El primer año de vida de un niño es un período de rápido crecimiento y desarrollo, y la nutrición juega un papel clave en su salud y bienestar. Cuando un niño cumple 1 año, su alimentación también comienza a cambiar significativamente. A partir de esta edad, los niños empiezan a ser más activos y necesitan más nutrientes para mantener su crecimiento y desarrollo.
A partir de esta edad, los niños comienzan a explorar nuevos sabores y texturas y a comer más alimentos sólidos. Siente un deseo auténtico de comer solo. Si para que coma más o para no tener que limpiar después los papás le dan de comer, es probable que al cabo de unos meses pierda ese impulso. Lo mejor es ponerle un babero, colocarle el plato delante y dejarle libertad para que se apañe él solito, con las manos o con los cubiertos.
Poco a poco los purés y triturados van dejando paso a la comida 'normal', es decir, la que toman los mayores. Aquí empieza a cobrar especial importancia la alimentación de los padres, ya que por el niño actúa mucho por imitación.
Es muy recomendable que el niño comparta mesa con sus padres y hermanos. La comida es un acto social y, junto a su familia, el niño aprende con el ejemplo y se interesa por lo que comen los mayores. Lo ideal sería que el acto de comer no sea un campo de batalla, sino todo lo contrario, un momento en el que estar tranquilos y pasarlo en familia. De esta manera, evitaremos que el niño genere rechazo o fobia a la hora de comer.

La comida será algo divertido y alegre que compartir con los que más quiere; y a los padres, dedicados a su propio alimento y más relajados, les será más difícil caer en la tentación de obligarle.
Su relación con los alimentos
A partir del año, los niños pueden comenzar a consumir una variedad de alimentos y se recomienda introducir gradualmente una dieta más diversa y equilibrada. En general, la alimentación de un niño de 1 año debe incluir una variedad de alimentos que proporcionen los nutrientes esenciales que necesitan para su crecimiento y desarrollo.
A continuación se presentan algunos de los alimentos que se pueden incluir en la alimentación de un niño de 1 año:
- Frutas y verduras: es importante incluir una variedad de frutas y verduras en la dieta de un niño, ya que son ricas en vitaminas, minerales y fibra. Puede consumirlas en pequeños trocitos.
- Carbohidratos: se pueden incluir pan, cereales, pasta, arroz y otros alimentos ricos en carbohidratos en la dieta de un niño, ya que proporcionan energía para su actividad diaria.
- Proteínas: los niños pueden consumir carnes, pescados, huevos y legumbres para obtener proteínas y hierro.
- Lácteos: la leche materna o fórmula sigue siendo importante para los niños en su primer año de vida. A partir del año, se pueden introducir otros productos lácteos, como el queso y el yogur, pero siempre deben ser bajos en grasas.
- Grasas y aceites: se pueden incluir grasas saludables, como el aceite de oliva y el aguacate, en la dieta de un niño. En cuanto a los frutos secos, es preferible esperar a los tres años porque enteros son especialmente peligrosos para los niños pequeños, ya que pueden quedar atrapados en la garganta y bloquear las vías respiratorias.

Es importante tener en cuenta que la introducción de nuevos alimentos debe hacerse gradualmente y en pequeñas cantidades para evitar cualquier reacción alérgica o intolerancia alimentaria. Además, los niños de 1 año todavía tienen necesidades nutricionales específicas, por lo que es importante hablar con un pediatra o un nutricionista para obtener recomendaciones específicas sobre la alimentación de su hijo.
En conclusión, la alimentación de un niño a partir del año debe ser variada, equilibrada y adaptada a sus necesidades individuales. Se deben ofrecer alimentos de todos los grupos alimentarios, incluyendo frutas, verduras, carnes, pescados, lácteos y cereales, en porciones adecuadas y de acuerdo con su capacidad para masticar y tragar.
Es importante tener en cuenta que los niños pueden necesitar varios intentos para aceptar nuevos alimentos y que se recomienda introducirlos gradualmente en su dieta. Asimismo, es importante fomentar hábitos alimentarios saludables desde temprana edad y evitar el uso de alimentos procesados y ricos en grasas y azúcares añadidos.
Recuerda que, ante cualquier duda o preocupación acerca de la alimentación de tu hijo, siempre es recomendable consultar con un pediatra o un nutricionista infantil para recibir una orientación adecuada y personalizada. Con una alimentación adecuada, tu hijo estará en el camino correcto hacia un crecimiento y desarrollo saludable.