¿Cómo afecta una ola de calor durante el embarazo?

Ya hemos repasado los riesgos y consecuencias tanto en los niños como durante el posparto, y ahora hacemos lo propio con otro grupo de riesgo, las mujeres gestantes.

Aprovechando la primera ola de calor de este verano de 2021, donde el termómetro superó ampliamente los 40 grados en algunas zonas de España, profundizamos en los riesgos que unas condiciones climáticas así tienen en los niños, y también en la dificultad añadida que supone el calor excesivo durante el posparto. Las embarazadas también son un colectivo de riesgo ante una ola de calor, igual que los niños, y es importante conocer por qué y qué se puede hacer al respecto.

Tal y como explican desde la clínica de fertilidad Embryocenter, “Las altas temperaturas provocan en la mujer embarazada que sus vasos sanguíneos se contraigan, reduciendo de esta forma la cantidad de nutrientes que pasan al feto”. Esto se produce porque “ las embarazadas tienen sometido su sistema cardiovascular a una sobrecarga, debido a que durante la gestación tienen un mayor volumen de sangre, un ritmo cardiaco aumentado, más retención de líquidos y una ganancia de peso propia inherente al embarazo”, explica el Dr. Juan Luna, ginecólogo y director médico del Hospital La Milagrosa de Madrid.

Síntomas de golpe de calor

En caso de producirse un golpe de calor en una mujer gestante, algunos síntomas son el pulso más rápido e intenso de lo normal, la piel excesivamente enrojecida, subida de la temperatura corporal con posibilidad de febrícula, dolor de cabeza intenso que puede ir acompañado de mareos, vértigo, náuseas y vómitos, sequedad en la piel y las mucosas y disminución de la micción, enumeran las dos fuentes consultadas.

Si estos síntomas aparecen, “lo más recomendable es acudir con prontitud a un servicio de urgencias para controlar los síntomas y analizar los posibles efectos que haya tenido tanto para la embarazada como para el feto”, indica el doctor Luna.

Consejos para evitar las consecuencias del calor

De todos modos, aunque no es una garantía de que se vayan a evitar las consecuencias de una ola de calor, se pueden limitar o prevenir completamente si las mujeres embarazadas aplican los siguientes consejos que ofrecen tanto el ginecólogo de la clínica madrileña como el equipo de la clínica de fertilidad Embryocenter.

Los hemos dividido entre los que tienen que ver con la alimentación y aquellos que son hábitos diarios ajenos a la dieta. Empezamos por estos últimos:

  • Evitar la exposición al sol, sobre todo entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde.
  • Mantener la casa fresca y bien ventilada.
  • Evitar salir a la calle en las horas de máxima temperatura.
  • Si se sale de casa, tener la precaución de llevar una botella de agua, se evita la deshidratación y bajada de tensión.
  • No realizar ningún tipo de ejercicio físico, ni el más leve en las horas de máxima temperatura.
  • Utilizar abanicos en lugares donde el aire acondicionado no esté presente o no exista.
  • Utilizar ropa ligera, a ser posible de algodón. Y que sea holgada y de buena transpiración.
  • Que el calzado sea cómodo y ceda por si los pies se hinchan al caminar, que es una consecuencia común del calor.
  • Utilizar crema protectora con un factor de protección superior al 40 si vas a la piscina o la playa.  

A estos hay que sumar, como decíamos, los consejos de alimentación e hidratación:

  • Vigilar muy bien el nivel de hidratación, sobre todo agua, pero también zumos de frutas o infusiones.
  • Evitar las comidas hipercalóricas y muy copiosas, ya que supone un sobreesfuerzo la realización de la digestión.
  • Comer entre 5/6 veces al día pero en pequeñas cantidades.
  • A la hora de comer, consume alimentos frescos como ensaladas y frutas, que son “de fácil digestión y con gran cantidad de líquido en su composición”, aclara el doctor Juan Luna. Y, al mismo tiempo, también alimentos fríos. “Cuantos más alimentos fríos podamos ingerir mejor, ya que ayudarán, de una forma muy fácil, a que las embarazadas mantengan una temperatura corporal idónea”, explica el doctor Luna.
  • Tomar carnes y pescados no grasos (pollo, pavo, merluza, lenguados, gallos) y preferiblemente a la plancha o al horno, evitando los rebozados o las salsas en la medida de lo posible.

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