Medias de compresión, ¿para qué sirven?
Son conocidas porque los especialistas médicos las suelen recomendar a algunas mujeres embarazadas en el tramo final del embarazo, pero las medias de comprensión son útiles en otros contextos también, no solo en el de la gestación.
Puede que no hayas oído nunca el concepto “medias de compresión”. O sí en caso de que hayas pasado un embarazo, estés en ello, o alguien muy cercano que lo haya pasado te haya hablado de ellas. Pero las medias de compresión, que efectivamente se recomiendan en el último final del embarazo a algunas gestantes, son útiles en otros muchos conceptos. Vamos a ver para qué sirven exactamente.
El objetivo de las medias de comprensión es sencillo: “mejorar la circulación en las venas de las piernas”, se describe en este artículo divulgativo de MedicinePlus, el servicio informativo de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la biblioteca médica más grande del mundo. “Las medias de compresión aprietan suavemente las piernas para que la sangre circule hacia arriba. Esto ayuda a prevenir la hinchazón de las piernas y, en menor medida, los coágulos de sangre”, añade el escrito científico. Además, también pueden limitar el dolor y la sensación de pesadez en las piernas.
Como bien explican desde Ortopedia Para Ti, las medias de compresión, panties que realizan una compresión gradual que va de más a menos desde el tobillo hacia la cintura, son compatibles con estas situaciones: cuando aparezcan varices y arañas vasculares; en caso de edemas; para personas que pasen muchas horas quietas por trabajo o por simple rutina, ya sea sentado o de pie; después de cirugías venosas; en tratamientos de escleroterapia -tratamiento para las varices y las arañas-; como medida preventiva para la aparición de trombosis y úlceras; y también para mujeres embarazadas en situaciones en las que las varices estén haciendo acto de presencia o puedan aparecer.
¿En qué fijarse al comprarlas?
A la hora de adquirir unas medias de compresión es importante prestar atención a qué modelo te recomienda el ginecólogo si estás embarazada o aquel especialista médico que te las haya recetado. Hay varios tipos y es importante saber diferenciarlos, ya que en la farmacia, salvo que lleves por escrito el tipo que quieres, te lo preguntarán y puede que tengas que irte sin ellas si no lo tienes claro.
A grandes rasgos, se pueden diferenciar en base al nivel de presión que ejercen sobre las piernas -ligera o fuerte-, por sus colores, y también por el largo. En este sentido, las hay hasta las rodillas y también más largas, hasta la parte superior del muslo. En todo caso, lo ideal es conseguir una receta del médico si están recetadas para la dolencia para la que las necesitas o por lo menos una recomendación por escrito para evitar errores.
Cómo y cuándo usarlas
Para usarlas, una vez adquiridas, es fundamental seguir las instrucciones del especialista porque no es lo mismo llevarlas todo el día que espacios reducidos. Dependiendo del objetivo y de tu cuadro clínico cambiarán los consejos para llevar las medias de compresión. La mayoría de las veces, los médicos recomiendan usarlas desde primera hora de la mañana porque es en este momento del día cuando las piernas están menos hinchadas. Se pueden llevar todo el día, aunque los fabricantes recomiendan cambiarlas a los 4 o 5 meses si se les ha dado mucho uso para que no bajen su rendimiento.
En cualquier caso, eso sí, es importante que se ajusten bien alrededor de las piernas y, sobre todo, que hayas comprado el modelo que necesitas para tu caso concreto. Que no te las dejen ni compres las primeras que veas o las que te recomienden en la farmacia. Como hemos visto, hay varios tipos y los matices que las diferencian tienen mucho que ver en si serán eficaces o no cuando las utilices.