Hace unas horas, Georgina Rodríguez, empresaria, modelo y pareja del futbolista portugués Cristiano Ronaldo, compartió una fotografía en Instagram en la que se veía a los cuatro hijos que tiene la pareja -tres los tuvo el deportista antes de empezar la relación con Georgina pero ella se refiere siempre a ellos como sus hijos- en la sala de ecografías mientras el ginecólogo le realizaba una eco de control de su embarazo gemelar.
A raíz de la imagen nos hemos preguntado si es beneficioso para los niños acudir con su madre a una consulta médica cómo esta, en la que es posible que vean a su futuro hermano (o hermanos como en este caso) y puedan también escuchar su corazón.
Factores a tener en cuenta
No existe muchísima información al respecto pero, en general, las fuentes consultadas coinciden en aplicar el sentido común al respecto y, sobre todo, apuntan a dos cuestiones que pueden marcar la decisión de si llevarles o no: la edad de los peques y si el centro médico lo permite o no.
Este último es un factor decisivo porque la opinión de los padres no importa. Hay hospitales y clínicas que solo permiten un acompañante, lo cual ya limita las opciones de a quién llevar, y podría incluso restringir todavía más el perfil del acompañante obligando a que sea adulto. Es importante, por lo tanto, consultar antes de ir a la consulta en la sala de ecografía si es posible llevar a un niño como acompañante.
En cuanto a la edad, una opinión orientativa muy interesante porque ayuda mucho a crearse una fotografía mental sobre lo que puede ocurrir en la sala de ecografía si lleváis a vuestro hijo o hija con vosotros, es la que ofrece el equipo de Mieko4D, centro especializado en ecografía prenatal 4D. En primer lugar, recuerdan que “Los niños vienen a lo desconocido. Saben que van a ver a su hermanito, pero no saben muy bien cómo. Por eso es aconsejable que les expliques previamente cómo será la sesión y cómo son los aparatos que muestran al bebé”.
Dicho esto, comparten una referencia aproximada y general de cómo suelen ser las reacciones de los niños en función de la edad dentro de una sala de ecografías. “Los niños de tres años aproximadamente pierden el interés en seguida. Se aburren y es normal. Cuando lo ven, ya está”, indican. “A partir de 6 años los niños aguantan perfectamente la sesión. Lo disfrutan más conscientemente, pero a su manera. También es normal que aparten la mirada de la pantalla y se entretengan con lo primero que tengan a mano. Pero en definitiva les resulta divertido ver a su hermanito o hermanita ahí dentro haciendo cosas raras”, añaden.
Si pensamos, por tanto, estrictamente en los peques y dejamos a un lado la opinión del médico y las normas de su centro médico al respecto, no hay motivos negativo para no llevarles pero hay que tener en cuenta la edad porque los más pequeños pueden aburrirse enseguida y no entender nada. Y si esto ocurre, hay que pensar que no es el mejor contexto para ello ya que no deja de ser un espacio médico donde un profesional debe realizar un trabajo de precisión.
Por eso, en todo caso, si lleváis un niño a una ecografía de un embarazo -mejor a partir de los 6 u 8 años, en cuyo caso puede ser muy positivo para ellos-, es absolutamente imprescindible que lo hagáis con la compañía de otro adulto que le supervise y pueda salir con él en caso de que sea incompatible la estancia del pequeño en la sala con las necesidades de médicos y enfermeros para hacer su trabajo.