hijo te cuenta los eventos o tareas especiales que le esperan al día siguiente. Si está un poco nervioso por una presentación que debe hacer en el colegio o no sabe cómo solucionar un altercado con un amigo, esa puede ser una buena oportunidad para hablarlo y que lo ayudes a recuperar la calma y ganar confianza en sí mismo.

5. Y antes de dormir, un beso y un “te quiero”

Los besos de buenas noches tienen un significado simbólico. Son una declaración de intenciones y una ratificación de vuestra conexión porque, independientemente de cómo haya ido vuestro día, esos besos confirman vuestro apoyo y amor mutuo.

No solo es un momento dulce que contribuirá a que tu hijo se relaje y concilie antes el sueño, sino que también hará que se sienta valorado y querido. Además, fomenta su desarrollo emocional, reduciendo su ansiedad y hace que se sienta seguro, como reveló un estudio realizado en la Universidad Duke.

Por todas esas razones, no olvides darle un beso de buenas noches a tu hijo cada jornada y recordarle – aunque supongas que ya lo sabe – cuán importante es para ti y cuánto lo amas. A veces un simple “te quiero” basta para que tu hijo vaya a la cama con una sonrisa. Y a ti te ayudará a recargar las pilas y atesorar esos momentos mágicos que no vuelven, pero llenan la vida.

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