Mi hijo solo dice NO a todo, ¿cómo debo actuar?

De la mano de dos expertas te damos una serie de consejos que pueden ayudarte a gestionar esta situación que puede llegar a ser desesperante.

Si tu hijo está en una fase de negación a todo, donde no se quita el “no” de la boca, no te agobies más de lo cuenta porque es una situación que se puede dar a menudo en distintos tramos de edad.

Puede ocurrir hacia los dos o tres años, también en la adolescencia e incluso en torno a los siete, ocho o nueve años. Por lo tanto, no es extraño que ocurra esta situación desesperante por momentos. Lo importante para no llegar a tal extremo es saber cómo actuar para ayudar a tu hijo a cambiar de actitud, lo cual te ayudará también a ti a nivel mental.

Amaya de Miguel Sanz dedica un capítulo en su libro recién publicado Relájate y educa a esta cuestión. Como no queremos desgranar lo que cuenta en él, solamente te diremos que insiste en la comunicación, la empatía y la reflexión entre otras claves para revertir la situación.

Esta última, para pensar si algo no se está haciendo bien en casa en lo que respecta a la organización, el reparto de tareas, etcétera. La segunda, porque es la forma más eficaz de propiciar un cambio de chip en el peque si ya tiene edad para hablar las cosas -alrededor de los ocho años-, y la tercera, porque entender bien lo que les pasa ayuda a tener más paciencia y, en consecuencia, a acompañarles en caso de que esto pueda ayudarles a cambiar el “no” por el “sí”, aunque sea a regañadientes al principio.

Anticipación y comunicación

También es recomendable utilizar la previsión porque, como explica Amaya de Miguel, suele ayudar el hecho de avisarles de lo que tendrán que hacer en los próximos minutos, por ejemplo cuando se acabe el capítulo que están viendo o la partida que están jugando.

Sara Tarrés, psicóloga y madre de dos hijos, también aborda en su blog las claves para intentar desbloquear un contexto en el que un niño dice “no” a todo. Además de recomendar que los adultos utilicemos menos el no como respuesta -deja que hagan determinadas cosas que no pasa nada por permitir y reemplaza la negación por una respuesta en la misma línea pero menos rotunda: “ve más despacio, por favor” en vez de “no corras”, por ejemplo-, Tarrés recomienda reducir las preguntas al dirigirnos a ellos que se responden con un sí o un no. “De este modo acotamos, restringimos el uso sistemático del no a todas las preguntas que le formulamos”, dice, y pone como ejemplo el siguiente caso: “Así podemos decir: «¿Cuánta leche quieres, mucha o poca?» en lugar de preguntar «¿Quieres leche para merendar?”.

En este sentido, también recomienda evitar el no a la hora de incitarles a que dejen de hacer algo concreto. Por ejemplo, en lugar de “No mires la televisión tan cerca" cámbialo por un "ven a sentarte a mi lado”.

No te enfades

Otros consejos de Sara Tarrés que pueden funcionaros si vuestro hijo solo dice “no” es no enfadarnos con ello ni tampoco reírnos de ello porque solo puede empeorar la situación, y también insiste en que prestemos más atención a los “sí” e ignoremos determinados “no” que sabéis que no tienen recorrido porque finalmente acabará haciendo aquello a lo que se ha negado. “Si reaccionamos positivamente ante sus afirmaciones y elogiamos su respuesta diciéndole algo similar a "¡Cómo me gusta oírte decir sí!" o "Me alegra mucho que me contestes con un sí" nuestros hijos irán aprendiendo, poco a poco, a decirnos que sí en lugar de contestarnos con un no a todo”, explica la psicóloga y madre.

Cambia el foco

Por último, Sara Tarrés aconseja permitir el no para luego trabajar en la reorientación de su conducta. “Podemos hacerles saber que entendemos su negativa pero que lo que les estamos mandando es importante, por ejemplo podemos decirles “Entiendo que estás cansado porqué llevas todo el día en el cole sin parar, pero ahora es hora de bañarse, después podrás ver los dibujos”, concluye.

Recomendamos en

Por qué el juego es la clave olvidada para aprender música desde la infancia: un elefante llamado Zolfa guía a los más pequeños

Mientras muchos métodos musicales siguen apostando por la repetición y la técnica desde edades tempranas, una nueva generación de propuestas pedagógicas recupera lo esencial: jugar, imaginar y emocionarse. Entre ellas, destaca un proyecto que convierte cada lección de piano en una aventura: Zolfa, un elefante azul que enseña con cuentos, partituras y mucha empatía.
  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar