Melasma: manchas oscuras en el embarazo. Toda la información

Durante el embarazo, como consecuencia de la acción de las hormonas características de esta etapa, es común que surjan algunos problemas en la piel, como por ejemplo podría ser el caso de manchas o parches oscuros, principalmente en el área del rostro. Es lo que se conoce como melasma, y en esta ocasión te hablamos sobre ello.
Melasma

A lo largo del embarazo es muy común que el cuerpo de la futura mamá tienda a sufrir una amplia diversidad de cambios. Aunque uno de los más evidentes es el crecimiento de la barriga a medida que el bebé crece, aumenta de tamaño y se desarrolla, también pueden surgir determinados síntomas un poco más molestos, como náuseas matutinas, vómitos y una mayor sensación de cansancio.

A su vez, debido a la acción de las hormonas propias del embarazo, es común que la piel también cambie, siendo lo más habitual que se produzca una mayor estimulación de las glándulas sebáceas; lo que, a su vez, puede influir en una sobreproducción de sebo o aceite, aumentando el riesgo de brotes de acné

Pero lo cierto es que también existe otro cambio (o problema) que puede aparecer en la piel. Son conocidas bajo el nombre de melasma, y consisten en una serie de manchas oscuras que se forman en la piel, habitualmente en la piel del rostro, y en la mayoría de las ocasiones lo más común es que desaparezcan una vez el bebé haya nacido, y, sobre todo, las hormonas se hayan calmado un poco.

¿Qué es el melasma? ¿En qué consiste?

El melasma consiste en una afección cutánea que origina la aparición de manchas oscuras en la piel del rostro, aunque por el momento los expertos desconocen la causa exacta que causa su formulación. Lo que no significa que no existan determinadas teorías sobre su origen.

Por ejemplo, una de las más aceptadas indica que los melanocitos, las células que producen el color de la piel en nuestro cuerpo, empiezan a producir una mayor cantidad de color, como consecuencia de una mayor estimulación por parte de las hormonas. 

Dicho de otra forma, durante la gestación es común que se produzca un fuerte aumento de los niveles tanto de estrógeno como de progesterona, estimulando la producción excesiva de melanina. Por tanto, no solo se forman manchas nuevas en la piel del rostro, sino que también es muy probable que la piel, los lunares y las pecas pueden acabar viéndose más oscuros.

También se ha encontrado que la exposición al sol puede ser otro factor de riesgo importante para esta afección de la piel, debido a que los rayos ultravioleta pueden acabar desencadenando su aparición, o incluso empeorarlo en aquellas embarazadas que ya lo tienen.

¿Cómo es el melasma? Síntomas más comunes

Es común que el melasma aparezca sobre todo en las áreas comúnmente expuestas al sol, motivo por el cual es tremendamente habitual que se forme en la cara. Aunque existen áreas del rostro más comunes, como por ejemplo es el caso de la frente, las mejillas, la nariz y el labio superior. 

Por otro lado, aunque se trata de algo más bien inusual o raro, también es posible que pueda surgir en el pecho, en los brazos o en el cuello.

Por lo general, suelen aparecer parches oscuros, similares a manchas de decoloración, los cuales se caracterizan por ser más oscuros que el color de la piel habitual. También tienden a ser parches simétricos, con marchas coincidentes incluso en ambos lados de la cara. 

¿Se puede tratar? ¿Qué hacer?

Tratamiento del melasma - Foto: Istock

Lo más habitual es que el melasma empiece en el primer trimestre, y continúe a lo largo de todo el embarazo. Eso sí, por suerte, es también común que las manchas se desvanezcan después del nacimiento del bebé, o después de acabar con la lactancia materna. No obstante, en caso de persistir, existen distintas opciones de tratamiento disponibles.

En primer lugar, es fundamental el uso de un protector solar de amplio espectro, preferiblemente con minerales de zinc o titanio, debido a que no se absorben en la piel. Esto ayudará a evitar que las manchas aparezcan, y a que se vuelvan todavía más oscuras si ya se han formado. A su vez, es recomendable evitar el sol en las horas más peligrosas del día (de 10 horas de la mañana a 2 de la tarde), y utilizar la sombra siempre que sea posible.

Consumir alimentos con alto contenido en ácido fólico puede ayudar positivamente, dado que distintos estudios han demostrado que una deficiencia de folatos podría estar relacionada con la hiperpigmentación. Puedes encontrar ácido fólico en alimentos como las verduras de hoja verde, pan integra y cereales integrales, y en las naranjas.

Por otro lado, recuerda que, durante el embarazo, o incluso durante la lactancia materna, no es recomendable utilizar exfoliantes, blanqueadores u otros tratamientos aclaradores con componentes y sustancias químicas, dado que podrían penetrar potencialmente en la piel.

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