1. No avisar que se está de parto. Esta es la primera máxima a tener en cuenta. No hay nada malo en ello, es un momento íntimo y es comprensible que papá y mamá quieran vivirlo a solas (bueno, y con el bebé). De hecho, cada vez se ven más parejas que llegan solas a la maternidad y que solo a posteriori llaman a los abuelos y tíos cercanos.
2. Filtrar las llamadas. Si no se quiere desaparecer del mapa del todo, se puede apagar solo el teléfono de mamá. El padre, con el móvil en silencio, puede filtrar las llamadas y contestar las que crea más convenientes.
3. Hacer un grupo de whatsapp. Aunque a veces reneguemos de él porque no para de sonar y sonar, es cierto que los grupos de whatsapp vienen muy bien para compartir información con mucha gente al mismo tiempo. A través del móvil de papá (mamá no va a estar 'disponible' para estos quehaceres), se puede hacer un grupo con las personas más cercanas, que realmente están pendientes del nacimiento, y contarles (una vez haya pasado todo) cómo se encuentran la madre y el pequeño, incluso mandar las primeras fotos del recién nacido.
4. Poco tiempo en la habitación. Si aún así, se presenta gente en el hospital sin avisar, habrá que manejar la situación con delicadeza y tratar de que sea una visita rápida. Se está en un hospital, no en una recepción real, es fácil hacer entender que la madre necesita descansar. Y por supuesto nada de aglomeraciones en las habitaciones, aunque sean privadas. La suerte es que de eso suelen encargarse las enfermeras que 'hacen desfilar' enseguida al personal.
5. Nada de catarros cerca. No hay que dejar que alguien con catarro o cualquier infección se acerque al bebé. Lo normal es que el propio afectado evite conocer al recién nacido hasta que mejore su enfermedad pero de no ser así, los padres deben explicar que el pequeño tiene las defensas bajas y es fácil que se contagie.
6. “No le despertéis”. Papá y mamá son los que marcan las normas respecto al bebé y deben mantenerse firmes en sus ideas. Los demás tienen que respetar que mamá tenga al chiquitín en brazos y no cogérselo, o dejarle en la cunita, si esta dormido… Se pueden dar un montón de razones: 'el niño está inquieto','acaba de mamar y necesita dormir…'. Eso no significa que no puedan mirarle en su cunita y acariciarle las manitas.
7. Los hermanos mayores no son ‘visitas’. Ellos son un punto y aparte. Estarán deseando ver a su nuevo hermanito y es una buena ocasión para se sientan participes de lo que está ocurriendo. Puede ayudar, incluso, a que los celos por el recién llegado, se suavicen.
En casa
8. Los primeros días, solos. Lo ideal es que la familia pase los primeros días en casa a solas, después ya se pueden organizar las visitas según preferencias, dejando las de compromiso en último lugar. Lo importante ahora es que mamá y el bebé estén cómodos y eso solo se consigue con gente de confianza en casa. Y eso sí, los padres tienen que marcar una hora límite a las visitas. A última hora de la tarde se acusa el cansancio y, si hay hermanos mayores, es el momento de la duchas y la cena.
9. Desconectar los teléfonos. Normalmente en una casa hay más de uno (fijo y móviles) y, al igual que en el hospital, no pasa nada porque nos quedemos 'incomunicados' un rato. Se puede avisar a los abuelos o amigos más cercanos de que se necesita un día o una tarde de relax, y que vais a aislaros del mundo (para que no se preocupen).
10. Y ¡siempre con una sonrisa! Se pueden dar todas estas indicaciones de buenas maneras, con cariño, y sobre todo, con mucho, muchísimo sentido común, que cada familia es un mundo y las visitas de cada cual, también.
Asesora: Francesca Durán, jefa de matronas del Hospital Joan XXIII de Tarragona.